El Sol en el Caribe: Amigo-Enemigo

Foto: José Rubiera

Foto: José Rubiera

Comienza la etapa veraniega del año, tanto en La Florida como en Cuba. El flujo de personas hacia las playas es constante, principalmente en los fines de semana, para crecer firmemente en las vacaciones de julio y agosto. Es una forma de disfrutar del mar, la playa, disipar el calor con la brisa marina y pasar un buen rato. Y hay muchas personas a las que, además, les interesa particularmente el bronceado natural que proporciona la luz solar.

Para todos los que nos gusta disfrutar de la playa, este artículo trae una advertencia… ¡Cuidado con el Sol!

El Sol es la estrella que ofrece luz y calor a nuestro planeta, Es totalmente necesario, pues este cuerpo celeste permite que tengamos las condiciones óptimas para el desarrollo de la vida, ubicados como estamos a unos 150 millones de kilómetros de él, ni tan cerca como para que nos abracemos con la alta temperatura, ni tan lejos como para que el frío sea insoportable.

La estrella principal de nuestro sistema solar brinda energía a todos los procesos que ocurren en nuestro planeta: el movimiento de la atmósfera y los océanos, la energía que viene en los combustibles fósiles creados en millones de años, y da de por sí una energía, la de la radiación solar, que ya se utiliza en forma creciente, pero que tendremos que aprovechar al máximo en el futuro.

Puede decirse que casi la totalidad de la energía utilizada por los seres vivos procede del Sol. Las plantas la absorben directamente por la fotosíntesis, los herbívoros absorben indirectamente una pequeña cantidad de esta energía comiendo las plantas, y los carnívoros absorben indirectamente una cantidad más pequeña comiendo a los herbívoros.

El Sol tiene una temperatura media de 6000 ºC, y en su interior tienen lugar una serie de reacciones de fusión nuclear, que producen una pérdida de masa que se transforma en energía. Esa energía es la que se emite al espacio en forma de radiación, que llega a La Tierra.

La radiación solar se distribuye por todo el espectro energético, desde el infrarrojo (calor) hasta el ultravioleta, pasando por el espectro de la luz visible que es la que captan nuestros ojos.

Playa Mayabeque
Foto: Santiago Batisdona.

La perjudicial Radiación Ultravioleta

No toda la radiación emitida por el sol alcanza la superficie de la Tierra, pero en condiciones óptimas de un día soleado y con los rayos del Sol irradiando casi perpendiculares, al mediodía, las tres cuartas partes de la energía sí llega. Casi toda la radiación ultravioleta y gran parte de la infrarroja son absorbidas por la atmósfera. La energía que llega al nivel del mar suele ser radiación infrarroja en un 49 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} (que representa la energía calórica), la luz visible en un 42 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} mientras que radiación ultravioleta sólo llega un 9 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de}. Pero ésta es la más importante, la más peligrosa, por sus efectos nocivos.

La Radiación Ultravioleta es la radiación de menor longitud de onda (360 nanómetros, nm) la cual lleva consigo mucha energía. Esa radiación interfiere con los enlaces moleculares en los seres vivos, especialmente las de un tamaño de menos de 300 nm. Por esa razón pueden alterar las moléculas de ADN.

Es importante, pues, protegerse de este tipo de radiación, ya que su acción sobre el ADN está asociada con el cáncer de piel. Sólo las nubes tipo cúmulos de gran desarrollo vertical (las que forman las tormentas eléctricas) atenúan éstas radiaciones prácticamente a cero. El resto de las nubes, sean  cirrus, estratos y cúmulos de poco desarrollo vertical, no las atenúan, por lo que es importante la protección aún en los días nublados.

nubes
Sólo las nubes tipo cúmulos de gran desarrollo vertical (las que forman las tormentas eléctricas) atenúan las radiaciones prácticamente a cero.

Es importante tener especial cuidado cuando se desarrollan nubes cúmulos, ya que éstas pueden llegar a actuar como espejos y difusores e incrementar las intensidades de los rayos ultravioleta y, por consiguiente, el riesgo solar. Algunas nubes tenues pueden tener el efecto de lupa. Así que hay que tener cuidado, no sólo en días despejados, sino también en los días nublados.

Entre los daños que los rayos ultravioleta pueden provocar se incluyen, además del ya mencionado cáncer de piel,  el envejecimiento cutáneo, irritación, arrugas, manchas o pérdida de elasticidad, así como afecciones a nivel ocular. También hay información de que pueden desencadenar lupus eritematoso sistémico.

La radiación ultravioleta emitida por el Sol llega a La Tierra en la forma de radiaciones ultravioletas de tipo A, B y C (UV-A, UV-B y UV-C), A causa de la absorción por parte de la atmósfera terrestre, el 99 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de los rayos ultravioletas que llegan a la superficie de la Tierra son del tipo UV-A. Ello nos libra de la radiación  más peligrosa para la salud, ya que la radiación UV-C no llega.

La radiación UV-B es sólo parcialmente absorbida por el ozono y también produce daños en la piel.

Anote esta explicación, porque cuando usted quiera adquirir una crema bloquedora solar, espejuelos o gafas de sol, o cualquier otro elemento de protección, debe fijarse que sean capaces de absorber las radiaciones UV-A y UV-B.

Gráfica de la entrada de radiación a la atmósfera
En este gráfico pueden verse los diferentes tipos de radiación que emite el Sol. Obsérvese, que la radiación ultravioleta tipo UV-A llega casi completa a la superficie de La Tierra, mientras que la UV-B llega parcialmente. La radiación UV-C es totalmente absorbida por la capa de ozono y no llega a la superficie del planeta.

El índice UV

Seguramente algunos habrán visto en sus países de residencia el uso del Índice UV y su pronóstico, en los partes de la TV y los periódicos.

El índice UV es un indicador de la intensidad de radiación UV proveniente del Sol en la superficie terrestre. Este índice también señala la capacidad de la radiación UV solar de producir lesiones en la piel.

Varias organizaciones internacionales han publicado un sistema estándar de medición del índice UV y una forma de presentarlo al público incluyendo un código de colores asociado. El código y los valores se pueden ver en la siguiente tabla:

Índice UV

Sin embargo, hay que señalar que en las zonas tropicales de nuestro planeta, como es el caso de La Florida y el Caribe, este tipo de información tiene relativamente poco uso, porque en estas zonas  el Índice resulta cotidianamente muy elevado, sólo modulado en pequeña medida por la nubosidad que esté presente en un momento dado.

En estas zonas debemos asumir que el Índice es siempre del nivel de Naranja (Alto) hacia los valores más elevados de la tabla (Rojo y Violeta).

Foto: José Rubiera
Foto: José Rubiera

 

¿Qué medidas pueden tomarse para protegerse del sol?

Existen toda una serie de consejos prácticos que ayudan a evitar, o disminuir, los riesgos a la salud originados por la radiación ultravioleta que nos llega del Sol. Algunos de los principales que se recomiendan son:

1 -Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, hora de verano (EDT).

2 – Aproveche las sombras. Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar. Siempre llega alguna radiación, y no olvidar el efecto reflector de la arena de playa.

3 – Use espejuelos o gafas de sol, pero cerciórese que sean las apropiadas para detener las radiaciones UV-A y UV-B. Esta medida ayuda a proteger la retina, principalmente en personas con ojos claros. Las gafas de sol con un índice de protección del 99{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de}-100{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} frente a los rayos UV-A y UV-B reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar.

4 – Use ropas que le protejan. Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible, también protegen contra el sol. Y úselas también, por supuesto, al bañarse en el mar.

5 – Es necesario aplicarse una crema con filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como el rostro y las manos. Fíjese que proteja contra las radiaciones UV-A y UV-B. Nunca debe utilizarse la crema con filtro solar con el sólo objetivo de prolongar la exposición al sol. La crema debe usarse para Índices UV de 3 o superior, por lo tanto, su uso es una regla en los países tropicales. El factor de protección de la crema deberá ser igual o superior a 30, pero lo mejor es que sea de 50 o 60, especialmente en las personas de piel blanca. Extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.

6 – Evite las lámparas y las camas bronceadoras. Las lámparas y las camas bronceadoras aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección.

7 – Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición a los rayos UV como ya se ha explicado. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.

Foto: Lorenzo Crespo Silveira
Foto: Lorenzo Crespo Silveira
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