Béisbol cubano con las alarmas encendidas

Cuba-U.S. baseball meet in Havana’s Latin American Stadium. Photo: Otmaro Rodríguez.

Cuba-U.S. baseball meet in Havana’s Latin American Stadium. Photo: Otmaro Rodríguez.

Pocas veces la preparación de un equipo cubano de béisbol para el principal evento internacional del año ha dejado tantas dudas. La selección de la Isla que asistirá a Barranquilla no estuvo nada bien en sus topes preparatorios y ha encendido las alarmas entre aficionados y especialistas.
Ni siquiera el apullante triunfo (15×4) de la despedida en casa frente a los universitarios de Estados Unidos sirve como píldora tranquilizante: apenas cuatro victorias en diez partidos, contando lo hecho en Venezuela y Colombia, es un resultado preocupante no solo de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, sino también como brújula del momento actual de la pelota cubana.
Comencemos por el final, por el tope frente a los norteamericanos. En un estadio Latinoamericano prácticamente vacío, en el que el poco público rechifló más de una vez a los peloteros locales, Cuba cayó en los tres primeros juegos, en los que solo anotaron una carrera y apenas conectaron 12 indiscutibles.
En esos partidos, los bates se congelaron ante el pitcheo de unos universitarios con calidad y oficio en el terreno. Mientras, los cubanos parecían ser los colegiales, con poca disciplina en el cajón de bateo y deslices tácticos inadmisibles en hombres con larga experiencia en la Isla y una preparación de varios meses.
Por demás, resultó contradictorio que en un tope para poner a prueba al equipo rumbo a Barranquilla, en los dos primeros duelos solo vieran actuación dos lanzadores del equipo principal. El resto fue de la selección que, hasta el momento, también va dejando una lamentable imagen el Toneo de Haarlem, en Holanda.
Finalmente, la selección cubana limpió su imagen en el último encuentro con un gran barraje ofensivo de 15 carreras con 17 incogibles y dos cuadrangulares. Dos legionarios que juegan en el extranjero: Yordan Manduley y Yurisbel Gracial, se mostraron en excelente forma y deben tener protagonismo en Colombia.
El pitcheo, por su parte, se comportó bastante bien, aunque parece inexplicable que Lázaro Blanco, el supuesto primer abridor del equipo, no lanzara ni una entrada en el tope. Si estaba en el banquillo, ¿por qué no lo utilizaron al menos par de innings para que calentara el brazo?

Gráfico: Pictoline.

Dicen que la última imagen es la que queda. Ojalá, porque el último juego fue lo único rescatable para Cuba en el tope, más allá de satisfactorias actuaciones desde la lomita como las de Yariel Rodríguez y Fredy Asiel Álvarez.
El impacto psicológico de este triunfo podría ser el combustible necesario en los Centroamericanos, donde los cubanos enfrentarán un sistema de todos contra todos y tendrán que minimizar los errores y mostrar mayor eficiencia. Sin embargo, el resultado en los topes contra dos de los principales rivales que hallarán en Barranquilla debería servir para desterrar triunfalismos y afinar la puntería.

Deudas en Venezuela, golpes en Colombia

Antes de enfrentar a los colegiales estadounidenses y luego de una controvertida Serie Especial, los de la Isla se fueron a Venezuela y Colombia a medir la temperatura de su preparación. Y regresaron con el termómetro frío.
Frente a la escuadra venezolana el saldo fue cuantitativamente positivo, con par de éxitos y una derrota. Cuba ganó los dos primeros duelos con pizarras de 5-0 y 10-2 para terminar cayendo 0-3. No obstante, no todo fue color de rosas.
Lo mejor para la selección cubana fue su cuerpo de lanzadores, que tuvo tres sólidas aperturas ante el conjunto vinotinto. Fredy Asiel Álvarez y Yariel Rodríguez no permitieron carreras, y a Misael Villa –incluido como refuerzo– solo le anotaron una en seis entradas de labor.
El pitcheo, siempre una gran incógnita, trabajó para una excelente efectividad de 1,58, pero el promedio ofensivo de sus oponentes fue un alto 297. A los cubanos le batearon bastante, pero faltó el gran batazo que impulsara carreras: permitieron la considerable cifra de 30 hits en tres partidos, aunque solo cuatro fueron tubeyes. Algo de suerte hubo en esos números.
La defensa, por su parte, no estuvo bien, al punto de que cometieron cinco errores en el último duelo que incidieron en la derrota. Sin embargo, lo peor resultó la ofensiva, que mostró un anémico promedio colectivo de 233, y únicamente tres hombres –Raúl González, Roel Santos y Frederich Cepeda– batearon por encima de 300.
Estas carencias se repitieron en buena mendida frente a los colombianos, justo en el estadio “Edgar Rentería” donde se jugará el béisbol en los Centroamericanos. Solo que esta vez, costaron más: el balance del dual meet fue negativo para Cuba, con una victoria y dos derrotas.

Béisbol cubano en Barranquilla: ¿título o fiasco?


Los cubanos abrieron con una victoria de 3-0, en la que el bateo sirvió para anotar las carreras necesarias y el pitcheo sacó la cara con excelentes actuaciones de Josimar Cousín, Alain Sánchez y Vladimir García.
Pero en el segundo encuentro, las aguas comenzaron a tomar su nivel. Fue, ciertamente, una derrota cerrada (4×5) pero, no por eso, menos dolorosa. Cuba ganaba 4×2 pero recibió un racimo de tres carreras en el séptimo capítulo, que inclinó la balanza en su contra. Esta vez, el pitcheo de relevo no funcionó.
Nuevamente el villaclareño Fredy Asiel Álvarez tuvo una apertura de calidad en la que soportó dos carreras en seis entradas de labor, con cinco ponches sin boletos. Pero el zurdo Yoanny Yera ensució su performance y cargó con la derrota al permitir tres anotaciones en un tercio de actuación.
El matancero fue el punto más bajo de Cuba en ambos topes y sus malas salidas resultan preocupantes, pues Yera debe ser uno de los relevistas largos del equipo.
La última derrota fue en un juego de cinco entradas debido a la lluvia. Cuba cayó 0x2 en gran medida debido a la pésima salida del refuerzo Misael Villa que permitió cinco indiscutibles y una carrera en un episodio. Yariel Rodríguez tiró el resto con solo dos hits y una carrera y se confirmó como una de las mejores notas del año para el béisbol cubano.
Otra vez fue pobre la ofensiva del equipo que dirige Carlos Martí. Frente a los lanzadores cafeteros solo compiló colectivamente para un pésimo 152 y ningún pelotero bateó por encima de 300.
Si sumamos los números contra Venezuela y Colombia, los cubanos solo batearon para 195. Con esas cifras no se podrá aspirar al oro en Barranquilla, cita a la que, por demás, los locales llegarán reforzados en comparación con el equipo que participó en el tope.
El pitcheo, en cambio, lució mejor, con un promedio de carreras limpias de 2,09 sumando los seis partidos. Pero si los bates siguen congelados, los lanzadores tendrán que multiplicar su eficiencia en el “Edgar Rentería”.
También tendrá que afinarse la defensa y el funcionamiento táctico, porque el menos desliz puede costar un juego e, incluso, el campeonato.
Con ese panorama llega Cuba a Barranquilla. Una derrota allí echaría más sal en la cada vez mayor herida de la pelota cubana y, además, impactaría anímicamente en toda la delegación. Para el equipo cubano se acerca la hora cero.

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