La Habana finalista entre las 7 maravillas del mundo

Parece una noticia sacada de un libro de ficción, pero el titular es cierto. La Habana, esa ciudad que se cae a pedazos, que tiene salideros de aguas albañales y baches antiquísimos en sus calles, que luce como vieja coqueta la restauración y conservación en su Centro Histórico y las construcciones subsidiadas o por “esfuerzos propios”, que poco a poco intentan evitar el paso del tiempo y reinventan la arquitectura urbana moderna, calificó entre las 28 urbes finalistas en el concurso virtual para escoger “las 7 maravillas del mundo”.

Ya en 1982 la UNESCO había incluido en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad al Sistema de Fortalezas coloniales y la parte histórica de la Habana Vieja, merecido reconocimiento a las construcciones e historia que enriquecen nuestro patrimonio.

Sin embargo, estamos hablando de una ciudad que con poco más de dos millones de habitantes y una historia de cinco siglos ha convertido esa rica mezcla de arquitecturas española, francesa, inglesa y norteamericana que otrora poseía, en un híbrido —a veces mezquino— de mal gusto y precariedad, circunstancias que van aparejadas a la mala administración (o descontrol) de  célebres entidades como “la Vivienda” y Planificación Física.

Digamos que en nuestra ciudad real y maravillosa hace mucho tiempo que dejó de importar la estética y apostamos por las más irrisibles combinaciones de colores, el enrrejamiento para la protección, las barbacoas, las divisiones de los interiores, las barreras arquitectónicas impuestas (intentemos caminar por los portales de la Calzada de 10 de octubre)…En fin, para qué preocuparnos por construir de acuerdo a los parámetros si lo más importante es construir como sea y tener un techo seguro. Pero bueno, tenemos la noticia titular y ya el descontrol parece dar excelentes resultados.

Pues sí, ahora “la capital de todos los cubanos”, nuestra ciudad verde de parques y parterres en sustitución de los derrumbes, compite con otras latinoamericanas como Ciudad de México; Quito; Mendoza en Argentina; La Paz, Bolivia; y ¡ojo! con el desarrollo de Casablanca en Marruecos; la ciudad futurista de Kuala Lumpur, Malasia; Estambul, Turquía; Bombay, India; y Atenas, en Grecia.

Según refieren los cables de prensa el panel de expertos anunció una primera elección de 28 ciudades de entre 77, que en su criterio «reflejan la diversidad de la sociedad urbana, especialmente cuando, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población de nuestro planeta vive en ciudades».
La intención del concurso en este caso es promover el debate sobre cómo las ciudades responden a los retos del presente y el futuro. Las 7 ciudades ganadoras serán anunciadas el 7 de diciembre del 2014, y serán un reflejo de lo que los votantes alrededor del mundo consideran que debe ser el modelo de la civilización urbana.

Es cierto que sabernos en competencia enorgullece, al menos nuestra ciudad, esa que amamos y odiamos a la misma vez, la de las canciones, la trova, las interminables colas, el sempiterno muro del malecón, “el ombligo del mundo” como una vez la catalogó el italiano Jovanotti quedó entre las finalistas, aun cuando no logremos imaginarnos cómo Alamar, el Reparto Eléctrico, Lawton, el Cotorro o San Miguel del Padrón pueden llegar a ser modelo de la civilización urbana.

Por: Amelia Duarte

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