Albertico Pujols: “Tengo una deuda con el público cubano”

En Miami Pujols prepara junto a Rolando Díaz la versión teatral de "Los pájaros tirándole a la escopeta". Foto: Susana Méndez.

En Miami Pujols prepara junto a Rolando Díaz la versión teatral de "Los pájaros tirándole a la escopeta". Foto: Susana Méndez.

Albertico Pujols es el Tavo para los cubanos, donde quiera que estén; es su gran personaje y apareció hace muy poco con carácter de reposición en las pantallas televisivas del país. Albertico ya no vive en Cuba. Vive en Miami. OnCuba conversó con él acerca de su vida actual, de su trabajo, de sus perspectivas profesionales, y sus anhelos.

La última vez que nos vimos, hace siete años, hicimos una entrevista porque te ibas a trabajar en Colombia…

Si, salí para Colombia y vine a Nueva York a filmar la serie Allá te espero, que tuvo mucho éxito en ese país. Fue una serie muy interesante sobre la emigración colombiana a Estados Unidos. También grabé La traicionera; fue una etapa muy fructífera desde el punto de vista actoral, siempre con baches porque hay un estigma inevitable con los cubanos, la gente se asusta un poco, pero aun así tuve trabajo, hice algunas cosas y otros tipos de personajes que para mí fueron muy enriquecedores.

¿Qué te motivó a venir para Miami?

Luego de cinco años en Colombia, me empezó a preocupar lo mismo que me preocupaba en La Habana. Mis padres ya están muy mayores, yo también lo estoy, así que decidimos hacerlo. Por otra parte mi trabajo en Colombia estaba limitado por mi status legal, y aquí se resolvió enseguida; esa decisión fue buena para mi hija, para mi familia, pero no para mí desde el punto de vista profesional, ni creo que lo vaya a ser pues no existe acá la estructura para lo que uno hace como actor. Hay compañías que hacen novelas, televisión, cine…, pero no como en Cuba donde se desarrolló una estética en cuanto a la proyección del arte.

Nosotros teníamos una estructura en la cinematografía y en la televisión auspiciada por el Estado, con sus pro y sus contra, pero el dinero no lo ponías tú, aquí sí lo tiene que poner uno. Allá el protagonista no tiene que ser alto, rubio, de ojos azules, lo importante es la historia y el talento del actor. Eso es valedero; pero aquí no es así, esto es comercio, tienes que vender, vende más un rubio de ojos azules que un gordo como yo, eso quiere decir que los personajes bajan y entonces empiezas a hacer el tío de, el abuelo de, el suegro de, y si el suegro dura muchos capítulos, estás hecho, pero ningún suegro ha durado muchos capítulos en mi caso.

Yo siento y pienso como un artista, como un creador, pero los requerimientos aquí son diferentes y muchos de los que están aquí siguen viviendo de lo que fueron allí; aquí Albertico no existe, existe para los de allá y para algunos de aquí que me quieren, pero la realidad es que hay 38 millones de mexicanos esperando una telenovela de Telemundo.

De Cuba salieron algunos artistas talentosos porque no tenían posibilidades de trabajo, y afuera hicieron una gran carrera, pero nosotros hicimos la carrera allá; los que vinieron antes ya están establecidos, igual pasaron mucho trabajo porque en este país se trabaja duro todo el tiempo, la gente hoy está en la televisión y mañana está poniendo un piso.

También están los que han hecho una carrera artística apoyados en la política; eso yo no lo acepto ni aquí ni en Cuba. Lo mío es el arte. Como dice Carlos Varela, “la política no cabe en la azucarera”. Yo no puedo centrar mi triunfo en una declaración política, no la puedo sustentar en eso; yo he estado en sitios donde han dicho “este viene de Cuba, hay que joderlo”, lo he visto y es muy triste.

En Miami el actor cubano Albertico Pujols de 56 años no descarta la posibilidad de irse a otro lugar. Foto: Susana Méndez.
En Miami el actor cubano Albertico Pujols de 56 años no descarta la posibilidad de irse a otro lugar. Foto: Susana Méndez.

¿En qué trabaja Albertico Pujols ahora mismo?

Después de un año y siete meses sin trabajar –lo cual ha sido un ejercicio de reflexión, casi como un retiro espiritual– tengo en fase final de edición cinco programas de un proyecto que vamos a presentar. Son entrevistas a personas que no son grandes intelectuales, porque la idea del programa es que todo el mundo es muy importante y cada cual es protagonista de una historia que tiene para contar. Es muy sencillo, discreto, no puedo decirte que estoy preparando el gran programa.

También próximamente voy a comenzar a trabajar como escritor de televisión y probablemente como coach preparando a alguien que no es actor, y con la dirección de Rolando Díaz también vamos a hacer en el teatro Los pájaros tirándole a la escopeta.

¿Cómo será esta versión teatral del filme cubano?

La obra está muy buena, muy fiel al guion de la película, lo escribió Rolando y lo asesoró Carlos Díaz; hubo que transformar la narración porque el tempo del cine no es el del teatro, pero no se va a perder el espíritu de la historia.

Los personajes jóvenes son dos conocidos actores de Telemundo, y yo interpretaré a Felo, el papel que hizo el recientemente fallecido Reynaldo Miravalles. Mabel Roch hará el personaje de Consuelito; Gerardo Riverón y Daysi Fontau actuarán también.

La obra será un musical, los personajes cantan. Aunque no se pueden utilizar todos los temas, estará el principal que es de Los Van Van.

La historia es la misma pero un poco más situada en Miami, pero está muy bien escrita, creo que la falsa moral está mucho más acentuada, para que la gente se dé cuenta de que aquí no hay doble sino quíntuple moral.

Los Van Van - Y que tu crees (Los Pájaros Tirándole a la Escopeta)

¿Cuándo y dónde se estrena la obra?

Se está preparando para montar en el teatro Manuel Artime, pero aún no hay fecha confirmada del estreno. Tengo entendido que ya está la producción, aunque hemos tenido que parar en algunos momentos porque el público de Miami no solo es cubano, y hay que asegurar que el teatro se llene. También el tiempo pasa y no es una película tan vigente y yo tampoco lo estoy como actor, estoy centrado en otras cosas.

¿Y la música dónde ha quedado?

Eso viene, esa es una de las puertas que me puede salvar, pero igual para hacer música hace falta dinero. Otra que me ha salvado es la pintura porque me han invitado a muchas exposiciones y hay gente a la que le interesa mi obra y he podido vender algunas cosas.

¿Cómo llegas a la telenovela Celia, sobre Celia Cruz?

Tuve que hacer un casting y el filtro fue muy riguroso; los otros actores que optaron por Rogelio eran muy buenos, cubanos y colombianos, lo hice para varios personajes pero yo quería el de Rogelio Martínez, director de la Sonora Matancera, y me ayudaron mis conocimientos de música, de ciertos códigos, porque yo quería sentirme un director de orquesta y disfrutar dirigiendo la agrupación.

Tuve que cantar, me grabaron. Yo nunca había pasado por esta experiencia y no sabía, porque un actor piensa diferente.

El guion ha sido muy criticado por inexacto en algunos aspectos…

El guion no se ajustaba a la realidad cubana en ningún caso, era de una intemporalidad brutal, los actores cubanos que participábamos sabíamos que era así y lo decíamos discretamente, con respeto; pero esa es la otra parte dura de acá, se hizo con esos errores porque así lo querían los que pagaban. No nos quisieron escuchar y hoy puedo decirte que el personaje de Rogelio duraba más, quizás hasta el final y creo que me sacaron, porque cada vez que iban a hacer algo yo les decía que no era así, me preguntaban mucho pero cuando empecé a entrar en contradicción vieron la posibilidad de ahorrar y me sacaron.

Todos los actores trabajaron con un amor muy grande por Celia y para nosotros fue duro actuar escenas que sabíamos que históricamente no fueron así. Pero a pesar de todas esas contradicciones la serie ha sido un éxito porque estaba dedicada a Celia, y creo que al final el saldo es positivo, como quiera que se narre la historia porque al menos se contó la vida de Celia, se habló de ella, y muchos cubanos la conocieron gracias a la serie porque ella ha estado prohibida, al igual que la Lupe que en la serie aparece en un personaje llamado Lola Calvo.

El director de la serie, Víctor Mallarino, es un músico colombiano muy bueno, admirador de la música cubana; él luchó mucho porque fuera lo más cercana a la realidad y nosotros le decíamos que cambiara cosas porque no se lo iba a creer nadie más allá de los cubanos, pero el resto del público que no sabe cual es la historia real se lo creyó y eso fue lo que pasó.

¿Qué hay de cierto en el rumor de que harás El Tavo en Miami?

"Día y noche es un patrimonio cubano, yo no quiero dañar esa historia", cuenta el Tavo en Miami. Foto: Susana Méndez.
“Día y noche es un patrimonio cubano, yo no quiero dañar esa historia”, cuenta el Tavo en Miami. Foto: Susana Méndez.

Era cierto, se intentó, pero no se pudo y te puedo asegurar que me salí de ese proyecto. Fui advertido por muchos amigos de que no lo hiciera pero yo seguí en el empeño de plasmar la historia sobre los treinta años que han pasado, esa era mi idea y pudo haber funcionado pero este es un trabajo que necesita profesionales.

Día y noche es un patrimonio y yo no quería que tuviera nada que ver con lo que se había hecho, que se usaran los personajes en otro contexto, pero no podías cambiarlos, porque entonces la gente no lo iba a aceptar, pues es un referente obligado. Es la serie más vista en Cuba desde 1959.

Cuando vi la edición me di cuenta de que algo que pudo ser muy interesante se diluyó en el negocio y murió en el mismo nacimiento, no había un soporte profesional en la producción así que no se pudo hacer. Además no convocó a gente que era fundamental, no hubo un escritor; era un trabajo colectivo pero no había una dramaturgia.

Yo aplaudo el esfuerzo, la intención fue buena porque la serie iba a tocar mucho más la la parte humana de los personajes, insertarlos en este contexto y de ahí pasar a internacionalizarlos. En ese aspecto me parecía interesante. La idea no está desechada pero sería con otro equipo, porque no quiero dañar esa historia.

Muchos han criticado a los actores cubanos que en Miami hacen comerciales o integraciones. ¿Cuál es tu experiencia en ese sentido?

Yo hago integraciones, que es anunciar un producto o servicio dentro de un programa; esas integraciones las pagan y hay que hacerlas porque hay que pagar la casa, los impuestos, hay que comer, y ojala tuviéramos más integraciones porque las necesitamos.

Para mí fue un ejercicio tremendo, porque nunca había hecho algo así, y no sabía cómo hacerlo, con el tiempo me he ido acostumbrando y lo disfruto porque es una oportunidad que tengo para decir algo y es una manera de ganar dinero. En estos momentos es el único contacto que tengo con la televisión y lo hago cuatro veces al mes.

¿Te sientes bien aquí?

Mira, me gusta la luz de Miami porque me recuerda Cuba; es el lugar que más se parece a Cuba y al mismo tiempo no, y cuando te coge la nostalgia te pasan cosas como lo que me pasó el otro día que salí de aquí y la señora de la esquina me dijo que fuera a tomar café con ella que acababa de colar y eso me recordó el barrio. Eso te salva, te nutre a veces, a veces no.

Pero soy consciente de que estoy en el lugar donde si disparo al centro y doy en el blanco puedo ganar. La felicidad no es eterna ni completa, estoy feliz en cuanto a mi esposa que tiene un buen trabajo, a mi hija que le va muy bien… Yo creo que estoy haciendo algo que si bien para mí no es lo exacto y correcto, para ella sí. Yo creo que en Cuba yo tengo un lugar, es lo que siento y me gustaría mucho poder decir: estoy preparando esto, y que la gente en Cuba lo viera al menos en el Paquete; es muy curioso porque los artistas que estamos aquí todavía tenemos como referente a Cuba y entonces cuando estamos haciendo algo lo decimos para que lo sepan los de allá.

No he descartado la posibilidad de irme a otro lugar porque necesito actuar y tengo 56 años. Me imagino que en algún momento volveré a actuar: aquí, en Cuba o en Etiopía, me da igual. No he perdido la ilusión ni la esperanza de poder hacerlo en una estructura que sea loable y que no he visto acá, no he tenido esa puerta, esa conexión, no conozco a nadie, como sí me conocen por mi trabajo en Colombia, por ejemplo.

Me encanta la posibilidad de proyectarme internacionalmente y aspiro a llegar por esa montaña por ahí para arriba, pero aquí en Miami, te soy franco, es muy cerrado. Me dicen que próximamente esto se abrirá más y pienso que en algún momento tengan que tomar a Cuba en cuenta desde el punto de vista artístico porque nutre de artistas y son muchos; la carrera nuestra es como la del salmón, que va en contra de la corriente, con miles de dificultades, con un oso que se lo quiere comer y al final solo uno es el que logra poner los huevos, ese se salvó. Es carísimo el salmón, porque ha pasado mucho esfuerzo y vale mucho.

El público cubano es muy grande, hay mucha gente interesada en que se ve allá lo que se hace aquí, porque los artistas nunca abandonan su país, esa es mi posición; yo no siento que haya abandonado mi patria, no es a Cuba a quien abandoné.

¿Qué es lo que más extrañas?

Extraño mucho a Isabel Santos, a Lester Hamlet, porque para mí la experiencia de la película Casa Vieja fue muy buena.

Extraño la calle Obispo, el Malecón, desde luego mi casa, que ya no es mía, pero aquí la vida es tan convulsa que no puedes darle mucho espacio a la nostalgia; he llegado a lo que yo llamo “la resignación contemplativa”.

Espero en algún momento volver a entrar. Sé que lo voy a lograr, pero ha sido difícil y lo único que me mantiene con esa fuerza es la deuda emotiva de que le debo algo al público cubano, una buena serie, una buena película, eso se lo debo y tengo que hacerlo.

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