¿Será frío este invierno?

El Vedado, La Habana, en un día “invernal” para los cubanos. Foto: José Rubiera.

El Vedado, La Habana, en un día “invernal” para los cubanos. Foto: José Rubiera.

Llegó noviembre, mes que da comienzo a la temporada invernal en Cuba (duradera hasta el 30 de abril del próximo año) y aparece en la calle la pregunta que se hacen casi todos los amantes del frío, y también quienes ya no resisten tanto calor.

Al redactar este artículo es ya el 12 de noviembre y no se avizora que llegue todavía ningún frente frío que nos pueda proporcionar nuestro deseado “invierno”, aunque ya deben refrescar algo las temperaturas. En un noviembre normal deben llegar 2,5 frentes como promedio, pero si no cambia rápido el estado atmosférico, noviembre de 2015 se quedará por debajo de las marcas históricas.

La inquietud se presenta sobre todo por el hecho de que hasta ahora, las temperaturas están altas, y además, porque en las últimas temporadas invernales cubanas casi no se ha sentido frío, a excepción de uno o dos cortos episodios, aunque en ocasiones se hayan registrado valores notables. Un ejemplo de ello fue la mínima de 1 ºC del pasado 20 de febrero de 2015 en Unión de Reyes, Matanzas.

Pero estás temperaturas mínimas ocurren en sólo un instante, en un área limitada y en ciertos lugares asociados a sus microclimas. Se siente en verdad frío sólo uno o dos días, que entonces pasan a ser relativamente especiales, ya que los cubanos aprovechan para sacar cuanto abrigo tengan guardado, además de bufandas, bonetes, boinas, estolas, chaquetas y botines; eso es también parte innegable de nuestro folklore.

La temporada invernal en Cuba

Lo más característico en esta época del año en Cuba es la llegada de frentes fríos provenientes del continente norteamericano, junto al posterior descenso de las temperaturas. Esto es consecuencia de las masas continentales de aire frío que fluyen sobre el territorio cubano después del paso del frente.

Aunque la temporada va desde el 1 de noviembre al 30 de abril, pero los frentes fríos también pueden llegar en octubre, septiembre, mayo, y hasta en junio, pero estos son muy pocos y sin importancia práctica.

El promedio de frentes fríos que llegan al occidente de Cuba en una temporada es de 19,5, es decir, en la práctica unos 20 frentes fríos que llegan a Cuba como promedio. No en todos los meses estos se comportan igual. El mes en que más frentes fríos llegan a Cuba es enero con 3,6 frentes; seguido de febrero con 3,3; diciembre 3,2; marzo 2,9, noviembre 2,5;  y abril con 1,9.

En Cuba los frentes fríos se clasifican no por la temperatura, sino por la velocidad que alcanza el viento a su llegada. De esta manera, decimos que un frente frío es débil, si la velocidad del viento es de 35 km/h o menos: moderado, si está entre 35 y 55 km/h; y fuertes si el viento alcanza más de 55 km/h. Obsérvese que puede llegar un frente frío débil y, sin embargo, unas pocas noches después, ocurrir temperaturas mínimas bastante bajas.

Los registros absolutos de mayor cantidad de frentes durante una temporada pertenecen a la temporada de 1976-1977 con 35 (lo adivinaron, un año de “El Niño”, aunque observen que fue un “Niño” débil); y los de menor cantidad de frentes correspondieron a la temporada de 1996-1997 con 11 frentes fríos.

El efecto de los frentes fríos

Pero contrariamente a lo que muchas personas pueden pensar, los frentes fríos no son los que ocasionan el frío, sino es la masa de aire continental, el llamado anticiclón migratorio, que sigue a los frentes fríos. Los frentes fríos son sólo la frontera entre el aire cálido y húmedo del anticiclón oceánico que se retira, y el anticiclón continental frío y seco que lo desplaza, el que al influir sobre Cuba es el que provoca el descenso de las temperaturas.

Es interesante que los días en que más frío se siente en el horario diurno no son los días en los que llega el frente, sino al siguiente día, cuando el viento viene del nortenordeste, cruza sobre la península de la Florida y da entonces un salto sobre los 180 kilómetros que separa a esta península de Cuba. Es el camino más corto y el aire frío casi no se calienta por la breve influencia del mar en el estrecho, guardando a su vez el frío de la tierra floridana. Además, se le suma el efecto enfriador del viento fuerte en nuestra piel. Es entonces cuando comúnmente se oye decir: “¡está chiflando el mono!”

Cuando el aire lleva otra trayectoria, como por ejemplo, soplando del noroeste sobre el golfo de México, llega frío, pero no tanto, pues el aire atraviesa una mayor distancia sobre el mar, que le comunica una temperatura más elevada.

Ahora bien, en cuanto a las temperaturas mínimas de las madrugadas, las más bajas se registran en Cuba usualmente cuando después del paso del frente frío, quizás dos o tres días después de estar establecida la masa de aire frío sobre nuestro territorio, el viento se calma y el aire superficial se estanca. En una noche con cielo despejado o con muy pocas nubes, el aire pierde calor al expedirlo por irradiación hacia el cielo, escapándose el calor al espacio. Mientras tanto, el aire junto al suelo se enfría más y más durante la noche hasta que llega el amanecer, antes de la salida del sol, en que alcanza la temperatura más baja, o temperatura mínima. Al salir el sol, éste comienza a calentar el aire y la temperatura sube. Por eso, las temperaturas mínimas son valores realmente fugaces.

En la temporada invernal cubana se produce normalmente el 23 por ciento de la lluvia anual, de ahí el calificativo de temporada seca o de poca lluvia. Precisamente las condiciones de poca lluvia y temperaturas frías son las que hacen que sea muy propicia esta época del año para el desarrollo agrícola de determinados cultivos, entre ellos la caña de azúcar, la papa, tomate, y tabaco, entre otros.

La lluvia viene asociada a los frentes fríos, y muchas veces a las vaguadas pre-frontales que se trasladan por delante del frente. En estos sistemas meteorológicos  puede haber también tormentas eléctricas y, eventualmente, fenómenos meteorológicos severos, tornados, lluvia intensa e inundaciones costeras. Recordemos la vaguada pre-frontal que llamamos comúnmente  “La Tormenta del Siglo”, ocurrida el 13 de marzo de 1993.

Imagen de satélite poco conocida de la vaguada pre-frontal del 13 de marzo de 1993 sobre la región occidental de Cuba. Esta fue la llamada “Tormenta del Siglo”.
Imagen de satélite poco conocida de la vaguada pre-frontal del 13 de marzo de 1993 sobre la región occidental de Cuba. Esta fue la llamada “Tormenta del Siglo”.

Los años de “El Niño”

En los años en que existe la influencia de “El Niño”, sobre todo en los eventos fuertes, se producen anomalías en la circulación atmosférica a gran escala que traen como resultado que generalmente lleguen a Cuba más frentes fríos de lo normal, como por ejemplo ocurrió en la ya citada temporada invernal 1976-1977, temporada con “El Niño”, aunque fue un “Niño” débil, en que se alcanzó el record absoluto de 35 frentes fríos en esa temporada en el occidente de Cuba.

Usualmente los inviernos de “El Niño” son temporadas de más lluvias que lo normal, con episodios más frecuentes de bajas extratropicales fuertes en el golfo de México o sobre Cuba, que son las que afectan al país, principalmente occidente y centro, con los fenómenos severos ya mencionados anteriormente.

Un sistema de este tipo cruzó sobre Cuba a principios de enero de 1958, ocasionando efectos casi como si fuera una tormenta tropical próxima a la categoría de huracán. En 1983 hubo dos de estos sistemas fuertes localizados en el golfo de México cerca de Cuba, con importantes afectaciones en dos eventos, uno en febrero y otro en el mes de marzo, que incluso ocasionaron algunas muertes.

Frente frío llegando al occidente de Cuba, precedido de una vaguada pre-frontal activa, que puede observarse en la imagen extendida sobre Mayabeque y la Isla de la Juventud.
Frente frío llegando al occidente de Cuba, precedido de una vaguada pre-frontal activa, que puede observarse en la imagen extendida sobre Mayabeque y la Isla de la Juventud.

Entonces, ¿será frío este invierno?

Vuelvo a la pregunta inicial, y lo hago haciendo saber que es bastante difícil de responder, al igual que todo lo relacionado con un pronóstico a largo plazo. La primera respuesta que viene a la mente es decir que sí, puede ser, tomando en cuenta la influencia de un “Niño” fuerte, la posibilidad de más frentes y más masas de aire frío llegando a Cuba. Junto a esto, también pensamos en los fenómenos severos y en un invierno más lluvioso que lo normal.

Pero…, sabemos también que no hay dos “Niños” iguales. Las influencias e interacciones que ocurren en la atmósfera son tan diversas que puede no resultar como a primera vista pareciera ser, aunque por supuesto que probabilidades tiene, pues fenómenos tales han ocurrido otras veces. Sin embargo, en la realidad nadie puede asegurar exactamente lo que pasará en los próximos meses. Puede que sí, pero entre las posibilidades también está que no sea tan así, o que no.

Por ello, siempre predico la cautela con los pronósticos a tan largo plazo. Es igual que los Pronósticos de Temporada Ciclónica, en los que siempre digo que hay que conocer los pronósticos estacionales, tenerlos en cuenta, saber que fenómenos pudieran ocurrir, y prepararse por sí los mismos ocurrieran; pero también: que es de la mayor importancia seguir la situación meteorológica del día a día, en la radio, en la TV, las que proporcionan los meteorólogos de primera mano, con los pronósticos a corto plazo y los avisos de fenómenos meteorológicos peligrosos que se emiten por los Servicios Meteorológicos en caso de que ya se presente uno de estos fenómenos peligrosos. Entonces se deberán tomar de inmediato las medidas de precaución para evitar sus nocivos efectos.

La vigilancia meteorológica de los fenómenos del tiempo atmosférico, las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año, se hace precisamente para prestar ese importante y vital servicio a toda la población.

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