The New York Times: el cambio económico puede conducir a una sociedad más abierta

El periódico estadounidense The New York Times publica este lunes un nuevo editorial en el que hace referencia a las transformaciones económicas que tienen lugar en Cuba impulsadas por el gobierno de Raúl Castro, y que han permitido a los ciudadanos de la Isla “crear formas de sustento que no están completamente sujetas al control del Estado”.

El ritmo de las reformas ha sido vacilante, afirma el rotativo, y señala que han tenido “mucho retroceso propiciado por la antigua guardia del Gobierno, que considera una mayor liberalización de la economía como un repudio del sistema socialista que Fidel Castro hizo sacrosanto”.

El artículo titulado La economía cubana en una encrucijada repasa la historia de la Isla y sus relaciones económicas, desde antes de 1959, cuando Estados Unidos era el más importante importador de azúcar, el principal producto de Cuba. Luego del triunfo de la Revolución, el gobierno de Fidel Castro afianzó el control estatal y “generó una economía retrógrada y lánguida, respaldada ampliamente por Moscú”, reseña The New York Times.

El colapso de la Unión Soviética en 1991 condujo a un desplome de la economía cubana y debido a la crisis de los años ’90 se produjo una apertura a la inversión extranjera y al trabajo por cuenta propia. “En 1999, la Habana encontró un nuevo benefactor en el recién elegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuyo apoyo hizo posible que las autoridades cubanas apretaran el control estatal de la economía”, prosigue el diario estadounidense.

“Pero en los últimos dos años, Venezuela, que provee petróleo ampliamente subvencionado a Cuba a cambio de servicios médicos, lidia con una crisis política y económica que empeora, y que podría forzar la eliminación de subvenciones a La Habana”, agrega The New York Times y subraya que estas circunstancias le han dado más urgencia al debate en torno a la rapidez en la implementación de las reformas en Cuba.

Según el reconocido medio norteamericano, existen dos posiciones fundamentales en este debate: “Los líderes de la antigua guardia advierten que una economía de mercado liberalizada podría convertir a Cuba en una sociedad menos igualitaria y proveería una apertura a que Estados Unidos desestabilice al gobierno mediante una inundación de inversión privada. Los reformistas, incluidos algunos de los economistas más respetados del país, argumentan que el estado actual de la economía es insostenible”.

“La realidad es que los logros en la previsión social de la Isla no pueden sustentarse si se mantienen las tendencias económicas y demográficas actuales”, asegura The New York Times, al tiempo que cita algunos indicadores económicos y sociales de interés en la Isla, como el salario promedio que equivale al 28 por ciento del poder adquisitivo antes del colapso de la Unión Soviética, el incremento notable de la emigración de los profesionales, el descenso en la tasa de natalidad del país y el estancamiento del sector agrícola. Entre los principales desafíos de la economía cubana el diario norteamericano apunta la concreción de acuerdos a partir de la nueva Ley de Inversión Extranjera y la eliminación de la doble moneda, “un proceso que podría generar inflación”.

El gobierno de Obama ha observado las reformas en la Isla con escepticismo, expresa el editorial. “La Casa Blanca ha flexibilizado las restricciones de viaje y de remesas, pero ha hecho relativamente poco para empezar a levantar la red de sanciones que Estados Unidos ha impuesto a Cuba durante décadas”, añade.

El texto explica que el presidente norteamericano puede contribuir a la expansión de la pequeña clase empresarial cubana mediante la flexibilización de sanciones a partir de pasos que puede tomar unilateralmente la rama ejecutiva. La Casa Blanca podría eliminar a la Isla de la lista del Departamento de Estado de países que respaldan organizaciones terroristas, y también es posible ampliar los mecanismos a través de los cuales los estadounidenses pueden proveer capital a las empresas independientes, sugiere The New York Times.

“A pesar del estancamiento económico, hay que destacar el crecimiento de una nueva clase de empleados del sector privado, actualmente casi 500,000. Aunque no es una cifra enorme en una nación de 11 millones de habitantes, constituye una clase sorprendentemente ingeniosa en un país donde administrar un restaurante privado exige adquirir prácticamente todos los ingredientes en el mercado negro”, reconoce el periódico.

El editorial, que constituye el séptimo publicado por las versiones digital e impresa del diario norteamericano desde el pasado mes de octubre, califica como “inconstante” la actitud de las autoridades cubanas respecto al emergente sector privado. “Aunque dan la bienvenida al empleo y a la ganancia tributaria que genera, los burócratas están poniéndoles trabas a los negocios particularmente exitosos, y obligando algunos a convertirse en cooperativas administradas conjuntamente con el Estado. El mensaje parece ser: queremos prosperidad pero no personas más prósperas que otras”.

“Washington podría empoderar el campo reformista al facilitar que los empresarios cubanos obtengan financiamiento externo y formación empresarial. Es poco probable que esa estrategia sea exitosa, a menos que Estados Unidos abandone su política de cambio de régimen. A pesar de que la transformación económica de Cuba está avanzando lentamente, bien podría conducir a una sociedad más abierta. Por ahora, el continuo antagonismo proveniente de Washington solo está ayudando a la antigua guardia”, concluye The New York Times.

 

Vea, además:

Editoriales del The New York Times:

La economía cubana en una encrucijada

La fuga de cerebros en Cuba, cortesía de EE.UU.

Tiempo de acabar el embargo de Cuba

La impresionante contribución de Cuba en la lucha contra el Ébola

Los cambios electorales respecto a Cuba

Un canje de presos con Cuba

En Cuba, desventuras al intentar derrocar un régimen

Salir de la versión móvil