Ventas en CUC y CUP: ¿Un peso o cinco pesetas…?

Tienda en Camagüey

La peletería La Principal y la tienda Plaza Mercado son en Camagüey las pioneras en el experimento de la unificaciòn monetaria

En octubre del 2013 una Nota Oficial publicada en el diario Granma anunció el inicio de la unificación monetaria y cambiaria. Sin definir plazos ni pasos concretos, comenzaría por el sector empresarial.

La voluntad del Gobierno de integrar las dos monedas que circulan en la Isla había sido declarada en el documento que rige la actualización del modelo económico cubano, aprobado durante el 6to Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC ).

Lo próximo que se supo respecto a la unificación, fue que en la Capital algunas tiendas que operaban exclusivamente en CUC (Pesos Cubanos Convertibles) ofrecerían a los clientes la posibilidad de pagar también en CUP (Pesos Cubanos). Esa facilidad se extiende ahora por toda Cuba: comenzó a aplicarse de forma simultánea en las provincias del interior desde principios del mes de junio.

Un reporte de la Agencia de Información Nacional (AIN) asegura que en la ciudad de Bayamo, por ejemplo, se escogió para ello “uno de los mayores complejos comerciales del Oriente”. Sin embargo en Camagüey, el mayor y más céntrico complejo comercial de la ciudad, la tienda El Encanto no forma parte de la arrancada.

La peletería La Principal y la tienda Plaza Mercado —de artículos varios—, son aquí las pioneras de este experimento, que según fuentes oficiales debe extenderse a otros establecimientos de TRD y CIMEX, cuyas ofertas solo se encuentran hoy en CUC.

Las dos tiendas cuentan con tablas y personal especializado que ayudan al cliente a realizar las conversiones pertinentes, pero la identificación del precio de cada producto solo está disponible en CUC, lo cual impone molestos cálculos que no fueran necesarios si la infraestructura comercial estuviese acondicionada para señalar de forma puntual los importes en una y otra moneda.

Un breve sondeo “a punta de mostrador” revela predisposición hacia el uso del CUC sobre el CUP, así como un incremento en el empleo de tarjetas magnéticas, principalmente de personas que cumplieron misiones en el exterior y ahora son beneficiarias de un descuento porcentual. El pago mediante esta última modalidad suele retrasar la dinámica natural de las ventas, pues el servicio electrónico que lo soporta no resulta eficiente.

A las afueras de Plaza Mercado y La Principal pueden hallarse criterios especulativos sobre el futuro del sistema monetario cubano absolutamente contrapuestos.

Una señora mayor con una bolsa de detergente piensa que “esto está diseñado para que se quede el CUC…”. Apoya tal suposición en que la tienda ofrece el vuelto y los reembolsos solo en esa moneda, sin importar cuál sea la moneda de pago. Todavía no puede el cliente escoger qué tipo de dinero se lleva a casa, aunque sí cuál sacar de su bolsillo.

El mismo argumento sirve a la teoría de un joven profesional de los medios de comunicación, quien considera que “el Estado le está dando valor a la Moneda Nacional –se refiere al CUP—”. Los establecimientos estimulan el uso del CUP, y a la vez se quedan con él.

Billete de tres pesos cubanos
Los cubanos estrenan el pago con CUC Y CUP/Foto: Cortesía del autor

La falta de información oficial sobre la marcha del proceso de unificación monetaria —incluso el desconocimiento de la meta final a la cual debe conducir— genera incertidumbre al respecto, y es pasto donde engorda la especulación.

Luego queda la impresión de que está en curso un cambio trascendental bajo el método de ensayo-error, o que “nos tienen la bola escondida”: la ausencia de definiciones y cronogramas públicos no contribuye a otra cosa.

Sé de ciudadanos que, condenados a actuar bajo los efectos de la teoría del rumor, han cambiado sus ahorros una y otra vez, de una moneda para la otra, tratando de adelantarse a lo que llaman “el golpe que viene”. Esto sucede al margen de que el Gobierno asegure, como lo ha hecho, que las transformaciones en el sistema monetario no perjudicarán los ingresos bien habidos de la población.

El CUC (Peso Cubano Convertible) tiene una equivalencia con el CUP (Peso Cubano) de 1 a 25. Entonces la única ventaja de poder pagar en ambas monedas es que las personas se evitan el paso por las Casas de Cambio (CADECA) —fastidioso a causa de las colas— para transformar sus salarios en CUC y adquirir productos de primera necesidad como el aceite de cocina o la leche en polvo, toda vez que las tiendas escogidas para el experimento en cada localidad cuenten con esas ofertas.

La gente en Cuba necesita poder cobrar y pagar en una sola moneda, pero el dilema fundamental es que esta les permita un acceso suficiente al consumo de bienes y servicios.

Al final es exactamente lo mismo un peso que cinco pesetas (las pesetas aquí son monedas de 20 centavos). Nada tiene que ver esta novedad comercial con el poder adquisitivo real de la mayoría de los cubanos, que permanece inerte y a ratos disminuye ante frecuentes arremetidas de la célebre “oferta y demanda”.

Tienda en Camagüey/Foto: Cortesía del autor
Las tiendas en Camagüey comienzan a funcionar con CUC y CUP/Foto: Cortesía del autor
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