Firmar por el matrimonio igualitario en Cuba

Foto: Marleidy Muñoz

Foto: Marleidy Muñoz

Liana y Olimpia son pareja hace siete años. Cada una tiene una hija, viven separadas y se han sobrepuesto a todo tipo de discriminación. Para ellas lo peor ha sido no tener la oportunidad de criar juntas a un o una bebé.

En 2012 sufrieron acoso laboral como trabajadoras de la Dirección Provincial de la empresa Correos de Cuba en Cienfuegos, donde se desempeñaban como subdirectora comercial la primera y gestora integral de servicio la segunda.

Su caso fue discutido en diversas instancias gubernamentales y divulgado en la emisora de radio de su pequeña ciudad, un proceso tenso que se saldó con un infarto cerebral de Liana y la decisión de parar las reclamaciones y no trabajar más en la empresa; una decisión tomada por ambas.

“Ese proceso nos tocó siendo débiles. Tampoco queríamos extender el sufrimiento de nuestras familias y las/los amigos”, nos cuenta Liana. “No tenemos rabia, pero sí dolor. Por eso Olimipia y yo nos hemos integrado al activismo por la Diversidad Sexual y los Derechos Sexuales y apostamos por nuestro empoderamiento, reconocimiento, el respeto, la lucha por la no infección por el virus del VIH, la no violencia, y principalmente por cambios en lo social, jurídico y laboral en el país”, agrega.

Esta pareja y sus colegas de las redes y proyectos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales en la sureña ciudad organizaron en el mes de diciembre de 2015 una recogida de firmas para apoyar otra Carta Abierta a la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que pide el reconocimiento del matrimonio igualitario en el país.

Las firmas, junto al documento nombrado Carta Abierta, abogan “por un cambio en todo el ordenamiento jurídico del país, que se reconozca la libre orientación sexual e identidad de género, y que los derechos que se establezcan amparen a todos y todas por igual”, asegura el Licenciado en Derecho Luis Alberto Dueñas Fragoso, coordinador  de la Red de Juristas por los Derechos Sexuales: Themis.

“Pedimos legalizar las uniones homosexuales en Cuba, un cambio en la Ley del Matrimonio del Código de Familia, y otros aspectos vinculados a la adopción de niños/as y la reproducción asistida para parejas del mismo sexo”, abunda.

El abogado Dueñas y LIana, la firmante. Foto: Marleidy Muñoz
El abogado Dueñas y Olimpia, una de las firmantes. Foto: Marleidy Muñoz

“El reconocimiento pleno de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales es una tarea inconclusa –expone el documento- y es el momento de hacer de Cuba una sociedad más justa, más equitativa y no depender de decisiones erróneas, como legado de severos prejuicios que han existido tradicionalmente por la discriminación histórica, preñadas de obstáculos legales, patriarcales y conservadores de todo tipo.”

“Yo ando buscando alquiler para mudarme con mi pareja, porque mi familia es homofóbica”, explica Luis Alberto Fernández Guevara, otro de los firmantes de la Carta y coordinador de la red Humanidad por la Diversidad (HxD) fundada hace cinco años en la llamada Perla del Sur.

“No desisto en la voluntad de poder casarme en el país donde vivo, no sólo por el acto de la boda en sí, sino porque resulta una cuestión de derecho, de opción que hoy tenemos negada. Por ejemplo, una pareja de homosexuales que lleven juntos media vida, que construyeron todo codo a codo, en caso de separarse o fallecer alguno de ellos, no pueden heredar los bienes y derechos pertenecientes al patrimonio común”, expone.

Las cerca de 70 personas que conforman estas redes fueron apoyadas por familiares, amigos y trabajadores de instituciones estatales como la Biblioteca Provincial, los centros de Artes Escénicas, del Libro, de Superación para la Cultura, la Casa del Joven Creador,  la dirección de Cultura y la Asociación de Artesanos y Artistas (ACAA). Entre todos llegaron casi a la cifra de 300 firmantes en un documento que ya fue entregado a Manuel Vázquez Seijido, uno de los asesores jurídicos del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y coordinador nacional de sus redes sociales comunitarias, para que las hiciera llegar a la diputada Mariela Castro Espín y también a la Asamblea Nacional.

Los activistas cienfuegueros habían realizado una declaración similar durante el primer Taller Nacional de Redes Sociales Comunitarias, en Camagüey, y la ratifican dos años después, en la ciudad Pinar del Río hasta donde acudieron para exponer en otro encuentro de colegas esta Carta Abierta.

Con la pasada sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, suman cuatro los periodos ordinarios consecutivos en los que no se discute ni aprueba ninguna Ley sustantiva. Ante este silencio prologando la experiencia de los activistas de Cienfuegos será extendida a todas las regiones del país. “Hemos intercambiado con personas de otros territorios y nos han confirmado su disposición  de también recoger firmas; y de igual manera se pronunció el CENESEX”, adelanta Luis Alberto Fernández.

Luis Alberto Fernández. Foto: Marleidy Muñoz
Luis Alberto Fernández. Foto: Marleidy Muñoz

Los estigmas continúan

El abogado Dueñas trabaja ahora en dos nuevos casos de acoso laboral en la pequeña provincia de Cienfuegos. El primero sucede en el estadio de béisbol 5 de Septiembre, en el Departamento de Contabilidad, donde laboran una pareja de homosexuales y una lesbiana, quienes refieren ser acosados verbalmente por un superior.

El segundo corresponde a otra lesbiana de la red HxD, que luego de desempeñarse como guía de turismo por más de 25 años perdió su empleo por un supuesto ajuste de disponibilidad de plazas, en el mismo sitio donde buscan el completamiento de dos plazas para similar cargo.

“Con frecuencia identificamos casos de esta tipología, personas afectadas que incluso se nos acercan en las actividades que realizamos en los diversos espacios públicos de la ciudad, como en el Boulevard, en la Sala de teatro A Cuestas y el Centro Cultural Mella”, dice Dueñas.

“El tema del matrimonio, la adopción de niños, no permitir el acoso laboral, pasa por una lucha que apuesta por la felicidad de las personas, por un orden al revés al impuesto históricamente, desmiente el ABC que nos indican desde que nacimos. Por eso firmamos, 300 nombres son muy pocos, son insuficientes, pero son voces y personas que exigen otra Cuba”, sentencia.

 

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