Otra zona cerrada y más medidas en La Habana para contener focos de la COVID-19

Las medidas se deben al "alto riesgo que aún presentan" los municipios de Diez de Octubre y Arroyo Naranjo, y contemplan el cierre de una zona de la barriada de Lawton, donde se acumulan cuatro contagios con coronavirus en los últimos días.

Continúan las colas para adquirir alimentos en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez

Un día después del cierre de una zona del municipio habanero del Cerro por el aumento de casos de la COVID-19, las autoridades de la capital cubana establecieron nuevas medidas de aislamiento y contención en los municipios de Diez de Octubre y Arroyo Naranjo.

Las medidas se deben al “alto riesgo que aún presentan” estos territorios de la capital cubana y contemplan el cierre de una zona de la barriada de Lawton, donde se acumulan cuatro contagios con coronavirus en los últimos días, según reporta Tribuna de La Habana.

Se trata de un cuadrante donde viven más de 7.000 personas y en el que se han establecido dos niveles de riesgo: uno, en un perímetro de 10 manzanas, a cuyos habitantes se les realizará pruebas de PCR, y otro, de 16 manzanas, en el que se harán test rápidos.

La estrategia para esta zona incluye también el aislamiento de todos los núcleos familiares, con vigilancia estricta, pesquisa al 100% de la población, la desinfección de las calles y viviendas con motomochilas, y la prohibición de los vendedores ambulantes.

“Hasta que no salgan los resultados de los PCR y los test rápidos las personas no pueden salir de ahí”, explicó Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP).

Además, se establece el uso del nasobuco intra y extradomicilario, el incremento de los puntos de venta de alimentos, aseo y desinfectantes en la zona cerrada y de las acciones de promoción y prevención de Salud, y la aplicación de “severas acciones” con quienes violen las disposiciones de las autoridades sanitarias y del territorio.

A partir de las 8:00 de la noche se cubrirá con patrullaje y postas fijas las principales intersecciones del cuadrante y se controlarán los puntos de acceso del Consejo Popular Juanelo, del vecino municipio San Miguel del Padrón. De igual forma, se eliminaron las paradas de las rutas de ómnibus que atraviesan la zona para evitar que se bajen personas.

En cuanto al municipio de Arroyo Naranjo, que en los últimos quince días se han reportado dos contagios con coronavirus y presenta el riesgo asociado de colindancia con la provincia de Mayabeque, donde han estado apareciendo casos, se decidió no hacer un cierre “pues los casos están controlados”. Allí las medidas buscan potenciar la higiene y el distanciamiento físico, así como las acciones preventivas y de promoción de Salud.

También contemplan el abastecimiento de alimentos y artículos de aseo y desinfección, el establecimiento de puntos de acceso peatonal y vehicular en los cuales se aplicará un control sanitario, el reforzamiento de la pesquisa activa y la termometría dos veces al día en los poblados de Lechuga y Marrero, así como pruebas de PCR a habitantes y centros de trabajo hasta llegar a toda la población en ambas comunidades y “donde sea necesario” en el resto del municipio.

De acuerdo con Tribuna, “otros lugares de Arroyo Naranjo han sido analizados con test rápidos como La Güinera y se continúan vigilando los sitios de donde provienen los casos confirmados”, al tiempo que también se realizan acciones en Centro Habana, San Miguel del Padrón, Cotorro y Cerro, “con buena organización y respuesta de la población”. 

La publicación da cuenta de que el evento de transmisión abierto días atrás en el Consejo Popular Atarés, en el Cerro, acumula.20 casos confirmados y la fecha probable de su cierre es el 29 de julio. Además, asegura que a pesar se ello, La Habana cumple con los indicadores establecidos para la primera fase de recuperación post COVID-19.

La Habana entró en esta primera fase el pasado viernes, dos semanas después que la mayoría de la Isla, aun cuando mantiene la mayoría de los casos activos reportados en Cuba. El gobierno cubano había advertido que aun cuando avance en la desescalada, la capital “continuará siendo el lugar donde se concentran los mayores riesgos, por lo que los habaneros deberán incorporarse a esta nueva etapa con mucha responsabilidad y cautela, cumpliendo estrictamente las medidas sanitarias establecidas”.

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