En todo el mundo tiendas de todos tipos y tamaños están contratando más empleados, pagando tiempo extra y limitando las compras de varios artículos de alta demanda. Sus anaqueles han quedado vacíos ante las compras de pánico en respuesta a la pandemia de coronavirus.
Amazon señaló hoy que solo aceptará en sus almacenes cargamentos de proveedores de equipos de limpieza, suministros médicos y artículos del hogar durante las próximas tres semanas para satisfacer la creciente demanda. Contratará a 100.000 personas en todo Estados Unidos para mantenerse a tono con las enormes órdenes de compra. Mientras nás personas se quedan en sus casa, mas compran a través de internet. También aumentará temporalmente 2 dólares los salarios por hora hasta finales de abril para los empleados.
Muchos comercios están limitando las compras de productos como desinfectantes, aerosoles y sopas enlatadas para que haya disponibilidad. Compañías como Walmart y Wegman también están restringiendo los horarios al público para dar a los empleados tiempo para reabastecer los estantes.
Las medidas ocurren en momentos en que ejecutivos de la industria insisten en que las cadenas de suministro siguen siendo sólidas, a pesar de que los clientes se presentan a las tiendas y a veces salen con las manos vacías.
La Federación Nacional de Minoristas y la Asociación de Líderes de la Industria Minorista exhortaron a los compradores a controlarse, pidiéndoles que si no necesitaban un artículo por las próximas dos o tres semanas lo dejen para alguien que sí lo necesite.
“El acaparamiento y las compras de pánico crean brechas innecesarias para que alguien que necesita un producto pueda encontrarlo de nuevo en los anaqueles”, señalaron los organismos en un comunicado. “Esto es particularmente importante para los ancianos y quienes lidian con otros problemas de salud”, dijo un ejecutivo de Walmart.
Algunas tiendas como Stop & Shop, una cadena de comestibles en el noreste de Estados Undos, y Woolworth Australia han implementado horarios especiales para los ancianos. Jim Barth, dueño de una carnicería familiar en New Providence, Nueva Jersey, inició un servicio de entrega a domicilio para clientes enfermos o de edad avanzada, pero dejó de aceptar órdenes a través de internet después de verse abrumado por clientes que intentaban evitar las grandes muchedumbres.
En Francia, el centro de abastos de Rungis, ubicado en las afueras de París, abastece a alrededor de una cuarta parte de la población francesa. A ese lugar llegan los alimentos de productores de toda Francia –fabricantes de queso, granjeros, hortalizas y más — y de otras partes de Europa, para ser distribuidos a supermercados del norte. El sitio, que por lo general es un destino popular entre los turistas dispuestos a madrugar, ha permanecido cerrado salvo para sus 12.000 empleados.
Las autoridades francesas, como las de otras naciones europeas, aseguran que no hay motivo para la escasez si los clientes compran de forma razonable. Algunos residentes abarrotaron el lunes los supermercados de París anticipando un cierre.
Pero son eso: “compras de pánico”.
OnC/AP