Eva cambió la señal

Entrevista a Mariela Castro Espín

La idea de entrevistarla llegó entre canciones, por saberla amante de la trova y porque a una mujer de ideas –y acciones– tan atrevidas, es más aconsejable abordarla poéticamente. Aquí están algunos de esos momentos con Mariela Castro Espín, una mujer nacida en una familia histórica y que, como directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), propone importantes transformaciones en la sociedad cubana.

“Cualquier mañana despierto vivo aún/ y te deslizo debajo del pulgar, te desanudo el pelo con placer/ y entonces digo mirando sin mirar: eres mujer…” Lo dice Silvio Rodríguez, ¿qué es ser mujer?

Ser mujer es una identidad maravillosa, un desafío. Te levantas todos los días desde los aprendizajes que le vas tomando a la vida, porque no todo te lo dan, tienes que sacarlo, tienes que construirlo, tienes que elaborarlo, descubrir… y descubrirte mujer cada día es fascinante. Es un desafío, porque la historia de las mujeres en la humanidad ha sido de mucha discriminación, y porque todavía los hombres tienen que aprender a convivir con las mujeres, no solamente como pareja de amor, sino como compañeros, como amigos, como madre, como hermana, como hija, como jefa, porque aún pesa todo lo que se inventó para descalificar a las mujeres y quitarlas del camino.

“Eva sale a cazar en celo./ Eva sale a buscar semilla./ Eva sale y remonta vuelo…” Vuelve Silvio retomando el personaje bíblico, pero liberándolo de esa plaza secundaria, subalterna, con que se le ha oprimido. ¿Eva deja de ser costilla?

Por supuesto. Eva se resiste a esa imposición que incluso la condenó a morir en la hoguera por ser hereje. Eva es herética desde que fue concebida, Eva es rebelde, y en la identidad de ser mujer está el ser siempre rebelde, el tratar de cambiar la señal.

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“Amaron el amor sereno de nocturnas playas,/ alzaban las faldas y se luna-amaban de felicidad/ en aquella ciudad tan sin brillo lunar…” Ahora es Chico Buarque quien describe el romance de dos muchachas que terminan volviéndose peces, algas… diluyéndose en las aguas por eso que llaman “amor prohibido”, ¿está listo el mundo de hoy para recibir públicamente un amor así?
El mundo nunca está listo para el cambio, por eso hay que provocarlo, hay que hacer, hay que atreverse, para cambiar las señales. Para que todas las personas tengamos un espacio digno, hay que atreverse; y hay muchas maneras, unas más peligrosas, otras menos, unas más románticas, otras más científicas, pero si no nos atrevemos, no se propician las condiciones para que se den los cambios. Por eso ser mujer es también ser revolución.

“No es tu cuerpo de abril lo que vendes/ no es tu cuerpo, mi amor, lo que pagan,/ es el tiempo de hacerte un abrigo/ es el tiempo de ser que se escapa…” En este texto de El Diablo Ilustrado se hace alusión a la compra-venta del sexo, algo que muchos en el mundo contemporáneo ven como natural, y se justifica en frases como “la prostitución es el oficio más viejo de la humanidad…”

Cuando escucho esa frase, me molesto mucho; respondo que el oficio más viejo de la humanidad es el ejercicio desmedido del poder, y ahí fue donde las personas nos convertimos en mercancías, no solamente vendiendo servicios sexuales sino en todos los sentidos. Tenemos que ver dónde ponemos la mirada cuando hablamos de los problemas sociales alrededor de la prostitución. Hay que pensar en personas que están siendo explotadas, violentadas, que no han encontrado salida a determinadas circunstancias de su vida. Siempre digo que cuando hablemos de estos temas no lo hagamos en el sentido moralista porque no estamos ayudando a nadie, yo creo que tenemos que abordarlo desde el sentido de libertad del ser humano. Cuando te conviertes en mercancía sexual, entras en la ley oferta-demanda; tienes que subordinarte al que te paga, pierdes todas tus libertades y derechos. Creo que hay que llamar a esas personas a que reflexionen, a que tomen sus decisiones, esas cosas no se pueden imponer. La sabiduría de la libertad no se puede imponer, hay que descubrirla.

“Dos almas,/ dos cuerpos,/ dos hombres que se aman/ van a ser expulsados del paraíso que les tocó vivir./ No somos Dios./ No nos equivoquemos otra vez…”, dice Pablo Milanés. En Cuba, país de tradición machista, ha sido muy mal mirada la relación entre hombres, se es más intolerante que ante el amor entre mujeres… ¿Se llegaría a aceptar con naturalidad una boda formal entre dos personas del mismo género?

Yo sí lo creo. Lo vamos a llegar a ver con naturalidad y el Código de Familia Cubano y otras leyes, tendrán que contemplarlo. La sociedad cubana avanza, junto con el mundo, aunque somos una sociedad bastante machista y homofóbica, la que nos dejaron nuestros ancestros dominadores. Cambiar esa mentalidad requiere tiempo. Cincuenta años de Revolución no son suficientes para ese cambio, pero es un recorrido valioso de búsqueda desde un proyecto emancipador, desde un proyecto de libertad del ser humano. Por supuesto que, en esa búsqueda, se cometen errores, se reproducen prejuicios, se retoman distintas formas del modelo dominador que debemos superar. Yo llamo a que miremos qué es lo que deseamos, para cada uno de nosotros, para cada uno de nuestros hijos, y que entonces busquemos los códigos que necesita una sociedad emancipada. De alguna manera lo hemos hecho en muchos temas pero faltaban estos; la homofobia era un tema pendiente de la Revolución.

“Un señor quisiera ser mujer/ y una chica quiere ser señor./ Hasta Dios sueña que es un poder…” Seguimos con Silvio y estos versos que describen seres inconformes con lo que les tocó; en Cuba se han realizado ya operaciones de cambio de sexo, ¿cómo recibe la sociedad la transexualidad?

En 1979 se presentó la primera persona, un obrero de Matanzas que se sentía hombre, había nacido hembra. Ahí fue que la Federación de Mujeres Cubanas, comenzó a buscar información con el apoyo del Ministerio de Salud Pública. Creo que el debate que se ha generado en Cuba sobre este tema ha sido muy útil. Lo que ha encontrado más resistencia, mucha, es el matrimonio de las personas del mismo sexo, la adopción de niños por parejas del mismo sexo, eso lo consideran una locura. Como si la maternidad y la paternidad fuese un don de la naturaleza; es un don de la cultura, es algo que aprendemos. Y tanto las personas heterosexuales como las parejas del mismo sexo tenemos que aprender a ser madres y padres, y aprendemos todos los días y nos equivocamos. Sé que todas estas propuestas las tenemos que ir haciendo poco a poco para que la gente acepte estos cambios, pero ¿por qué las parejas heterosexuales podemos tener el privilegio de generar familias y participar en la crianza de nuestros hijos y nuestras hijas, y las parejas del mismo sexo, no?

“Unos dicen que aquí, otros dicen que allá/ y solo quiero decir, solo quiero cantar/ y no importa la suerte que pueda correr una canción…”, dice Silvio en otros versos herejes. Hija de Vilma y Raúl, sobrina de Fidel… Mariela Castro Espín, emite cualquier opinión que rompa con cánones sociales y se arma un gran revuelo: unos dirán que ese criterio fue previamente consultado y por tanto es el oficial, “el de arriba”, y otros, por el contrario, especularán acerca de contradicciones entre la hija y el padre, enfocándolo como un conflicto de generaciones dentro de la revolución…

He vivido con esa situación toda la vida, desde que soy una niña, y he ido aprendiendo de qué manera llevar esa carga, que por un lado tiene cosas muy bellas y, por otro lado, pesadas. Cuando tú dices lo que piensas estás asumiendo una gran responsabilidad por ti misma. Trato de fundamentar bien lo que pienso, ser humilde y tener la capacidad de escuchar, pues quien escucha aprende. Me siento muy orgullosa de mi familia, de mi papá, de mi mamá, de mi tío… desde muy temprano descubrí que no era mi tío, sino que era Fidel; por tanto tomé una distancia muy rápida, y lo he mirado siempre con ese respeto y esa admiración que sentimos todas las personas que nos identificamos con su ejemplo revolucionario, con sus virtudes y defectos que, por suerte, tiene, porque no es dios, es ser humano.

Me siento orgullosa de mi familia pero también me molesta cuando la utilizan para ponerme en dificultad, para frenarme. El vínculo familiar no puede ser un peso que me aplasta, al contrario, tiene que ser algo que me engrandece. Claro que hay contradicciones. ¿En qué familia no las hay? Aunque estemos de acuerdo en un proyecto, podemos no estarlo en todos los elementos, ni pensamos la misma manera de hacerlo. Pero eso no quiere decir que haya un conflicto entre generaciones. Creo que las contradicciones generan desarrollo. Por eso hay que ser valientes para plantear los puntos de vista aunque te caiga arriba un problema muy grande. Aunque me ha sido difícil, aunque a veces me ha dado mucha rabia, aunque a veces hasta nos hemos dejado de hablar, y cosas que no te puedes ni imaginar… nos queremos, nos necesitamos y buscamos un momento oportuno para volvernos a reconciliar y afinar nuestros puntos de vista; o no hablar de esos puntos de vista que no nos ayudan a entendernos.

Mira, ahora, como soy diputada, mi papá me decía: “bueno, ya estás en la Asamblea, ya no me plantees más problemas los domingos, di lo que tú quieras en la Asamblea”. Y es verdad, eso de ser diputada me está gustando para drenar todo un montón de inquietudes y propuestas que estoy moviendo, como otros muchos diputados que estamos asumiendo la responsabilidad que nos han dado.

Como provocación final, Silvio Rodríguez: “En estos días no sale el sol, sino tu rostro./ Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos./ […] ¡Ay! de todas las cosas que hinchan este segundo./¡Ay! de estos días terribles, asesinos del mundo…”

Me quedé sin palabras. Me encanta esa canción y la canto desde que soy adolescente. Esa canción me dice tanto… son días de mucho dolor, no estamos librados de rabias, pero estos días difíciles nos tienen pensando, mirando atrás y al futuro… pensando en cómo no perder el norte (que es el sur, en nuestro caso), no perder los principios que nos han inspirado e inspiraron a otras generaciones. No le temo a estos momentos complejos, me tienen muy atenta. Los nuevos tiempos puedes mirarlos y decirte, son aterradores, pero de repente empiezas a ver que despuntan personas, situaciones, mensajes, ideas, cosas que te sorprenden. Entonces te dices: ¡qué lindo! ¡Cuán maravillosos somos los seres humanos, capaces de encontrar la palabra justa, el proyecto necesario, la iniciativa, en medio de estas situaciones que nos entristecen profundamente… mira, seguimos arriesgándonos. Y ese riesgo, me encanta.

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