Sembrar arroz para no comprarlo en Vietnam

Cultivo de arroz

Cuba quiere cultivar en su suelo el arroz que hasta ahora trae del exterior. Producirlo en tierras criollas le costaría la mitad de lo que invierte en traerlo desde puertos vietnamitas. El ambicioso proyecto deberá concretarse para el año 2016.

La isla más grande del Caribe siembra solo una tercera parte del arroz que consume, según información ofrecida por el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, a la Agencia Cubana de Noticias.

Este alto funcionario recién recorrió las provincias centrales de la Isla inspeccionando inversiones y proyectos relacionados con ese cereal.

En 2014 los campos del país deben brindar 254 mil toneladas de las 700 mil de la demanda del alimento –básico en la dieta del cubano–. Solo algo menos de medio millón de toneladas será importado –principalmente de Vietnam o Brasil– para suplir lo restante de la necesidad nacional.

La reforma económica emprendida desde 2011 incluye una reducción de las compras en el extranjero. Dentro de esta estrategia, el Ministerio de Agricultura espera recoger 538 mil toneladas de sus arrozales en 2016. Si el plan fructifica, las adquisiciones externas del cereal representarían solo el 24 por ciento del consumo nacional.

Sin embargo, el plan implicaría duplicar la cosecha en un lapso de dos años. Si las previsiones se cumplen, la producción cubana de arroz en 2014 apenas sería un diez por ciento superior a la del año precedente.

Las noticias del nuevo plan coinciden con la inauguración de inversiones estatales en las provincias del centro de la Isla, con nuevas industrias para apoyar la siembra del cereal.

Los cubanos consumen un promedio anual de 70 kilogramos de arroz en sus comidas, uno de los más altos del mundo, según la ACN.

La agricultura no es uno de los sectores priorizados en la nueva política cubana para la inversión extranjera, aunque está abierto al capital foráneo como el resto de la economía desde marzo de 2014.

Si Cuba lograra sembrar en su suelo la mayor parte del arroz que necesita, sería un negocio redondo para todos en la Isla. Además de ser un ingrediente casi constante en la dieta local, el gobierno de La Habana comercializa cuotas de este cereal a precios subsidiados, garantizando un mercado seguro y constante.

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