Labiofam, una empresa que se proyecta al futuro

José Fraga: “Queremos sustituir la mayoría de los fertilizantes e insecticidas químicos en un plazo de 3 años y además exportar” / Foto: Raquel Pérez.

José Fraga: “Queremos sustituir la mayoría de los fertilizantes e insecticidas químicos en un plazo de 3 años y además exportar” / Foto: Raquel Pérez.

Es una de las empresas más prósperas de Cuba a pesar de que es 100 por ciento estatal. Su estructura y mecanismos de trabajo se han engarzado perfectamente en los cambios económicos que se desarrollan en la isla.

Labiofam no solo se autofinancia y reinvierte sino que entrega el 40 por ciento de sus beneficios al Estado. Además, se incorpora a la política de intercambio Sur-Sur que impulsa La Habana en sus relaciones comerciales.

OnCuba conversó con José Fraga, su presidente desde hace 17 años, quien nos asegura que “lo que más daño hace a la empresa estatal es la burocracia” y pide al gobierno una sola cosa, “que nos dejen seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora”.

¿Qué producciones tiene Labiofam?

Tenemos 380 tecnologías, más 30 vacunas virales y bacterianas para la salud animal, 21 medios de diagnóstico, suplementos dietéticos para consumo humano, microalgas (espirulinas), medicina homeopática, desinfectantes, productos de aseo y limpieza, almidones para los niños con intolerancia al gluten, biofertilizantes y bioplaguicidas, probióticos, alimentos (arroz, frijol, cerdo, huevos, ovejos, conejos), aceites esenciales, fragancias para el mercado francés.

¿Es Labiofam una empresa eficiente?

Hace 18 años que no recibimos financiamiento estatal, ni en divisas ni en moneda nacional. Nosotros financiamos las producciones que vendemos en moneda nacional, como los medicamentos farmacéuticos a pesar de que muchos insumos los compramos en divisas. Financiamos la producción de almidones y los probióticos para los hospitales infantiles. Todo eso sale del presupuesto de los ingresos de las exportaciones.  Si medimos la eficiencia por la capacidad de autofinanciarnos podemos decir que tenemos un buen nivel.

Desde hace 20 años crecemos anualmente en 30 millones de pesos (CUP), hay un crecimiento constante. En los ingresos en divisas, aun cuando muchas de nuestras producciones se utilizan nacionalmente, logramos sostenernos y financiamos nuestras propias inversiones.  Y podremos seguir autofinanciándonos cuando se unifique la moneda.

¿Cómo logra una empresa estatal ser eficiente?

Lo que más daño hace a la empresa estatal es la burocracia, son los mecanismos, las restricciones, las limitaciones que les imponen.

Labiofam es una de las empresas estatales más rentables del país / Foto: Raquel Pérez.
Labiofam es una de las empresas estatales más rentables del país / Foto: Raquel Pérez.

Generalmente la empresa privada, cooperativa o familiar supuestamente son más prósperas pero lo cierto es que en el mundo quiebran diariamente miles de estas empresas.

En el caso del socialismo hay un principio que es básico, la ejemplaridad de los directivos. En el caso de nuestro país la riqueza está en la moral de los hombres. Pero si el hombre no está motivado no se logra nada.

En Cuba el trabajador tiene satisfacción en cuestiones como la salud y la educación pero necesita del dinero para resolver sus demás necesidades. Se les hace imprescindible un nivel de ingreso adecuado por su trabajo y eso nosotros lo logramos, aquí se paga por resultados, si trabajas bien ganas bien. Lo hemos hecho en la agricultura y no veas el cambio que da cuando esos hombres tienen participación en los resultados.

¿Es Labiofam el modelo de empresa que pretende generalizar el gobierno?

Yo creo que sí. Nosotros hemos logrado tener la capacidad de entrar en el mercado y tomar decisiones. A veces nos han catalogado de ser osados, que hemos tomado decisiones por fuera de lo establecido.

Nosotros somos respetuosos pero no dejamos de tomar decisiones cuando hay que tomarlas, de lo contrario no tendría sentido que seamos los dirigentes de la empresa. El Estado debe exigirme que cumplamos con el encargo estatal, con las tareas, con las producciones.

¿Pero cómo reinvertir si el Estado se queda con todo el dinero de la empresa?

Desde hace unos años hay un esquema cerrado para algunas empresas, donde la empresa se queda con un porciento y el resto lo aporta al país. Eso nos permite disponer de una cantidad para garantizar no quedar en cero. Aportamos el 40 y tanto por ciento de los ingresos.

Además, Labiofam tiene líneas de crédito externo. Las inversiones en el exterior tienen el beneficio de tener un pago anticipado y eso te da capacidad para  asegurar la inversión y poder operar.

¿Qué aporta Labiofam a la relación Sur-Sur que proyecta el gobierno cubano?

Prestamos servicio en el control de enfermedades en unos 8 países, sobre todo de África y América Latina. Angola, con 140 especialistas y Ecuador con 80 son los más importantes, pero también tenemos personal en Ghana, Guinea Ecuatorial, Gabón, Burkina Faso, Bolivia, El Salvador, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Sri Lanka y Venezuela.

Trabajamos en el control de epidemias, de malaria, de enfermedades transmitidas por ratas y ratones, haciendo uso de medios biológicos sin utilizar insecticidas químicos que tienen efectos nocivos en la salud y el medioambiente.

¿Solo prestan servicios?

No solo, estamos también construyendo fábricas en el Tercer Mundo, en los primeros días del 2015 debemos terminar una en Dar El Salam, Tanzania. Es una planta biotecnológica para la producción de bioplaguicidas y biofertilizantes para la salud y la agricultura.

Nosotros en estas industrias no solo construimos sino que transferimos la tecnología y el conocimiento, con asistencia técnica, la administración y la producción bajo licencia. Vamos a proveer a esa industria del mercado porque necesitamos esos productos mismos para los servicios que damos en África.

También estamos construyendo estas plantas en Ecuador, en Bolivia y en Etiopía.

Fábricas como esta para la producción de productos biológicos se están construyendo en varios países del mundo / Foto: Raquel Pérez.
Fábricas como esta para la producción de productos biológicos se están construyendo en varios países del mundo / Foto: Raquel Pérez.

Aunque sea un poco tarde el mundo está tratando de reducir las sustancias químicas en insecticidas y fertilizantes. La Unión Europea plantea a partir del 2015 eliminar los productos que contengan esos químicos. Habrá entonces que buscar soluciones porque lo cierto es que el mercado mundial no tiene hoy capacidad para sustituirlos por productos biológicos.

El plátano, por ejemplo, está hoy amenazado mundialmente por un hongo, y para controlarlo hay que aplicar fungicidas químicos en cantidades industriales. En Costa Rica se dan hasta 85 aplicaciones de fungicidas y en el resto del mundo entre 25 y 45. Nosotros hemos desarrollado dos fungicidas orgánicos muy efectivos para la protección del plátano, estamos haciendo las pruebas en Ecuador para registrarlos.

En la actualidad tenemos 54 líneas de productos para controles de diferentes plagas. Producimos microorganismos eficientes de una antigua tecnología japonesa que son capaces de fertilizar y controlar plagas.

Nosotros mismos estamos haciendo industrias para producir todo esto en Cuba, hoy tenemos algunas pero son pequeñas, así que estamos construyendo una en La Habana, otra en Villa Clara y vamos a comenzar una en Granma. Queremos sustituir la mayoría de los fertilizantes e insecticidas químicos en un plazo de 3 años y, además, exportar.

¿Si pudiera sentarse con los hacedores de la política económica que les pediría para la empresa?

Les pediría que nos dejen seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora. Porque a veces empiezan las preocupaciones sobre las inversiones en el extranjero y sus riesgos, pero lo cierto es que si no corres riesgos no logras nada. Hay que ser responsable y tomar  todas las medidas para evitar que los riesgos se hagan realidad pero hay que arriesgarse.

Fábricas como esta para la producción de productos biológicos se están construyendo en varios países del mundo / Foto: Raquel Pérez.
Fábricas como esta para la producción de productos biológicos se están construyendo en varios países del mundo / Foto: Raquel Pérez.
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