El primer ministro Manuel Marrero valoró este lunes la difícil situación del comercio interior, los precios y la canasta familiar normada, conocida popularmente en la isla como “los mandados”, durante el trabajo en comisiones del parlamento cubano.
Al intervenir en la Comisión de Atención a los Servicios, Marrero defendió el reciente tope de precios establecido por el Gobierno a seis productos comercializados por el sector privado, medida que, dijo, “tiene como objetivo que los precios no sigan la tendencia de incremento sostenido”.
No obstante, en consonancia con numerosas críticas de los negocios afectados por el tope y la población en general, reconoció que en las tiendas estatales en MLC “los productos pueden ser más caros que en las mipymes”, según reseña Cubadebate.
Su explicación de esta diferencia, al menos de acuerdo con la publicación oficial, es que los productos de esas controvertidas tiendas “no se importan desde los mismos países”, en una presumible alusión al hecho de que muchos privados importan principalmente desde Estados Unidos y el Estado lo hace en mayor medida desde mercados más distantes.
Debido a las restricciones del embargo/bloqueo de Washington a la isla, las entidades estatales cubanas pueden adquirir alimentos en el mercado estadounidense, pero deben pagar sus compras al cash y no a través de créditos, como sí pueden hacerlo en otros países.
En este contexto, Marrero afirmó que “las TRD tomarán medidas para mejorar el asunto”, de acuerdo con la relatoría de Cubadebate, que no brinda detalles sobre la naturaleza de esas supuestas medidas ni su posible fecha de implementación.
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Recientemente el economista Omar Everleny presentó un cuadro comparativo de los precios entre las mipymes privadas y las tiendas estatales en Moneda Libremente Convertible (MLC), en un artículo publicado por la agencia IPS.
En su opinión existe una “satanización” de las mipymes, aun cuando sus precios son inferiores a los de las tiendas en MLC y “no son para que la población en general adquiera productos con sus salarios del sector estatal presupuestado o pensiones sino, principalmente, para esa porción que recibe remesas desde el exterior”.
¿Y los mandados?
En cuanto a otro sensible tema para muchos cubanos, el de la canasta familiar normada, Marrero admitió que la misma “ha presentado dificultades en su estabilidad en tiempo”, retraso que achacó al hecho de que “el financiamiento no se obtiene de forma oportuna”.
“Casi todos los productos de la canasta familiar hay que importarlos, y esta es la prioridad a la hora de destinar divisas para invertir”, aseguró, y dijo que en los últimos tres años “se incrementó la dependencia de las importaciones para asegurar los productos, al disminuir la participación de la producción nacional”, precisa Cubadebate.
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Aun así, el primer ministro afirmó que los mandados por la libreta son “una conquista que se mantendrá”, a pesar de “sus insuficiencias”.
Además, dijo que el Gobierno busca “soluciones alternativas” para garantizar su suministro en medio de la severa crisis económica y financiera que padece el país.
“Frente a este escenario, (Marrero) hizo hincapié en la importancia de encontrar soluciones para garantizar la distribución eficiente de la canasta y combatir la desinformación”, reseña, por su parte, Prensa Latina, aunque sin detallar tampoco de qué soluciones podría estar hablando.
Mientras, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, aseveró que “aunque faltan recursos y se puede hacer más con los disponibles” y dijo que la “situación más compleja” con la distribución de los mandados se presentan en el centro y el oriente de la isla.
Ante estos atrasos, la ministra abogó por “comunicar mejor esta situación al pueblo” y apuntó hacia las estructuras municipales, a las que consideró el “brazo derecho del Gobierno para cumplir lo establecido”.