Tras la entrada en vigor de la reforma migratoria en Cuba (enero pasado) que eliminó el vilipendiado “Permiso de salida” y extendió los períodos admisibles de permanencia de sus ciudadanos en el exterior, los viajes de los cubanos hacia otros países se han multiplicado hasta reportarse 284 mil 240, por asuntos particulares, durante el 2013, cifra superior en un 41.4% a los registros del año precedente.
Aunque la mayoría en el Archipiélago padece las limitaciones económicas asociadas al costo de pasajes —en relación con sus ingresos— y las dificultades para obtener visas; unos 201 mil 206 nacionales partieron de la Isla para visitar el extranjero —apenas el 11.5% en más de una ocasión— y sobre la tercera parte de ellos se dirigió a los Estados Unidos.
Si en este momento se pregunta cuántos regresan, sepa que antes del 31 de diciembre retornaron sobre los 30 mil de EE. UU. y más de 65 mil 200 de otras latitudes: cantidad que representa el 47% del total de cubanos que cruzó su frontera nacional. El resto, todavía tiene 24 meses para volver a la Isla o prorrogar su estadía afuera, sin perder sus derechos ciudadanos. Sin embargo, nótese el contraste dentro del grupo de menores de edad en la misma etapa: de los 16 mil 248 que salieron del territorio cubano (45.6% y 54.4% hacia Estados Unidos y el resto del mundo, respectivamente), tan solo 540 y 3 mil 659 regresaron antes de finalizar el año, provenientes de uno y otro destino.
Cuando de derechos se habla resulta interesante que de las 4 mil 112 repatriaciones reportadas en este período, casi el 73% corresponde a quienes, luego de haberse asentado en el extranjero, decidieron residir nuevamente en su terruño de origen.
