Ofertas.cu ¿otro Revolico?

La revista Opina, fundada en 1979 y desparecida tras los rigores de la crisis de los 90 en Cuba, parece ser el pariente más cercano para una nueva iniciativa editorial impulsada por un medio de prensa oficial en Cuba. Esta nueva revista incluirá publicidad dirigida no ya a turistas o inversionistas extranjeros, sino fundamentalmente a nacionales. También se destina a la promoción de compraventas entre particulares.

Ofertas es el nombre que lleva esta publicación mensual que circulará por todo el país a partir de mayo en papel en número de 60 mil ejemplares y costará 3 pesos cubanos. Su versión digital estará disponible en www.ofertas.cu. Tratará de cubrir una función básica de comunicación enfocada al mercado interno que por más de 20 años había quedado descubierta.

El uso del dominio .cu asegura su visibilidad en Cuba, donde solo alrededor del 25 por ciento de la población tiene acceso a redes digitales, y de ellos mucho menos -no existen estadísticas específicas- a conexiones plenas de Internet.

Los encargados de darle vida a este proyecto son los editores de la Agencia Cubana de Noticias (AIN) quienes informaron que Ofertas tendrá 16 páginas, ocho de las cuales se dedicarán a los clasificados, mientras que el resto lo ocupará la publicidad, textos periodísticos y gráficos.

Su meta mayor es “abrir un espacio que satisfaga las necesidades de entidades estatales y del creciente sector no estatal para dar a conocer sus productos y servicios”.

Cualquier persona natural o jurídica puede desde ahora dirigirse a la sede de la AIN en 23 y J, en el Vedado, para contratar espacios publicitarios en la versión de papel, mientras que en la web se podrán postear anuncios de forma gratuita.

Respecto a las tarifas los editores explicaron que buscan colocarse por debajo de los precios habituales. “Hemos tratado de que los precios estén alrededor del 50 por ciento de lo que cobran otros medios por publicidad. Nuestros precios compiten”.

Hablar otro idioma

Con Ofertas la prensa oficial cubana de circulación nacional comienza a inmiscuirse en las prácticas publicitarias. Toda una novedad considerando que la comunicación promocional ha estado bastante estigmatizada dentro del sector periodístico.

Ningún diario cubano incluye publicidad en sus páginas, y entre los medios audiovisuales, salvo Radio Taíno y Cubavisión Internacional, ningún otro medio está autorizado a hacer inserciones de ese carácter.

Probablemente es un síntoma del cambio de discurso y de práctica, cuando en la isla están emergiendo sectores productivos y de servicios no estatales y con ellos nuevas necesidades informacionales por parte de los consumidores.

Por otra parte, constituye un ensayo de cómo lograr un modelo de prensa que, al menos parcialmente, comience a ser autosustentada por ingresos propios.

En Cuba las publicaciones periódicas siguen recibiendo presupuesto estatal, y no han explorado otras formas de ingresos. Las partidas presupuestales no se han incrementado de forma significativa durante años y esto ha dificultado la expansión y desarrollo de estos medios.

El factor económico, amén de otras consideraciones políticas, aparenta ser la principal causa que frena el crecimiento de este sector de comunicación pública en el país.

Edda Diz, directora de la AIN, admitió a Oncuba que “tendremos que aprender también en la marcha”.

“La mayoría de nuestro staff pertenece a las últimas cinco graduaciones de las licenciaturas de Periodismo del país. Y los que llevarán la publicidad y el marketing serán comunicadores sociales”, agregó Diz.

Ofertas ¿hija de Opina?

Como antecedente declarado Ofertas tiene a Opina, una revista que se convirtió durante la década de los 80 en “la revista de la familia cubana”.

Editada por el entonces Instituto Cubano de Investigación y Orientación de la Demanda Interna (ICIODI) llegó a tener una tirada próxima a los 500 mil ejemplares.

Pero Opina se extinguió en los 90s, con el comienzo de la crisis económica en Cuba. Nunca fue hermosa, pero era útil.

El ICIODI creó la revista en 1979 y la enfocó a servir a los consumidores y a proteger sus intereses a través de sus secciones de análisis crítico en las áreas de consumo o los servicios.

Opina ofrecía también consejos para el hogar y de vida cotidiana e incluía una amplia sección de clasificados y anuncios de permutas. Esto era fundamental en la época en que era no era legal vender inmuebles, aunque fueran propios. El único comprador podía ser el Estado, y los propietarios se veían obligados al “trueque” primitivo: la permuta, para cambiar de vivienda.

La revista Opina se insertó dentro de una discreta liberalización de actividades por cuenta propia en la década del 80 que no consiguió despegar del todo. Predominó una combinación de prejuicios contra el mercado, con efectos perniciosos derivados de distorsiones de la estructura económica del país.

De esa época data el otorgamiento de las primeras licencias a quienes podían ejercer oficios tradicionales, como plomeros o carpinteros, entre otros.

También se beneficiaron artesanos que marcaron la época con sus soluciones de ropa, zapatos y accesorios con los que compensaban los malos diseños y la escasez de algunos de estos productos en los comercios.

Tantos años después todavía se recuerda a los primeros artesanos llenando la Plaza de la Catedral de La Habana, bajo sombrillas multicolores, en los días de las “cocalecas”.

Feria en la Plaza de la Catedral, Tomada del libro Six Days in
Feria en la Plaza de la Catedral, Tomada del libro Six Days in

En esos años se permitió, por primera vez y por un tiempo corto, el funcionamiento del “mercado libre campesino” en el que se aceptaba un tipo de comercio de libre formación de precios para productos del agro.

Todo ello ocurría en un contexto comercial donde predominaban las ventas racionadas tanto de alimentos como de productos industriales de diverso género: desde el desodorante de uso diario, los juguetes para niños “una vez al año”, hasta los equipos electrodomésticos.

Sobre esto, quien fuera director de Opina, Eugenio Rodríguez Balari, ha escrito: “Entendíamos que esta debía desaparecer y era conveniente operar la economía con un mercado de libre concurrencia y activar las relaciones monetario mercantiles; los abastecimientos normados resultaban uno obstáculo a la economía, no solo por el nivel de subsidio que ocasionaban, sino porque impedía la formación del moderno y homogéneo mercado que se requería en el país.”

Pero no fue esa la visión que prevaleció.

“Los estudios del ICIODI, prosigue Rodríguez Balari, brindaron sus recomendaciones en momentos que existían mejores condiciones económicas y más seguras para hacerlo; sin embargo no fueron suficientemente analizados en las instancias correspondientes del Partido y gobierno y luego se desestimaron. Se consideró que el asunto no era conveniente enfrentarlo en aquellos momentos. Hubo temor, o no existió voluntad política para hacerlo, por lo que finalmente tomaron el camino de la gaveta”

Anunciar solo lo que está establecido

Ofertas llega a un contexto donde ya están bien establecidos en el mercado nacional algunos servicios online de clasificados que hacen parte del día a día en el mercado emergente en Cuba -lo mismo para el comercio legal, el sumergido o el francamente “negro”.

Revolico, Porlalivre o Cubísima, cumplen ya la función que Ofertas ahora quiere tener en la web, por lo menos en lo relativo a anuncios.

Aquellos son proyectos privados que operan desde fuera de Cuba y que no tienen ningún reconocimiento legal en el país. Revolico.com, incluso, tiene bloqueado el acceso desde Cuba.

A pesar de eso Revolico.com crece como el principal bazar online cubano. Los usuarios acceden por URLs alternativas o por proxys.

Pero el lema de Ofertas es, precisamente, “el camino seguro de los clasificados en Cuba”.

Los editores de la AIN lo reafirmaron en la conferencia de prensa del lanzamiento de la nueva publicación: que solo lo establecido desde la legalidad podrá ser anunciado para compraventas a través de Ofertas.

Es decir, en Ofertas no se encontrará anuncios como este:

Printscreen Revolico

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ni anuncios como este:

Porlalivre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y esa podría ser una de sus principales desventajas. Porque ante la oferta magra, de mala calidad y costosa de los comercios habituales en divisa o moneda nacional, se han creado redes de comerciantes que importan y venden todo tipo de artículos: desde ropa hasta juguetes sexuales; desde perfumes de marcas francesas hasta aires acondicionados.

“Nosotros de ninguna manera podemos promover el mercado negro. Digamos, por ejemplo, un anuncio que diga: Vendo pullovers Puma, porque se sabe que en Cuba no hay un comercializador particular de esta ropa. Ahora, si tú dices: Yo fabrico ropa de mujer…, ese sí es un trabajo contemplado dentro de las licencias que se dan para cuentapropistas.”

“Ahora, tú tienes un pullover o dos, que no te sirvieron o que quieres venderlos, perfecto. Pero no que tú traigas mil pullovers para venderlos, porque eso no está permitido.”

Lo legal

Ofertas “es un medio serio”, declaró su directora a Oncuba. “Un medio con una ética, que tiene una política de términos de uso, en los cuales está establecido eso. Si se detecta que alguna persona denuncia que otra está vendiendo… Nosotros no vamos a estar detrás del que pone un anuncio. El que pone un anuncio se compromete con lo que está publicando.”

“Ofertas no está concebido para la ilegalidad. Al contrario: hablamos de un camino seguro para los clasificados en Cuba, para que la gente se sienta segura”.

Según Edda Diz los usuarios no tendrán que ofrecer en la página web datos personales como nombres o direcciones de correo electrónico para postear un anuncio.

No obstante, como frente a otros servicios similares a este lanzados en el pasado por instituciones estatales, siempre reflotan las suspicacias. Por una parte en Cuba existe un proveedor único de servicios de acceso a redes, y por otra no está disponible un cuerpo legal que proteja suficientemente a los usuarios respecto al potencial uso indebido de su identidad virtual o la información sobre su comportamiento en la red.

“No es obligatorio, pero si te registras estás más seguro”, afirma Edda Diz. “Porque también en esos otros sitios se estafa, se engaña. Te convierten en receptador, que es un delito. Cuando tú adquieres algo que no es legal, estás cometiendo una ilegalidad también. Estamos protegiendo al público de eso”.

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