Galería Habana anida en Galería 10/10, de México

Radicados y no en la isla, y generacionalmente diferentes, los artistas recorren diversas tendencias, estilos y formatos desde la abstracción hasta lo figurativo.

Galería 10-10, Ciudad de México. Foto. Prensa Latina.

Galería Habana, una de las más antiguas y principales pinacotecas de la escena plástica de Cuba, cargó con un total de 95 obras de 44 artistas cubanos para ser expuestas en Galería 10/10 de Ciudad de México.

La muestra, que será inaugurada este miércoles 28 de febrero y que permanecerá abierta hasta el 13 de abril, es resultado de la sinergia entre la institución mexicana y Génesis Galerías de Arte, de Cuba, según informa una nota de la agencia Prensa Latina.

Génesis es una empresa de arte del Ministerio de Cultura de Cuba, que representa a las galerías Acacia, Servando, La Nave y de La Habana, dirigida por la escultora y fotógrafa de arte Misladis González Barco, quien encabeza la delegación de la isla a la muestra en la capital mexicana.

Durante más de dos décadas, Génesis Galerías de Arte ha trabajado para conectar la producción de artistas cubanos con los mercados y circuitos internacionales de exposición.

Se trata de un conjunto de estrategias y alianzas diseñadas para forjar un nuevo acceso al público internacional interesado en el arte cubano, tras las restricciones de la COVID-19 y dificultades de acceder a mercados naturales por diversas razones, incluidas las sanciones estadounidenses.

En ese ámbito es muy bien valorada la oportunidad ofrecida por la Galería 10/10, y su director, Norman Bardavid Nissim, quien propicia el encuentro con el conjunto Colección Habana. Arte Cubano Contemporáneo.

Según afirma la nota de la galería mexicana, esta exposición es como un encadenamiento o convergencia de lo disímil e incluso antagónico, surgido de una contemporaneidad estética diversa.

Esa diversidad se asienta en lo histórico, lo social y cultural, lo político, lo ecológico, el cuerpo, la identidad de género y raza, y las especulaciones dentro del campo de la autonomía estética y formal, indica la reseña del evento.

Entre las firmas que se reunieron para verse en Galería 10/10 aparecen Manuel Mendive, Antonio Vidal, José Villa, Moisés Finalé, Carlos García, Santiago Rodríguez Olazábal, Eduardo Ponjuán, Rigoberto Mena, Rene Peña, Marta María Pérez, Alexis Leyva Machado (Kcho), y Roberto Fabelo Hung.

Bardavid, el coleccionista

Promotor y artista, Norman Bardavid destaca en la escena mexicana del arte contemporáneo por su trayectoria como galerista y coleccionista de vocación filantrópica.

Foto tomada del FB de la galería 10 10. Ciudad de México

Convencido de que el arte tiene la misión de impulsar el bienestar personal y social, en 1986 inició la Galería 10/10, impulsando principalmente artistas de México, Colombia y Cuba, realizando ediciones de piezas gráficas y de esculturas, a la vez que comenzaba su pasión por el mecenazgo, el coleccionismo y la filantropía.

Como artista, su trayectoria se inicia en 1981 con exploraciones en el dibujo, reinterpretaciones escultóricas y, posteriormente, con la creación de dos personajes obesos –un hombre y una mujer– que, con estéticas neo-pop, revivieron y renovaron temáticas y poéticas costumbristas.

Trabajados únicamente en formatos escultóricos, sus personajes evadieron la autoría del promotor, enmascarándose bajo el seudónimo de Bruno Luna.

Desde 2005, Bardavid inició un mecenazgo para pintores cubanos que derivó en la propuesta llamada Revelación, donde plantea que el ser, al revelarse desde su propia luz, puede llegar a una Conciencia de Unidad.

Su interés por desarrollar y difundir la importancia de la cultura de paz lo ha convertido en un dinámico activista en temas vinculados con políticas públicas y el sistema educativo.

Norman Bardavid Foto. FB del artista mexicano

Dentro de la extensa colección de Bardavid, con importantes piezas de artistas de toda América Latina, destacan los cuatro mil papalotes y cuadernos de arte de Francisco Toledo (1940-2019), uno de los mayores artistas plásticos de México, con amplio reconocimiento como impresor, dibujante, pintor, escultor y ceramista.

Algunos de tales papalotes han sido subastados para causas benéficas.

Piezas de la colección de Bardavid han sido exhibidas en museos de México, Colombia y Estados Unidos.

Cuba y México, una larga tradición de contactos pictóricos  

Las relaciones y los intercambios entre ambos países en materia de artes plásticas son tal vez los más fluidos y constantes en la historia de la isla.

“La Academia de San Carlos de México (1785), en tanto propuesta “ilustrada” de conjugar lo útil y lo bello— fue uno de los modelos para la Academia de San Alejandro de Cuba (1817),   primera institución de este tipo en el área del Caribe”, estimó la investigadora y académica cubana afincada en México, Olga María Rodríguez Bolufé.

Artista mexicano Francisco Toledo con una de sus piezas papaloteras. Foto: Gobierno de México

El culmen de estas interconexiones en el siglo pasado fue la presentación de una exposición de Pintura Cubana Moderna en el Palacio de Bellas Artes de México en junio de 1946.

La muestra incluyó más de 60 cuadros y más de un centenar de fotografías bajo las firmas de Eduardo Abela, Jorge Arche, Carmelo González, Mirta Cerra y Cundo Bermúdez.

Igualmente, estuvieron presentes Roberto Diago, Carlos Enríquez, Julio Girona, Wifredo Lam, Mariano Rodríguez, Amelia Peláez y Marcelo Pogolotti, solo por mencionar algunos de ellos, que formaron parte de la espléndida segunda generación de arte de vanguardia en la isla.

“El éxito de la exposición fue considerado como la prueba de fuego que los artistas cubanos pasaron frente al paradigma mexicano, y aunque no estuvo exenta de críticas por parte de los academicistas isleños, se consideró que México era el foro adecuado al que Cuba debía llevar pintura moderna”, escribió la investigadora mexicana Indra Labardini Fragoso.

Investigación de la doctora Olga María Rodríguez Bolufé

Artistas cubanos de renombre del siglo XX como Jorge Rigol y Mariano Rodríguez se distanciaron del canon de los muralistas y atendieron otras corrientes.

En el caso de Rigol se asoció con el Taller de Gráfica Popular dirigido por Leopoldo Méndez, en tanto Mariano Rodríguez se vinculó con Manuel Rodríguez Lozano, pintor mexicano que polemizó al discrepar sobre el influjo monopolizador del muralismo.

Salir de la versión móvil