Mariel: memorias de la diáspora homoerótica

Eloy Guzmán fue uno de los tantos cubanos que, en 1980, se vieron forzados a dejar la Isla por el puerto del Mariel. Hasta ese momento no había pensado nunca en la posibilidad de emigrar, pero en su país sintió que no había lugar para personas homosexuales.

Actualmente es, quizá, el único “marielito” que vive en Burlington, Vermont, uno de los estados más progresistas de los Estados Unidos. Allí logró estudiar dos veces en la universidad, trabajar como maestro, y construir, por más de cuarenta años, un proyecto de vida junto a su pareja.

Sin embargo, no corrieron igual suerte otros amigos suyos que se montaron en el mismo barco de la diáspora homoerótica. Por eso, desde hace algunos años Guzmán escribe un libro con sus memorias, antes de que, como suele decir, se borre el pasado como una palabra mal escrita en el pizarrón.

“Ya no guardo rencor porque he tenido mucho éxito en este país, pero las nuevas generaciones no pueden desconocer lo que pasó. Fue una etapa muy dura para muchos”, me dijo en una de las tantas conversaciones sobre el tema que tuvimos durante mi estancia en los Estados Unidos por la distribución de Máscaras, un documental sobre el transformismo en Cuba que realicé en 2014.

Y al conocer la perspectiva de Eloy que difiere tanto de las historias ya icónicas sobre este suceso, no pude resistirme a filmar su testimonio. Con suerte, este video para la web será el punto de partida para un proyecto mayor, en el que pretendo rescatar esa memoria queer, perdida muchas veces bajo otras historias de la diáspora.

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