El exministro cubano de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, está siendo “rigurosamente investigado” en la isla, tras cometer “graves errores en el desempeño de sus funciones”.
Una nota oficial emitida en el noticiero de televisión y firmada por el presidente Miguel Díaz-Canel, afirma que los órganos competentes del Ministerio del Interior iniciarán “las actuaciones correspondientes para el esclarecimiento total de estas conductas”, sin precisar cuáles.
La noticia trasciende a poco más de un mes de su remoción del cargo y en momentos en que las autoridades y los medios oficiales de Cuba llevan adelante una campaña contra la corrupción en medio de la severa crisis económica que padece el país y la ineficacia de las medidas gubernamentales para enfrentarla.
Lo informado apunta a un presunto caso de corrupción como causa de la investigación en curso, con “graves imputaciones” reconocidas por el propio Gil, según la nota.
“Desde el mismo inicio de estas actuaciones, el implicado ha reconocido graves imputaciones y en consecuencia, renunció a su condición de miembro del Comité Central del Partido y de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular”, apunta el comunicado del jefe de Estado, compartido por Cubadebate.
“La dirección de nuestro Partido y Gobierno —agrega el comunicado— nunca ha permitido, ni permitirá jamás, la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad”.
Díaz-Canel asegura así el “permanente enfrentamiento, transparencia y tolerancia cero a este tipo de manifestaciones”, al tiempo que afirma que “mientras más elevado sea el nivel de confianza depositada en un cuadro, mayor será el rigor e intransigencia con que se actúe ante hechos de esta naturaleza”.
Además, advierte que “como es de esperar, el enemigo desatará una nueva campaña propagandística contra Cuba”, a raíz de estos hechos, investigados “a propuesta de la Fiscalía General de la República, el Buró Político del Comité Central del Partido y el Consejo de Estado”.
Gil, quien se mantuvo al frente de la cartera de Economía desde 2018, fue removido de su cargo el pasado 2 de febrero, y en su lugar fue designado el hasta entonces ministro presidente del Banco Central de Cuba, Joaquín Alonso Vázquez.
Su sustición coincidió con la puesta en marcha de algunas medidas y la dilación de otras, con el fin declarado de “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
De confirmarse públicamente su implicación en hechos de corrupción, el exministro sería el mayor alto cargo del Gobierno cubano investigado por esta causa en más de una década.