Putin en La Habana: petróleo y mucho más

Vladimir Putin y Raúl Castro en La Habana

Las corporaciones rusas se encargarían a partir del año 2015 de tres proyectos de perforación petrolera en las aguas profundas del Golfo de México.

La corporación estatal rusa Rosneft buscará y extraerá petróleo en Cuba, por medio de un acuerdo firmado con CUPET. Ambas cooperarán tanto en proyectos en tierra como en alta mar, en la prometedora Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México, donde en agosto de 2013 una plataforma rusa exploró el subsuelo marino en busca de hidrocarburos.

El convenio se firmó en el Palacio de la Revolución de La Habana, ante las miradas del presidente de Rusia Vladimir Putin y de su anfitrión cubano, Raúl Castro, durante la visita de doce horas que el líder del Kremlin realizó a la Isla.

Según sus propias palabras, Putin vino “a recuperar las posibilidades perdidas”. Respecto a las inversiones en el petróleo cubano, declaró que “en el futuro próximo se asimilarán nuevos yacimientos de la plataforma marítima de Cuba. Con estos fines las compañías Zarubezhneft S.A. y NK Rosneft S.A. cooperan activamente con la empresa estatal cubana CUPET”.

Las corporaciones rusas se encargarían a partir del año 2015 de tres proyectos de perforación petrolera en las aguas profundas del Golfo de México, como había anunciado un alto funcionario cubano.

La Rosneft viene a Cuba y ni siquiera tiene que preocuparse por el bloqueo de Estados Unidos: ya tiene sus propias sanciones económicas hechas desde Washington. El nombre de Igor Sechin, firmante del acuerdo con CUPET y presidente de la mencionada petrolera rusa, aparece en una lista negra del Departamento del Tesoro norteamericano, al ser uno de los sancionados después de la crisis diplomática por los diferendos territoriales entre Rusia y Ucrania.

“Ayudaremos a nuestros amigos cubanos a superar el bloqueo ilegal impuesto por Estados Unidos”, dijo el presidente ruso a su par cubano, después de la firma de diez documentos de cooperación.

Vladimir Putin y Raúl Castro conversaron sobre las perspectivas para incrementar las inversiones rusas en Cuba, así como el flujo turístico. Rusia también expresó su interés en colocar en la isla caribeña estaciones de la GLONASS, su versión del GPS “para suministrar a Cuba los productos, servicios y tecnologías en el campo de la teledetección de la Tierra y de las telecomunicaciones por satélite”, declaró Putin a la agencia de noticias Prensa Latina.

Otro proyecto importante es la construcción conjunta de un aeropuerto internacional de carga en San Antonio de los Baños, cerca del puerto del Mariel, donde existe una base militar aérea, erigida originalmente por Estados Unidos en los años 40 del siglo XX.

Putin expresó el interés de empresarios de su país en invertir en la Zona Económica Especial Mariel, en áreas como “la fabricación de los productos de plástico armado, de piezas de repuesto para automóviles, en el ensamblaje los tractores, en el montaje de maquinaria pesada para la industria ferroviaria”.

Moscú va en serio en su intención de recuperar la alianza económica con Cuba, ante el avance de otros inversionistas europeos en sectores que sus empresarios podían haber aprovechado.

Antes de venir a La Habana, el presidente ruso observó que “en los años noventa del siglo XX los ritmos de nuestra cooperación bilateral se redujeron y los socios extranjeros de otros países nos dejaron atrás en varias áreas. Por ejemplo, los canadienses ofrecieron a Cuba proyectos conjuntos prometedores en la industria minera, los europeos desarrollaron activamente el turismo”.

Al margen del petróleo, la principal inversión de Rusia en Cuba será la construcción de unidades generadoras en plantas eléctricas del occidente cubano, con un coste de mil millones de dólares. Su instalación simbolizaría el regreso de la industria pesada rusa, dos décadas después del desplome soviético.

Raúl Castro en persona acudió a despedir al jefe del Kremlin en el Aeropuerto Internacional José Martí. Doce horas antes había sido recibido por el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel. El calor que sintió Putin al tocar suelo cubano debió recordarle que estaba una vez más en La Habana, aunque la bienvenida le indicó que se encontraba en una Cuba diferente.

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