Las familias divididas entre Cuba y Canadá por freno de trámites migratorios

Las solicitudes de inmigración y visas para Canadá desde la Isla han estado estancadas en el último año, desde que Ottawa redujo su personal diplomático en La Habana debido a los extraños problemas de salud reportados por funcionarios canadienses y de los Estados Unidos.

La canadiense Laura Silver, junto a su esposo, el cubano Carlos González, y su hijo Tito en 2017 en La Habana. Foto: cbc.ca

La canadiense Laura Silver, junto a su esposo, el cubano Carlos González, y su hijo Tito en 2017 en La Habana. Foto: cbc.ca

Aunque los focos han estado principalmente sobre las familias separadas entre Cuba y Estados Unidos, los problemas por la disminución de servicios consulares en la Isla luego de los misteriosos incidentes de salud sufridos por diplomáticos norteamericanos también han afectado a quienes intentan llegar un poco más al norte: a Canadá.

Una de las familias afectadas por esta situación es la de la canadiense Laura Silver –quien vive en la ciudad de Calgary con su hijo Tito–, y su esposo cubano Carlos González Trenzado, padre del niño. Aunque se casaron en 2018, apenas han podido verse tres veces desde entonces y la solicitud de residencia permanente de González en Canadá presentada poco después del matrimonio aún no tiene respuesta.

“Una creciente montaña de retrasos en el sistema de inmigración ha dejado a esta familia canadiense-cubana en el limbo, sin tener idea de cuándo se reencontrarán”, narra este lunes la cadena de radiotelevisión pública de Canadá CBC.

“El gobierno federal dice que el tiempo promedio de procesamiento en el caso de un cónyuge que vive fuera de Canadá es de 12 meses. Esta familia ha esperado 16, hasta ahora”, añade el reportaje, en el que Silver asegura sentirse “deprimida y abrumada” por esta situación.

La canadiense Laura Silver, junto a su esposo, el cubano Carlos González, durante su boda en 2018. Foto: cbc.ca
La canadiense Laura Silver, junto a su esposo, el cubano Carlos González, durante su boda en 2018. Foto: cbc.ca

Las solicitudes de inmigración y visas para Canadá desde Cuba han estado estancadas en el último año, desde que Ottawa redujo su personal diplomático en La Habana debido a los extraños problemas de salud reportados por funcionarios canadienses y de los Estados Unidos, cuya causa no ha sido aún determinada y a los que Washington consideró inicialmente “ataques acústicos”.

En mayo pasado, el Departamento de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC, por sus siglas en inglés) redujo drásticamente sus programas y servicios en la capital cubana, debido a una reducción de personal previamente anunciada.

De acuerdo con un comunicado oficial emitido entonces, ya no se ofrecerían en Cuba los servicios de trámites de visas de visitas temporales, permisos de estudio y trabajo, y quedaban anuladas las entrevistas de residencia permanente.

Esta reducción provocó rápidamente problemas a la familia de Silver y González Trenzado, cuando una cita consular de este y su hijo mayor en el propio mayo fue rechazada sin previo aviso debido a los problemas de la embajada.

Meses después, la sede diplomática restableció algunos servicios de visa y biométricos, pero todavía no ofrece entrevistas ni otros trámites y las oficinas más cercanas para ellos están fuera de Cuba, en México o Trinidad y Tobago. Este es un desafío para los cubanos, que requieren permisos de viaje para entrar a la mayoría de los países, “lo que significa que tienen que obtener una segunda visa solo para completar el proceso para sus solicitudes canadienses”, explica CBC News.

La situación, parecida a la que sufren los cubanos que desean emigrar o reencontrarse con sus familias en Estados Unidos, no parece tener una pronta solución. Incluso, ha provocado protestas de cubanos residentes en Canadá.

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A principios de enero, la oficina del ministro de Inmigración Ahmed Hussen dijo a CBC News que no había planes actuales para reabrir más procesamiento en La Habana.

“Canadá reconoce la importancia de minimizar el impacto de la reducción del servicio en los residentes cubanos para que puedan continuar viniendo a Canadá”, asegura un comunicado del IRCC, que también afirma que se continuará “explorando otras medidas de mitigación y canales de servicio alternativos para mejorar los servicios de visa e inmigración que se ofrecen a los residentes cubanos”.

Sin esperanza en el horizonte

A pesar de todos estos problemas, González y su hijo mayor completaron finalmente en agosto pasado sus exámenes médicos en Trinidad y Tobago. “Desde entonces, no ha habido noticias”, narra Silver.

En octubre recibieron un aviso de que se requería una entrevista, ya fuera en Trinidad o en México, pero cuando solicitan una actualización sobre la programación de la reunión, sus comunicaciones rebotan con el mensaje de que el buzón de voz y la bandeja de entrada del correo electrónico están llenos.

“Intentan literalmente alejarte”, se desespera la canadiense, que no ve la hora de reunirse definitivamente con su esposo.

Por si fuera poco, el aumento de los trámites ha superado el presupuesto con el que incialmente contaban. Volar de ida y vuelta a Trinidad y pagar para mantener sus documentos actualizados ha aumentado los costos en 8.000 dólares, afirma Silver, quien ya no cuenta con el dinero para seguir volando a las citas de inmigración de su esposo.

“Realmente todo se ha roto”, afirma abatida, mientras su hijo Tito, que tiene necesidades especiales, siente la ausencia de González todos los días y dice que los niños de su escuela lo intimidan por no tener un padre.

El cubano Carlos González y su hijo Tito, residente en Canadá, en 2018 en La Habana. Foto: cbc.ca
El cubano Carlos González y su hijo Tito, residente en Canadá, en 2018 en La Habana. Foto: cbc.ca

“Solo quiero tener una familia completa”, afirma el niño de 9 años con tristeza: “Es un gran padre … dice que soy su héroe”.

Silver aseveró a CBC News que no culpa al personal consular por los retrasos, pero que ha perdido la fe en las promesas de las autoridades canadienses de reunir a familias como la suya.

“Creo que es un proceso muy frío, hostil e inútil”, opina.

Por su parte, Tito tiene claro lo que le diría al primer ministro Justin Trudeau si tuviera la oportunidad de concerlo.

“La familia es importante y ellos no entienden eso”, dice de las autoridades.

“Gobierno, si está escuchando esto, entonces haga algo al respecto y rápido”, concluye el niño citado por el medio de prensa canadiense.

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