Las remesas en el contexto económico cubano

Oficina de la Western Union en Cuba.

Oficina de la Western Union en Cuba. Foto:

Como cualquier país latinoamericano, Cuba recibe desde Estados Unidos millones de dólares a través de las remesas de sus emigrados, una comunidad cuyo número en 2011ascendía a un millón 889 mil, según las estadísticas de la Oficina del Censo de EE.UU.

En esa cantidad, se incluyen los 801 mil descendientes directos de los emigrados, nacidos en territorio norteamericano.

Pero, ¿quiénes envían esas remesas? 811 mil cubanos trabajan en Estados Unidos (esto incluye tanto a emigrados como a sus descendientes). No es una cifra despreciable: si estuvieran en la isla, representarían cerca del 16 por ciento de la fuerza laboral de Cuba.

El monto de las remesas procedentes de Estados Unidos hacia Cuba no es un dato público. El Departamento de Estado calculó en 2013 que oscilaban entre 1,4 y 2 mil millones de dólares, una cantidad que supera la mayoría de los rubros de la economía cubana, con excepción del turismo y la exportación de servicios médicos. En ese cálculo, no se incluyen las remesas enviadas por la comunidad de cien mil cubanos que viven en España.

Las remesas son una fuente de financiamiento externo que contribuye a la liquidez del país, una inyección directa de capital que no demanda gasto o inversión previa por parte del Estado o de un socio extranjero. El economista cubano Pavel Vidal, comentó que la tasa de cambio del peso cubano respecto al dólar en las Casas de Cambio (CADECA) se cotizó en una época a partir de varios indicadores, entre ellos las remesas.

Si después de la eliminación de la doble moneda, Cuba elimina el actual sistema de tasa de cambio fijo (invariable) y regresa a la “flotabilidad” (cada día una cotización diferente, de acuerdo con el comportamiento de ciertos factores), las remesas serían uno de los indicadores que determinarían el valor del peso cubano respecto a las divisas extranjeras.

Incluso, en el nuevo escenario económico, los envíos de dinero tienen un protagonismo especial. La directora general de Inversión Extranjera de Cuba, Deborah Rivas Saavedra, reconoció que las divisas llegadas desde el exterior eran en ocasiones el capital inicial con que contaban los cuentapropistas para empezar sus negocios.

El envejecimiento de la fuerza laboral cubana, por causa de la reducción de la natalidad y la emigración hacia el extranjero –principalmente a Estados Unidos– les darán a las remesas un rol todavía más importante en el futuro económico cubano.

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