Habana clásica sobre ruedas

Cuba es el país con mayor número de carros antiguos en funcionamiento.

El sábado 5 de enero un desfile peculiar transitó por el malecón habanero hasta el Prado. Sobre las ruedas de autos clásicos, una caravana se dejaba ver afirmando el dato de que Cuba es el país con mayor número de carros antiguos en funcionamiento. Ejemplares cuya fabricación data antes de de la década del 60 del pasado siglo, mostraban su carrocería y mecánica con el privilegio de haber resistido al tiempo, gracias al persistente cuidado y la inventiva de sus dueños.

Foto: Cortesía de Iberostar.
Foto: Cortesía de Iberostar.

Sabemos que es una postal común, a veces desgastada: coloridos descapotables, a paso lento, que le brindan al turista no solo un paisaje donde convive pasado y presente, sino también, una suerte de viaje en el tiempo cuando se despeinan glamorosos o se queman al sol como en una secuencia de una película en blanco y negro.

Pero este desfile, una de las primeras actividades públicas de 2019 en homenaje a los 500 años de la fundación de La Habana, puso en evidencia el vasto y vivo patrimonio cultural automotriz de la isla.

El Club Amigos de Fangio, el Club de Autos Clásicos “A lo cubano” y la Cadena Hotelera Iberoestar, organizaron el despliegue que tuvo entre sus atractivos, el Gran Premio Iberostar a la Conservación y el Premio de la Popularidad, este último resultado de las opiniones en las redes sociales. El Hotel Iberostar Grand Packard era la meta y, justamente, un Packard de 1942, auto oficial de la instalación, encabezaba la larga fila donde participó más de un centenar de autos.

Foto: Cortesía de Iberostar.
Foto: Cortesía de Iberostar.

Ya en el Hotel, en los primeros pasos del Prado habanero, era curioso apreciar cómo los carros que iban llegando se confundían con los almendrones que, camino a Alamar y sin estar preservados a la altura de los competidores, también se diluían en el ir y venir de sus contemporáneos que habían tenido quizás más suerte.

Agustín Reyes es el chofer del Packard negro del 42 que conserva las piezas originales y que despertó inmediatamente el interés del público. Rescatado por un equipo de una revista alemana que buscaba este tipo de joyitas por la isla, viajó desde Trinidad y hoy es uno de los estandartes del Hotel que muestra en su portón igual marca. Aunque estudió Ingeniería Eléctrica en la CUJAE, Reyes es amante de la mecánica automotriz y confiesa que dedica mucho tiempo a mantener activa esta reliquia que – dice orgulloso – brinda servicio a los huéspedes del hotel.

No fue azaroso que se escogiera la recientemente inaugurada instalación como destino y centro de operaciones de esta aventura. Fue en su edificio, durante los tempranos años del siglo XX, donde se reservó un salón de exhibición de autos Packard, los llamados dream cars, y le dio nombre al hotel durante el boom hotelero en la ciudad, donde también emergieron instalaciones como el Saratoga.

Foto: Cortesía de Iberostar.
Foto: Cortesía de Iberostar.

Luego del regocijo de dueños, choferes y transeúntes, algunos de ellos sin entender qué estaba sucediendo, pero atraídos por la belleza y peculiaridad de estas obras de arte sobre ruedas – una de ellas fue también el Ford de 1930 que ostentaba una pulcritud incluso en su mecánica de bielas, inyectores y motor –, los organizadores anunciaron los premiados en los apartados de conservación y popularidad.

El gran premio a la conservación lo obtuvo un Plymouth de 1956 que, por la reacción de los presentes, fue muy merecido. Otro tanto ocurrió con el Chevrolet de 1956 que se llevó los palmares de la popularidad.

Foto: Cortesía de Iberostar.

Más allá de los premios y la adrenalina que impone una competencia, sin dudas, los cultivadores y seguidores de este tipo de coleccionismo, fomentan una cultura que cada vez más conforma un sello de identidad en un paisaje urbano, real e imaginario, que se reconstruye constantemente.

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