Juan Carlos Cremata: enemigo del aburrimiento

Contigo-pan y cebolla. Fotos-del-rodaje

De los cineastas cubanos que se encuentran en activo, quizás uno de los más prolíficos es Juan Carlos Cremata. Ante la pregunta de cómo puede llevar a cabo tantos proyectos al mismo tiempo, respondió a OnCuba con naturalidad:

“Siempre tengo que estar haciendo algo, sino me muero de aburrimiento. Hay una máxima italiana que dice: ‘el que se para está perdido’, y a mí me pasa así. De hecho, me gusta más el proceso creativo que la obra misma terminada. Cuando estreno una obra de teatro me deprimo, porque pienso que tengo que empezar de nuevo otro proyecto, pero a la vez, eso me gusta. Creo  que esa adicción es algo hereditario, porque en mi familia somos así. Mis hermanos y yo crecimos en ese ambiente de creación, y si nos sacan perdemos el aliento vital”.

En reconocimiento a su obra, Cremata fue invitado recientemente por el Festival de Cine Latinoamericano de Vancouver en calidad de presidente del jurado. Es la primera ocasión en que el cineasta cubano lidera el conclave del certamen, que tendrá lugar del 30 de agosto al 8 de septiembre.

Se suma al homenaje la proyección de una retrospectiva suya que incluye los largometrajes Nada (2001) y Viva Cuba (2005), financiados por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC)y Chamaco (2011), realizado de manera independiente.

Además, Cremata comentó a OnCuba acerca de la Leo Biaggide Blasys Bogliasco Fellowship, beca de creación que otorga la Bogliasco Foundation, entidad radicada en Nueva York, y con estrechas relaciones con el Liguria Center Studies, ubicado en Italia.

Es la segunda vez que el realizador de Oscuros rinocerontes enjaulados (1990) recibe este tipo de reconocimientos: en 1996 ganó la prestigiosa beca Guggenheim, que le permitió vivir y crear durante un año en la ciudad de Nueva York.

Según adelantó, en el mes que permanecerá en el Liguria Center Studies pretende avanzar en su próxima película: Fe de ratas; y empezar un proyecto de guión el cual ha nombrado Condón, sobre adolescentes en Cuba.

“Fe de ratas es un filme que quiero mucho. Es una historia de amor entre un hombre y una mujer; se desarrolla en la actualidad, específicamente en un reformatorio o penitenciaría. La firmé junto a Onelio Fidel López, un talentoso dramaturgo que está escribiendo textos muy buenos. Espero poder trabajar con los actores Yadier Fernández, Gilda Bello, y Rolando Brito”.

Por su parte, Condón está igualmente escrita entre Cremata y López, quienes concibieron un proyecto experimental. “Es una película para adolescentes. En Cuba se han hecho películas para niños, pero para personas entre los once y dieciséis años no se ha hecho mucho, exceptuando la serie Pubertad, de Mariela Castro”, reflexionó el cineasta.

En la gran pantalla 

Al referirse a sus próximos estrenos, anunció  que el largometraje Crematorium, o Mar (l) de muchos, consuelo de tontos será exhibido en diciembre. “Debo estrenarla, si la aceptan, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL)”.

Crematorium…está compuesto por tres cuentos: En fin, el mal; Más allá del bien y del mar; y En el mal la vida es más sabrosa. Según cuenta el director, el proyecto nació por la primera historia, que inicialmente formaba parte de un largometraje nunca hecho realidad.

“La idea general era que cinco realizadores cubanos abordaran cinco etapas de la Revolución: Enrique Pineda Barnet se encargaría de la historia de los sesenta; Juan Carlos Tabío de los setenta; Jorge Luis Sánchez de los ochenta; Fernando Pérez de los noventa; y yo de los años dos mil”, reveló a OnCuba.

“Mi cuento era En fin, el mal, que escribí con Carlos Lechuga (Melaza, 2012). Creía mucho en esa historia, por lo que insistí en filmarla. Gracias al presupuesto que nos dio el ICAIC, y a mi filosofía de hace más con menos, logré filmar En fin… y Más allá del bien y del mar, cortometraje que firmé junto a Eduardo Eimil. El tercero, que escribí con Carlos Ramos, fue un acto de gratuidad del equipo técnico, que me cedió su tiempo para completar el largometraje”.

“¿Por qué Crematorium? Porque es la vida más allá de la muerte. O sea, empieza en un velorio, sigue en el cementerio, y termina en el cielo o en el infierno. Son tres historias independientes, que se conectan por el tema”.

El largometraje, producido por el ICAIC, está contado en tono de comedia, y discursa sobre la realidad cubana actual. “Son historias iconoclastas, hasta te diría que un poquito ‘calenticas’”, adelantó Cremata.

El primer cuento de Crematorium es coral, e intervienen muchos actores, entre los que se encuentran Miriam Socarrás, Carlos Solar, Yaité Ruiz, Roque Moreno, Walberto Vargas, Nancy González, Nieves Riovalles, Sheila Roche, y Waldo Franco. En la segunda historia trabajan Aurora Pita y Fátima Paterson; mientras que en la tercera solo actúa Orlando Manrufo, quien tiene a su cargo dos papeles. En palabras del guionista y director, “esta manera de distribuir los personajes en las historias también es algo muy experimental”.

Aunque este largometraje cuenta con un guion original, el realizador confesó que no pretende desligarse de las adaptaciones cinematográficas de piezas teatrales. Hasta el momento, Cremata ha llevado a la gran pantalla El premio flaco (2009), basado en el texto homónimo de Héctor Quintero; Chamaco, original de Abel González Melo; y Contigo, pan y cebolla, clásico de las tablas cubanas firmado por Quintero, y que actualmente está en posproducción.

Al decir de Cremata, su sexta película ya superó  la etapa de edición, “y en estos momentos está en el proceso de sonorización, música y mezcla. El estreno está previsto para los inicios de 2014. Estoy muy contento con los resultados. Contigo…, que es un clásico de una hora y cincuenta minutos. Sin pecar de autosuficiente, creo que está muy bien filmada. Hace algunos días volví a ver El premio…, y aunque es una película que quiero mucho, está filmada con el corazón, más que con recursos, es muy rudimentaria. No quiero adelantarme, porque el público es el que da la última palabra, pero creo que Contigo… va a gustar”.

En proscenio 

Luego de la polémica puesta en escena de La hijastra, su trabajo más reciente en teatro, Cremata anunció en OnCuba que vuelve a la carga con Los ciegos, adaptación de un texto de Maurice Maeterlinck, un clásico belga del siglo XIX. Además, está montando Los amantes, versión que el director y Agnieska Hernández hicieron a partir de El amante, de Harold Pinter.

“Esta última puesta debe estrenarse en la próxima Semana de la Cultura Británica, y contará con las actuaciones de Yadier Fernández, Carlos Solar, entre otros. La producción corre a cargo de mi casa de creación: El Ingenio, además del Centro de Teatro de La Habana, y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas”.

Centro Cultural Cine 23 y 12 

Además de su trabajo como realizador, Cremata suma a sus actividades la promoción cultural, con el sueño de hacer del Cine 23 y 12 un centro que potencie varias manifestaciones artísticas.

“En este momento hay una crisis con las salas de teatro y cine; y además, se está cometiendo el gravísimo error de ceder esos espacios a espectáculos de poca calidad. Estoy promoviendo la idea de que el Cine 23 y 12 se convierta en un centro cultural, ya que no está explotado todo lo que se podría”.

Según declaró a OnCuba, la instalación tiene condiciones para hacer exposiciones, conciertos, proyecciones cinematográficas, y puestas en escena. “Queremos que siga siendo subsede de la Muestra Joven ICAIC, del Festival de cine de La Habana, casa del CineClub Diferente, y todo lo demás que se hace allí; pero además, queremos sumar otras actividades. Solo necesitamos un pequeño presupuesto para hacer algunos ajustes, porque en general, las condiciones del cine son bastante buenas. El ICAIC y el Consejo de Artes Escénicas están interesados en el proyecto”, puntualizó.

Por Ailyn Martín Pastrana

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