El dolor de la cercanía

Durante el rodaje de la película / Fotos cortesía del entrevistado

Durante el rodaje de la película / Fotos cortesía del entrevistado

En el certamen más importante del novel cine cubano, la Muestra Joven ICAIC, resultó ganador en la categoría de ficción el cortometraje Nani & Tati (2012), ópera prima de Adolfo Mena.

El material narra la tormentosa relación entre Nani -Rosa Vasconcelos- y Tati -Broselianda Hernández-, dos hermanas achacosas que necesitan ayudarse entre sí, pero rivalizan hasta la muerte porque cada una cree sentirse peor y ninguna cede a los requerimientos de la otra.

Mena, quien tuvo a su cargo la escritura del guion y la producción del material, es licenciado en Historia del Arte; y actualmente trabaja en el grupo de teatro El Público, de Carlos Díaz, como asistente de dirección.

Anteriormente, ha incursionado en el cine en varios materiales, como los reconocidos cortometrajes de ficción Los anfitriones, de Miguel Ángel Moulet y Kendo Monogatari, de Fabián Suárez.

Cartel de la película
Cartel de la película

En declaraciones exclusivas a OnCuba, el joven cineasta comentó sobre el proceso de realización de Nani & Tati.

Broselianda Hernández y Rosa Vasconcelos son dos grandes actrices ¿Sentiste presión al trabajar con ellas en tu primer audiovisual?

Yo les dejé el guion y les hablé claro: les dije que era mi primer trabajo. Estuve todo el día con una ansiedad terrible. Cuando las llamé por la noche me dijeron que les había encantado. Eso me dio mucha seguridad para seguir adelante con el proyecto. En ese momento lo único que tenía era el guion, y que ellas, desde su experiencia, se involucraran me alentó.

Básicamente lo que hicimos fueron lecturas del guion y hablar mucho sobre los personajes. Nunca ensayamos, porque no quería que se viciaran.

El primer día de rodaje fue un poco más lento, porque necesitábamos encontrar el tono, establecer la comunicación entre nosotros. El segundo y tercer llamado fue muy fluido. Ellas son muy profesionales. Igualmente, sabía que tenía que ir muy seguro a la filmación. Aprendí muchas cosas en ese tiempo. Estoy muy contento con el resultado de trabajo.

Como el mismo título lo indica, el corto se sustenta en estos dos personajes. ¿En que referentes te basaste para crearlos?

Cuando niño, en mi casa se reunía todos los días junto con mi abuela un grupo de vecinas. Me llamaba mucho la atención que sus temas favoritos de conversación giraban en torno a asesinatos, accidentes fatales, muertos y enfermedades. Supongo que un fuerte deseo de muerte inconsciente las impulsaba a compartir sus desasosiegos. Ese patetismo, del cual ellas no era del todo concientes, me llevó a escribir el guion.

Como no tenía presupuesto, decidí filmar la mayor parte de la historia en una sola locación. Además, me impuse una historia con dos personajes, para poderlos controlar mejor en el set.

Son dos personajes que llegan a una situación límite, donde cada una quiere someter a la otra a través de la debilidad, usada como mecanismo de poder: “Yo estoy peor que tú, por lo que debes ayudarme”

Hice una investigación sobre problemas psicológicos relacionados con la depresión. Para construir el personaje de Nani me apoyé en los síntomas de trastorno afectivo bipolar; y en el caso de Tati, el trastorno distímico, que es un trastorno depresivo muy fuerte. La sintomatología de estas enfermedades cambia todos los años, así que no fue una camisa de fuerza para el corto, solo un punto de partida.

No me interesaba que la historia fuera realista, por el tono y la atmósfera que utilizamos, y por el mismo final, que no es lógico ni posible.

Algo que resalta en el cortometraje es el ambiente opresivo, casi claustrofóbico, que descoloca al espectador…

Queríamos que el espacio fuera una proyección psicológica de los personajes, de cómo ellas se sentían. Nani y Tati son dos hipocondríacas y depresivas. Queríamos simular la manera en que ellas ven el mundo: a punto de caerse, oscuro, tenebroso. Intentamos que el espectador experimentara la pérdida del sentido del espacio, algo muy común en personas con cuadros depresivos muy fuertes, como los que sufren las protagonistas.

Con respecto a la escenografía también trabajamos esta línea. Por ejemplo, pintamos las paredes de rosado, que es un color muy depresivo, sobre todo en interiores. Utilizamos una casa real que está en San Antonio de los Baños, donde tuvimos acceso a objetos que pertenecían a este lugar. Traje de mi casa en Pinar del Río taburetes y tapado de tabaco, cosas muy típicas de esa zona de Cuba. Todo eso dotó de verosimilitud a la puesta en escena.

El equipo de trabajo es muy joven…

Esa es otra cosa que me tiene muy contento. Casi todos son amigos de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (EICTV). El trabajo con Rafael Trindade, el director de fotografía, fue muy bueno; él es muy rápido en el set, nos entendíamos muy bien. Fue una suerte que Luiz Henrique nos hiciera el sonido directo porque como quedó tan bien que no tuvimos necesidad de doblar. La producción estuvo a cargo de Claudia Olivera, jefa de D’Safía Producciones, y Esmé Jofré, estudiante de tercer año de producción en la EICTV. Fue un buen equipo de trabajo, muy profesional.

Actualmente trabajas como asistente de dirección en el Teatro El Público. ¿Cómo conectas esto con tu carrera audiovisual?

Yo estudié Historia del Arte, que es una carrera muy teórica, pero siempre enfoqué mis investigaciones hacia el cine. Como me interesa la dirección, que es algo tan pragmático, que necesita el contacto directo con el actor, empecé a trabajar como voluntario en el grupo de teatro, gracias a Carlos Díaz.

Igualmente de digo, la carrera te da una serie de teorías y herramientas de investigación que te ayudan a ganar seguridad. El asunto es llevar todo eso a la práctica.

Proyectos…

Estoy inmerso en la preproducción del cortometraje Chinatown downtonw, que dirigiré junto a Grethel Castillo, coautora junto conmigo del guion. El material se compone por tres historias que se desarrollan en el Barrio Chino de La Habana: Miénteme bien, Jackie Chan; Yin Yang Fuck; y Chitico y el dragón.

La primera historia es acerca de un asesino en serie, que invita a sus víctimas a comer, las mata y les toma una foto, para aumentar su colección de “naturalezas muertas”.

Yin Yang Fuck  se mueve en la cuerda del absurdo, tiene efectos especiales y artes marciales. La tercera historia narra como un niño, Chitico, que pretende matar un dragón y cobrar la recompensa, tal y como lee en un cuento.

Filmaremos en los restaurantes, la Academia de gushu, y las calles del Barrio Chino. Es un proyecto mucho más ambicioso, en cuanto a producción. Tenemos más locaciones, más actores, efectos especiales. Ahora mismo tenemos los equipos para filmar, necesitamos financiamiento para el rodaje y el pago al personal técnico y los actores.

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