Tras un agosto “extremadamente tenso”, el Gobierno sigue buscando soluciones para la crisis eléctrica

De acuerdo con autoridades del sector, continuarán las reparaciones programadas y los cortes eléctricos, mientras a contrarreloj se levantan grandes parques fotovoltaicos para decir adiós a la importación de crudos. Pero eso todavía demora.

Imagen de archivo de trabajadores durante la reparación de una termoeléctrica en Cuba. Foto: Unión Eléctrica de Cuba / Archivo.

Imagen de archivo de trabajadores durante la reparación de una termoeléctrica en Cuba. Foto: Unión Eléctrica de Cuba / Archivo.

A pesar de la promovida estrategia gubernamental para minimizar los apagones en el verano, la situación fue “extremadamente tensa” en agosto. 

Así lo reconoció este miércoles el ministro de Energía y Minas, Vicente de La O Levy, en el programa televisivo Mesa Redonda, dedicado a abordar —una vez más— la interminable crisis de la generación eléctrica en la isla.

La realidad es que la conocida longevidad de las plantas generadoras, el crónico déficit de combustible, el crecimiento de la demanda y la falta de financiamiento para enfrentar este escenario, dejan muy poco margen de maniobra ante la crisis, al menos a corto y mediano plazo.

No obstante, el Gobierno asegura que sigue trabajando en la búsqueda de soluciones para problemas acumulados durante años, mientras confía en que, con el descenso paulatino de las temperaturas, pueda ir lográndose un alivio gradual a la par de las acciones que se acometan. 

En las próximas semanas, los apagones de 12 y 14 horas comenzarán a disminuir, adelantó De La O Levy, pero no será tanto por una mayor estabilidad en el Sistema Electroenergético Nacional (SEN), sino “gracias a la naturaleza”.

“Las temperaturas comienzan a bajar, se producirá una disminución lógica de los consumos y eso favorece… y volveremos otra vez a los mantenimientos”, comentó el ministro al final de la Mesa Redonda.

El verano y su cierre

Tras un aumento progresivo de los cortes eléctricos con el avance del verano, hacia su cierre se produjo una intensa campaña de apagones en casi todo el país debido a la súbita salida del sistema de dos de sus plantas de mayor peso, junto a otras también averiadas.

Hablamos de las termoeléctricas Antonio Guiteras —la joya de la corona del SEN— en Matanzas, donde hubo jornadas con solo dos horas de fluido; y la unidad número 4 de Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, de “mejor disciplina tecnológica”, según el titular del sector.

También en agosto salió en dos ocasiones la unidad 1 de Felton, el otro caballo de batalla del sistema.

La Felton vuelve a desconectarse del sistema a solo diez días de la última rotura

Sobre las longevas termoeléctricas de la isla, De La O Levy explicó que se trata de “unidades que tienen 40 años y 50 años de explotación”, pero certificó la calidad de los mantenimientos ejecutados, los cuales, dijo, “se hacen con los recursos que tenemos” en el país.

Acerca de la generación planificada para el verano, el ministro detalló que las unidades térmicas debían producir unos 28,8 GW/h diarios y durante julio generaron 29 GW/h como promedio.

Energás, por su parte, debía aportar 8,3 GW/h diario, lo cual se cumplió. Entre tanto, las patanas debían generar 11,3 GW/h diarias y entregaron 13,2 GW/h.

En cambio, la generación distribuida no satisfizo el plan: “Se planificó 7,4 GW/h diario, pero solo se alcanzó 6 GW/h”.

Tales estadísticas respaldaron una reducción sustancial de los cortes en la generación en julio y la entrega de energía creció 10,6% con respecto al año anterior. Sin embargo, la demanda y el consumo también crecieron y volvieron las roturas y los apagones.

“Nosotros siempre dijimos que los mantenimientos iban a minimizar las afectaciones comparado con el periodo anterior, pero que no se acaban los apagones y así fue los primeros 15 días de julio en que prácticamente no hubo, pero agosto sí fue extremadamente tenso”, reconoció.

La historia de una bomba

Según el ministro, “las cosas que fallaron no fueron las que intervenimos y hubo que hacer proezas para recuperarlas, como fue el caso de la Guiteras con la salida de la bomba hidráulica, de altísima presión y muy especializada”.

Las autoridades, contó el funcionario, tuvieron que importar una bomba hidráulica de Francia, dada la tecnología que emplea la plana matancera y enviarla a través de Italia “con toda la situación financiera que nosotros tenemos”.

Aunque la reparación de la bomba afectada finalmente fue acometida por técnicos cubanos que trabajaron día y noche sin paradas, Cuba decidió, a su vez, contratar los servicios de un experto extranjero para eventualmente instalar el nuevo dispositivo adquirido en el mercado francés.

El especialista, contó De La O Levy, hizo lo correcto y demandó una serie de condiciones para instalar la nueva bomba: un cambio del aceite, que son unos 14 tanques de 55 galones. Se trata de un producto especial, ideal para circuitos hidráulicos cercanos a fuentes de calor debido a su garantía contra incendios, su durabilidad y otras cualidades, y que obviamente, es “costosísimo”.

A su vez, el experto también indicó el cambio de todas las tuberías para evitar que alguna incrustación pudiera dañar la bomba y ordenó el cambio de todas las mangueras de alta presión. Personalmente, él vendría con todos los equipos para “medir la cantidad de partículas que tiene el aceite”.

Ante tales exigencias técnicas y la imposibilidad financiera de satisfacerlas, las autoridades decidieron continuar con la reparada bomba cubana y dejar la de facturación francesa de repuesto.

La decisión se argumentó con las privaciones del embargo estadounidense.

“Lo que está planteando el experto es correcto, la tecnología lo exige, pero nosotros no podemos porque estamos imposibilitados por el enemigo, el bloqueo, Estados Unidos, que nos deja acceder a nada, ni a financiamientos, ni a recursos, ni a los barcos, ni a los combustibles, incluyendo los aceites que lo consideran combustibles también”, enumeró el titular.

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Importaciones onerosas

La estructura energética del país está compuesta por las termoeléctricas, responsables de más de 60 % de la energía que consume la nación; Energás, que utiliza el gas acompañante del petróleo nacional; y la generación distribuida (los grupos electrógenos y las patanas).

Además, la energía renovable, aún por despegar, por el momento solo aporta alrededor del 5 %.

“La generación térmica consume el crudo nacional y Energás emplea el gas de los pozos cubanos. El resto de los combustibles, el diésel y el fuil, debemos importarlos”, explicó el ministro.

Según estadísticas proporcionadas por el propio directivo, anualmente Cuba consume 8 millones de toneladas de combustible. De ese total, solo unos 3 millones se extraen de los pozos de la isla.

“El resto, 5 millones de toneladas, nosotros las teníamos aseguradas por diferentes vías: alianzas, acuerdos, suministros a largo plazo con financiamiento. Hoy nosotros no tenemos esa posibilidad, y estamos saliendo al mercado internacional a comprarlas”, reconoció.

“Hoy los niveles de facturación petrolera son gigantescos. Estamos hablando de miles de millones de dólares, y se pasa mucho trabajo para adquirir eso”, lamentó De La O Levy, sin mencionar el estado actual de los acuerdos firmados con Rusia, Venezuela y México en materia energética.

Al lastre oneroso de la importación de combustible, se suman las bajas por obsolescencia de algunas unidades termoeléctricas o la merma de disponibilidad debido a su fatiga tecnológica.

“Una unidad de 100 MW hoy solo genera entre 70 u 80 megavatios. La suma de todos esos déficits está en el orden de los 400 MW por los años de explotación, la falta de piezas de repuesto, lo que representa más de una Guiteras”, contabilizó el ministro.

Los mantenimientos, por otra parte, al no ser capitales, no pueden “recetearlas” por completo, de modo que el objetivo declarado es mantenerlas con vida, porque de lo contrario “las llegas a sacrificar y las pierdes totalmente”, apuntó.

Aumento de la demanda y el consumo

Las consecuencias de la llamada revolución energética en los albores del siglo XXI jalonaron la importación de medios eléctricos de cocción, a la par que fueron sustituidos los equipos de refrigeración y otros de alto consumo, e introducido los grupos electrógenos para la generación.

De esta forma, según se supuso entonces, el país se ahorraría millones de dólares, incrementaría su capacidad energética necesaria y las termoeléctricas con un consumo excesivo de combustible podrían dejar de funcionar progresivamente, al ser sustituidas por las nuevas plantas generadoras.

Ello, bien se sabe hoy, no sucedió.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), de 2004 a 2020 Cuba importó un total de 73 420 grupos electrógenos, por un valor de 1 499 084 000 pesos cubanos, los cuales se instalaron de manera aislada o conectados al SEN.

No obstante, las cada vez más añejas termoeléctricas siguieron cargando sobre sus hombros el mayor peso de la generación, mientras se posponían una y otra vez los mantenimientos capitales necesarios, los grupos electrónicos también se rompían y la demanda no paraba de crecer.

Por demás, los cambios en el escenario económico, con un sector privado creciente pese a las bridas impuestas, ha ido transformando la estructura y dinámica del consumo eléctrico.

“Hay nuevos actores económicos que demandan más energía. Es un sector que consume de manera importante, los aires acondicionados, los equipos electrodomésticos, de clima, de refrigeración, son decenas de miles que entran todos los años por la aduana”, ilustró el ministro.

Esa masa crítica de tecnología ha propiciado un levantón de la demanda y el consumo, de modo que cuando se restablece el fluido luego de un apagón, la demanda escala por encima del 3% “y eso nos alarma”, explicó.

Sin embargo, cuando el corte energético es mayor a las tres horas, entonces el crecimiento del consumo es espectacular, alcanzando un 51% . “Son números astronómicos”, dijo De La O Levy.

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De Felton 2 y la rotación de apagones

Sobre el bloque 2 de la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, en la provincia de Holguín, el ministro señaló que los trabajos de rehabilitación de la caldera avanzan lentamente.

Víctima de un incendio en julio de 2022, la caldera de esta unidad —con capacidad para generar más de 200 MW— tuvo que ser desmontada al dañarse totalmente por el fuego.

De acuerdo con el funcionario, la operación ha sido delicada, pues para bajar su domo tuvo que ser importado un equipo especializado que garantizara un equilibro perfecto para evitar desajustes técnicos.

“Felton la vamos a recuperar con la industria nacional y se está construyendo la estructura de la caldera con un nivel de acero que ya disponemos”, aseveró.

“Nunca ha estado más cerca el financiamiento necesario (50 millones de dólares) para importar los equipos que no se producen en Cuba”, dijo el ministro.

Sobre la rotación de los apagones —“la gran queja del interior del país”, según la periodista Arleen Rodríguez, quien hizo de moderadora—, De La O Levy explicó que cuando hay afectación se calcula nacionalmente a partir del déficit en la generación y la demanda que se prevé en el día.

“La distribución por las provincias se realiza a partir de los circuitos que son apagables y los que no, que suponen entre 3 %—4%. Luego se hace una repartición porcentual a partir de la demanda de los circuitos apagables y así se distribuye el apagón”, precisó.

Según dijo, “son infinitas las variables para tomar una decisión de apagar un circuito, lo cual es extremadamente complejo y se hace lo más equitativamente posible”.

Acciones inmediatas

Entre las prioridades a corto plazo, el titular de Energía y Minas citó la recuperación de la generación distribuida, “que es la que menos recurso necesita y es la que más rápido da resultados”.

Al no poder, por carencia de piezas de repuesto, acometer reparaciones sistemáticas de los motores —se arreglaron unos 100 hasta 2021— hoy en día, sin una línea de crédito para tal propósito, solo existe una disponibilidad de 400 MW cuando haya combustibles, diésel o fuil, “lo que es una bajísima disponibilidad”.

El directivo, aseguró, sin embargo, que por estar parados, los motores no están “canibaleados” y que “no se sacan piezas de uno para ponérselos a otros”.

El otro objetivo es seguir dando mantenimiento “porque si no sacrificamos las termoeléctricas y las perdemos totalmente” y anunció la salida de la planta de Energás por unos diez o doce días por necesidades de mantenimiento.

La tercera acción estratégica consiste en escalar en el ahorro y la eficiencia energética.

“Nosotros estamos sacrificando la economía para afectar menos a la población. Tenemos paralizada la agricultura, la zafra azucarera, el transporte, todo lo tenemos paralizado para sacrificar menos a la población, y sin afectar el nivel de vida, todavía pensamos que hay posibilidades de ahorro”, consideró.

Por último, la cuarta acción es potenciar la energía renovable y en el mediano plazo, y cambiar la matriz energética del país, cancelando como primer paso la importación de combustibles fósiles.

Instalarán más parques solares en el oriente cubano

Esta última línea estratégica “pasa por utilizar el crudo nacional, el gas y reducir los consumos con la energía renovable”, dijo De La O Levy, volviendo a ponderar el programa estrella de la generación fotovoltaica, con la instalación de 2 000 MW en la primera fase.

“Ya hemos tenido que brincar varios obstáculos, siendo el financiamiento el primero de ellos. Eso se resolvió y todas las semanas está llegando un barco con recursos y está el movimiento constructivo funcionando”, aseveró el ministro.

“Resuelto ese tema, el volumen constructivo tiene que tener una secuencia muy bien estudiada, porque no hay un almacén intermedio, de modo que llegan los recursos y van directamente a la obra”, agregó.

Realizados todos los estudios pertinentes de viabilidad y meteorológicos, Cuba contrató una reserva por encima de los mil MW para responder a eventuales niveles de rotura de los parques fotovoltaicos por eventos climatológicos. De acuerdo con el funcionario, no se espera “un nivel de rotura que paralice el país”.

Por su parte, Rosell Guerra, director de Energía Renovable del Ministerio de Energía y Minas, precisó que actualmente existen 77 parques, aunque son más pequeños que los que se construyen y que la experiencia en esta tecnología arrancó hace 11 años con la construcción del primer parque de 1 MW en Cienfuegos.

Los 2 000 MW pretendidos para 2025 o 2026 implican la instalación de 4 millones de paneles solares y la perforación de 1,4 millones de bases para soportarlos, lo que implica mover recursos en unos 11 mil contenedores.

Según Guerra, de los 92 grandes parques solares, cada uno de 22 MW, ya hay 30 en el país que están en la fase de construcción civil. Se pretende que su construcción tarde entre tres y cuatro meses, una vez que tengan todos los recursos en el lugar de su ejecución.

De esos 30 parques, hay 10 cuyos recursos están en Cuba o llegan en lo que resta de año y eso significa 220 MW.

“Eso quiere decir que los 280 MW que el país ya tiene instalado, más estos 220 MW que se instalarán en 2025, mediante un proceso inversionista más fuerte que el de 2024, permitirán durante el día ir reduciendo las afectaciones eléctricas de la economía y de la población, hasta que logremos en algún momento de 2025 que durante el día no tengamos afectaciones de servicio eléctrico”, estimó con optimismo el funcionario.

Un minuto sin combustible importado en 2025

El plan gubernamental es superar el 24% de la energía renovable para 2030. Las vías para ello serán expuestas y debatidas durante la de la III Feria Internacional de Energías Renovables y Eficiencia Energética, prevista del 18 al 20 de septiembre en Pabexpo.

Más de un centenar de expertos internacionales y un numeroso grupo de ingenieros, programadores, académicos y directivos empresariales cubanos participarán en el evento, según se adelantó en la Mesa Redonda.

“El objetivo es escuchar la opinión de los organismos internacionales y expertos del área sobre la nueva visión que tiene el país de la transformación de la matriz energética”, manifestó el director de Energía Renovable del Ministerio de Energía y Minas.

“Estamos convencidos de que, con el crecimiento de las energías renovables, el crecimiento de Energás, y con las reparaciones que estamos haciendo en las unidades térmicas, al menos tendremos un minuto en 2025 en el que no tendremos que consumir combustible importado”, avanzó, por su parte, Vicente de La O Levy.

“Ese será el primer minuto. Y la meta será incrementarlo hasta que llegue el momento en que dejemos de consumir combustible importado. Será un camino largo y lleno de obstáculos, pero es un camino seguro”, concluyó el ministro, justo en un día en que hubo 620 MW de afectación máxima y los apagones se extendieron desde la mañana hasta casi las 2:00 de la madrugada.

 

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