Escuela de Fotografía Creativa de La Habana: una iniciativa del sector privado

Como parte del proceso de revitalización de la economía cubana, desde octubre de 2010, el gobierno de la Isla autorizó la realización de 178 actividades para el ejercicio del trabajo por cuenta propia. En el anexo 1 de la Resolución No. 32/2010 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social quedaron recogidas estas nuevas actividades autorizadas.

Este hecho constituyó el principal impulso de un número de fotógrafos independientes, liderados por el experimentado artista del lente Tomás Inda, quienes respaldados por la nueva regulación, darían lugar a la fundación en julio de 2011, de la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana (EFCH).

“La Resolución estipula la licencia para la enseñanza de las artes -la actividad número 101 es profesor de música y otras artes- ahí entramos nosotros los fotógrafos”, explica Inda.

“¿Dónde enseña un profesor?: en un centro académico. De ahí que decidimos organizar algo parecido a una escuela. Al principio no era tan grande como ahora. Ha ido creciendo con el tiempo. Cada vez tenemos más alumnos y contamos con varias aulas”, explica.

 La EFCH radica en una casa arrendada por Inda a sus propietarios. Esa es otra de las posibilidades que se han abierto con las nuevas regulaciones para el trabajo por cuenta propia en Cuba.

 “Somos una escuela muy joven. Los profesores rondan los 32 años de edad. En la juventud está el futuro. Ellos imparten clases espectaculares porque tienen la energía, el interés, el entusiasmo y les gusta mucho la fotografía. La idea es aprender fotografía pero al mismo tiempo, divertirse”, comenta Inda.

Tomás Inda de 61 años de edad recuerda con mucho agrado el momento en el que encontraron una brecha para hacer legal un proyecto de este tipo
Tomás Inda de 61 años de edad recuerda con mucho agrado el momento en el que encontró una brecha para hacer legal su proyecto

 Dentro de la escuela

 La EFCH está conformada por una estructura muy flexible. Cada mes se crean nuevos cursos a la medida de los clientes. No obstante, la institución cuenta con tres modalidades lectivas que poseen gran demanda.

 “Primero impartimos un curso básico de fotografía en el que se aprende lo más elemental para tomar una foto. Tiene una duración de dos meses y su frecuencia es dos veces por semana, dos horas de clase.

 “Después, viene el integral de fotografía que dura diez meses. En su primera etapa, de cuatro o cinco meses, se enseña lo elemental pero de manera más extendida. En tanto, en la segunda etapa, que es optativa, los interesados adquieren además un poco de cultura visual, algo de lo que estamos muy carentes. Durante esta etapa los alumnos estudian historia del arte, historia de la fotografía, quiénes son los principales fotógrafos, asisten a exposiciones, visitan museos, ven pintura que es la antecesora de la fotografía.

 Por último ofertamos el curso profesional de fotografía que dura tres años. En él las asignaturas son más extensas: iluminación, esquemas de iluminación, trabajo de cámara, combinación de luces y cámaras, trabajo de luces para un ambiente determinado.

 “Además en la escuela se realizan foto safaris. Hace tres meses los alumnos ascendieron el Pico Turquino junto a la profesora Talía Pérez, quien además es bióloga. Como parte de ese taller de fotografía de la naturaleza, aprendieron un poco de biología y de fotografía”.

 Otra de las modalidades de la escuela son los talleres de verano que tienen una duración de cuatro a seis días.

 “Ahora en agosto impartiremos un taller sobre procesos antiguos para aprender los métodos del siglo XIX como el papel salado y la cianotipia. Es para que los alumnos comprendan por qué la primera fotografía de la historia tuvo ocho horas de exposición. Hacemos también fotografía minuturera, similar a la que realizan los fotógrafos tradicionales que trabajan frente el Capitolio”, señala.

 El prestigio de la joven escuela comienza a hacer visible. Sus alumnos han obtenido premios en importantes certámenes de fotografía. También se insertan en la vida cultural del país a través de la participación en eventos como Danza en paisajes urbanos, Mayo Teatral, el Festival Internacional Jazz Plaza o Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Más allá de las aguas territoriales llegan a la escuela alumnos que consultan las ofertas de clases a través de su sitio web www.efchabana.com.

Formación de foto reporteros cubanos

En Cuba existe una larga tradición en el campo de la fotografía épica e histórica la cual ha documentado, desde la prensa nacional, momentos únicos e irrepetibles.

Sin embargo, en opinión del fotógrafo Inda debería crearse una carrera independiente para quienes se dedican a la fotografía fija en los órganos de prensa. Por lo general, los foto reporteros cubanos poseen una formación autodidacta o provienen de otras especialidades.

Azoteas -habaneras.

El caso de Inda no es la excepción. Enamorado de la fotografía llegó a ella de manera aficionada mientras estudiaba en la secundaria Básica a los 14 años. Luego recibió nociones de la asignatura en el Instituto Técnico Militar donde se graduó de técnico en fuerza aérea. Finalmente pudo desarrollar su vocación a las anchas cuando cursaba la ingeniería en fuerza aérea de aviación, en la antigua Unión Soviética.

Al jubilarse de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, hace una década, decidió dedicarse a la pasión de su vida. Un buen día llegó al Instituto Internacional de Periodismo José Martí donde aprendió del desaparecido maestro Félix Arencibia. Allí ejerció la docencia durante siete años.

“Mientras laboré en el Instituto Internacional de Periodismo me sentí parte de la prensa cubana y me di cuenta de que realmente la Facultad de Comunicación Social no prepara foto reporteros ni foto periodistas. Una gran cantidad de universidades del mundo han optado porque sea una carrera independiente. El primer año es común para todas los estudiantes. Luego, en cierto momento, se separan las especialidades de periodismo y foto periodismo.

“Hoy en día, la fotografía fija tiene una importancia increíble. Más del sesenta ó setenta porciento del espacio en cualquier órgano de prensa moderno está dedicado a la imagen gráfica.

“En Cuba existen muy buenos fotógrafos en la prensa pero les falta una formación universitaria que les abra la vista, les de un campo de vista más ancho. La gran mayoría no son graduados universitarios. Tenemos foto reporteros que han sido choferes, cocineros. Actualmente se hace un esfuerzo porque sean universitarios pero lo que falta es el incentivo de una carrera a la medida de ellos.

“El tiempo que ocupa la fotografía en la historia de un estudiante de periodismo cubano es un pestañazo, caracterizado además, por la carencia de tecnología digital debido a los problemas económicos.

“No es posible formar un fotógrafo sin tecnología, sin una cámara en la mano para poder practicar los conocimientos teóricos”.

Otras miradas desde la docencia

El tema de una escuela institucional en Cuba, donde se sistematice todo un cúmulo de conocimientos en torno a la foto fija es mucho más complejo de lo que parece.

Durante años la fotografía fue considerada como la oveja negra de las artes plásticas. En la Academia de Bellas Artes de San Alejando y en la Universidad de las Artes (ISA) no existe esa disciplina como carrera independiente. Se ve más bien cual suerte de complemento de los propios pintores, escultores o diseñadores.

Solamente en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual se estudia la especialidad de fotografía pero enfocada a la televisión o el cine, no a la prensa plana.

“No pretendemos que la EFCH sea parte del ISA. Me parece demasiada pretensión. El ISA es una institución formada, importante que gradúa a los artistas de Cuba. A lo mejor con el tiempo llegamos a tener un nivel muy alto pero, de forma inmediata, no hemos pensado en nada de eso. Simplemente en enseñar fotografía que es lo que nos gusta”, concluyó el director de la EFCH.

El- Cerro

Escrito por: Maya Quiroga

Fotos: estudiantes de la EFCH

 

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