Cinco apuestas por el bestiario cubano

El hombre cerdo. Ilustración: Darkevian.

El hombre cerdo. Ilustración: Darkevian.

1- El Jinete sin cabeza vs. La Gritona de El Seborucal. Fue una mujer que se resistió a ser atrapada en uno de los ataques piratas a la Villa de Remedios y su agresor le cortó la cabeza con su espada. Se cuenta que desde las primeras décadas del siglo XVIII la Gritona sale de su gruta cuatro viernes al año y va por las calles de La Bermeja, El Carmen o el Corojo asustando a los pobladores con sus horrendos gritos.

Ella se quita la cabeza, la tira a la calle y de su cuello sale sangre fresca, entonces su cuerpo se alarga por encima de los techos y vuelve a bajar para recoger su cabeza. Mientras realiza su sangrienta rutina, va dejando a su paso muertos, abortos, cegueras y parálisis en los que escuchan su grito o la ven.

2- El Leviatán vs. La madre de agua. Es una serpiente grande y gorda como una palma, con barbas y cuernos. En los charcos donde vive nunca se seca el agua y quien la mira a los ojos después tiene fiebre alta. Si ves un remolino, ahí mismitico hay una madre de agua; ellas se enredan en el limo y sacan la cabeza para silbar o cantar como un gallo. Cuando se ponen viejas se van a morir al mar.

3- Drácula vs. La culebra lactante. En Jagüey Grande las mujeres recién paridas descubrieron que sus pechos estaban secos y no podían alimentar a sus hijos. Pero Virgen Leiva, la mejor comadrona del lugar, descifró el misterio durante una madrugada en vela. Una culebra blanca de pintas amarillas les extraía la leche a las parturientas mientras estaban dormidas. Ni los dientes de ajo ni las cruces de plata pueden con la culebra lactante.

4- El monstruo del lago Ness vs. La trucha de tres cabezas. Este terrible monstruo de río fue encontrado por unos campesinos en el río Las Casas. Uno de ellos tiró su pita al agua, algo muy grande picó y todos tuvieron que tirar de la vara para poder sacarlo. Era una trucha enorme de tres cabezas, una de perro, otra de carnero y otra de caballo. Más fuertes fueron los gritos de espanto de los campesinos cuando las cabezas comenzaron a ladrar, balar y relinchar a la vez.

5- El hombre lobo vs. El hombre puerco. Por las noches se sube a las palmas en forma de puerco. En el mismo penacho se pone a comer palmiche y cuando se le quita el hambre baja de la palma en forma de hombre, y en cuanto toca tierra, prende un tabaco y sale a caminar por el monte. Si le da por morder a alguien, esa persona se convierte también en hombre puerco.

 

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