Diario de postemporada: los Astros están de vuelta

Con una feroz ofensiva desde el mismo inicio del partido y una gran faena monticular de Framber Valdez, los Astros ganaron el segundo duelo de la Serie Mundial, que se marcha a Philadelphia con una victoria por bando.

Los Astros volvieron a atacar temprano y aseguraron la primera victoria en la Serie Mundial, Foto: Houston Astros.

Octubre es una montaña rusa en el béisbol de Grandes Ligas. Nadie lo sabe mejor que Zack Wheeler, quien paseó con cierta tranquilidad en sus primeras cuatro salidas de la presente postemporada, antes de experimentar el vértigo que provoca el descenso abrupto y el ataque a toda velocidad de una máquina despiadada.

El derecho de los Phillies fue un enigma para Cardinals, Braves y Padres en sus aperturas anteriores, en las cuales consiguió tres victorias, con efectividad de 1.76 y promedio oponente de .118 en 25.1 entradas de labor. En ese lapso, enfrentó a 91 bateadores y solo uno –Juan Soto– logró conectarle un extrabase, en lo que vendría siendo la fase de calma en su recorrido por la montaña rusa de los playoffs.

Pero este sábado, en el segundo duelo del Clásico de Otoño entre Houston y Philadelphia, Wheeler entró en la etapa macabra del viaje, esa brusca caída al vacío que te retuerce el estómago. Cuando solo había realizado cuatro pitcheos en un Minute Maid Park enloquecido, ya tenía tres dobles y dos carreras en su cuenta.

José Altuve, Jeremy Peña y Yordan Álvarez conectaron tubeyes consecutivos al iniciar el duelo, un ataque fugaz y mortal nunca antes visto. De hecho, los Astros se convirtieron en el primer equipo que comienza un juego de Serie Mundial con tres extrabases en línea. Pésimo augurio para Wheeler y los Phillies…

Esa especie de pesadilla se agravó más tarde por una falla defensiva del torpedero Emilio Sosa y un jonrón de Alex Bregman que dejó a los Astros con ventaja de cinco carreras a la mitad del partido. Esperen, ¿no habíamos visto esta película antes? Pues sí, se repetía el guion del primer juego, solo que ahora la franquicia de Houston pudo escribir un final feliz.

La novena dirigida por Dusty Baker rompió así la dinámica negativa en su feudo, donde habían perdido siete de sus últimos ocho encuentros de Serie Mundial. ¿Cómo lo hicieron? Repasemos los puntos decisivos de otro partido para la historia.

Lo mejor

Podemos hablar del impetuoso ataque ofensivo de los Astros como una de las claves para su victoria este sábado, pero su figura más importante estuvo parada en el centro del diamante. El zurdo Framber Valdez se vistió de superhéroe para sacar a su equipo del atolladero y, de paso, limpiar un poco su historial en el Clásico de Otoño.

El dominicano tuvo dos salidas en la final del pasado año contra Atlanta y las cosas no pudieron salirle peor: 4.2 innings de labor, diez carreras y cuatro jonrones permitidos, solo tres ponches y efectividad de ¡19.29! El calificativo de fiasco quedaba corto para evaluar su rendimiento en la fase más importante de la postemporada…

“Definitivamente el año pasado mis emociones me impidieron sacar lo mejor de mí. No pude lanzar más de dos entradas sin permitir una carrera. Pero esas fueron cosas de las que aprendí, separar mis emociones de mi trabajo en el campo”, dijo Valdez luego de superar el reto de revertir aquellas actuaciones y evitar que los Astros salieran de Houston con la cara hinchada por dos derrotas.

Framber cumplió y hasta puede haberse ido por encima de las expectativas de algunos fanáticos escépticos ante su pobre curriculum en Serie Mundial. El zurdo combinó a la perfección su repertorio y completó seis episodios, a ritmo de nueve estrucados y solo una carrera, suficiente para lograr su segundo triunfo de la presente postemporada.  

De sus primeros seis ponches, cinco los consiguió sacando de balance a los rivales con su curva, que fue sencillamente devastadora. Luego, ya con la preocupación martillando en la mente de los jugadores de los Phillies por la efectividad del rompiente, Framber aprovechó para variar la receta y sacó de circulación a tres contrarios más por la vía del ponche, pero apelando a una sinker pesada que no bajó de las 96 millas.

De esta forma, Valdez se convirtió en el primer abridor zurdo de República Dominicana con una apertura de seis entradas, nueve ponches y una carrera permitida en Series Mundiales, instancia en la que solo seis lanzadores zurdos habían conseguido un rendimiento similar.

* Clayton Kershaw/Dodgers (7 IP/11 K el 24 de octubre del 2017 vs. Houston)

* Cliff Lee/Phillies (9 IP/10 K el 28 de octubre del 2009 vs. Yankees)

* Randy Johnson/Arizona (9 IP/11 K el 28 de octubre del 2001 vs. Yankees)

* Mickey Lolich/Detroit (9 IP/9 K el 3 de octubre de 1968 vs. Cardinals)

* Sandy Koufax/ Dodgers (9 IP/ 10 K el 11 y el 14 de octubre de 1965 vs. Twins)

* Johnny Antonelli/New York Giants (9 IP/9 K el 30 de septiembre de 1954 vs. Cleveland)

Lo peor

Zack Wheeler dejó que se le embasaran nueve de los 24 bateadores que enfrentó, además, 11 de las 18 bolas que le pusieron en juego fueron golpes fuertes y, por si fuera poco, solo ocho de los 35 swing que le hicieron terminaron fallando. Todas estas fueron señales negativas para el derecho de los Phillies, que se marchó tras cinco innings, con cinco carreras (cuatro limpias) y seis jits en su cuenta.

El abridor perdió 1.3 millas en la media de su recta de cuatro costuras con respecto a lo que había registrado en las primeras cuatro salidas de la postemporada. También la media de su sinker descendió una milla

Pero lo que más le perjudicó fueron las ubicaciones de sus envíos debido a su falta de comando. La agresividad de los bateadores de Houston terminó rindiendo frutos con 11 golpes fuertes, la mayor cantidad que ha recibido Wheeler en una apertura en este 2022 (incluyendo postemporada).

Ninguno de estos batazos fue más desbastador que el jonrón de Alex Bregman en la quinta entrada. El co-as de los Phillies se quedó atrás en la cuenta (2-0), y le ofreció una slider en el corazón de la zona que terminó por perderse en las gradas del bosque izquierdo. Ahora, el antesalista de los Astros es el tercera base con más cuadrangulares (cuatro) en la Serie Mundial.

Como escribimos antes de la Serie Mundial,  Philadelphia necesita de sus ases para ganar este Clásico de Otoño y, aunque van igualados tras dos partidos, hasta ahora esa máxima no se ha cumplido.

La clave

José Altuve, Jeremy Peña, Yordan Álvarez y Alex Bregman, los cuatro primeros bateadores en el lineup de los Astros, hicieron todo el trabajo ofensivo en la victoria 5-2 de los siderales este sábado. Entre ellos, anotaron las cinco carreras de su equipo y remolcaron cuatro, con seis imparables en 15 turnos.

Houston pedía a gritos por la resurrección de sus principales hombres, quienes se tomaron seis ponches y solo pegaron tres indiscutibles en 18 viajes al plato durante el primer partido de la Serie Mundial. Conscientes de que esa línea ofensiva solo conduciría a los Astros directo al abismo, hicieron los ajustes pertinentes y se robaron el protagonismo.

Altuve fue una de las notas más positivas al hilvanar su cuarto partido seguido con al menos un jit después de fallar 25 turnos oficiales seguidos en los seis primeros duelos de esta postemporada. El camarero venezolano pegó tres cohetes y volvió a quedarse solo como el jugador de los Astros con más imparables (26) en la historia de la Serie Mundial, por delante de Yulieski Gurriel (23).

Por su parte, Peña, Álvarez y Bregman mostraron nuevamente su poder con tres extrabases que encontraron corredores en circulación y remolcaron carreras.

Destacar en este punto la visión de Dusty Baker, quien le dio un refresco defensivo a Yordan al colocarlo como bateador designado, puesto en el que los Astros no habían encontrado ningún tipo de producción en estos playoffs. Para tener una idea, entre todos los que ocuparon esa posición solo habían pegado dos imparables en 31 turnos, con solo un extrabase, promedio de .065 y OPS de .240. El cubano rompió con esa dinámica al anotar par de veces e impulsar una carrera.

El héroe

El 29 de octubre del 2017, en el quinto partido de la Serie Mundial entre Astros y Dodgers, Alex Bregman pegó un indiscutible en la parte baja de la décima entrada contra los envíos del estelar cerrador Kenley Jansen que remolcó la carrera decisiva.

Dos años después de aquel capítulo memorable, el antesalista conectó jonrón frente a Stephen Strasburg en el sexto choque del Clásico de Otoño entre Houston y Washington. Por si fuera poco, el 29 de octubre del pasado curso, Bregman se embasó tres veces (jit, boleto y pelotazo) en el tercer duelo de la Serie Mundial contra Atlanta.

Definitivamente, esta parece ser una fecha talismán para Bregman, quien este 29 de octubre volvió a producir con creces para los Astros. En la quinta entrada, con un corredor en circulación y margen de tres carreras en la pizarra, el cuarto madero de Houston soltó un bombazo de 404 pies frente a una slider de 92 millas de Zack Wheeler.

El batazo abrió el marcador y puso a los siderales con ventaja de cinco, además de reafirmar a Bregman como el jugador con más impulsadas (17) en la historia de los Astros en Series Mundiales, y el segundo con más jonrones (seis), solo superado por George Springer.

El villano

Bryce Harper comenzó el partido de este sábado con una imponente línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging/OPS) de .426/.460/.872/1.332 en la actual postemporada. Ningún bateador había infundido tanto terror en estos playoffs como el zurdo y designado de los Phillies, quien masacró a Cardinals, Braves y Padres en las instancias anteriores, y comenzó la Serie Mundial con el mismo ímpetu.

El viernes, Harper pegó par de cañonazos, entró tres veces en circulación y anotó una carrera en la remontada de Philadelphia contra Justin Verlander. Sin embargo, en la noche del sábado aflojó la marcha y su equipo lo sintió en el alma.

El zurdo falló en cuatro turnos, se tomó un ponche y dejó a cinco corredores en circulación, la mayor cantidad de toda la alineación de los Phillies. En el primer episodio, Harper fue dominado en elevado al izquierdo con hombre en primera, en el sexto bateó para doble play con dos compañeros a bordo, y cedió el último out del octavo capítulo, también con dos corredores en las almohadillas.

Harper llevaba 11 partidos consecutivos bateando de jit desde el pasado 8 de octubre, la racha más larga de los Phillies en una sola postemporada. Sin embargo, su cadena se rompió este sábado y no podrá igualar la marca histórica de la franquicia (13), impuesta por Greg Luzinski entre 1976 y 1980.

La polémica

Una vez más, la polémica salió del dogout de Houston y una vez más por el manejo del pitcheo. Quizás usted se hizo la siguiente pregunta cuando llegó la parte alta del séptimo inning: “¿Por qué regresar a Framber Valdez con 94 pitcheos?” De cierta manera, dicha decisión no fue etiquetada como cuestionable, pero cuando tienes el mejor bullpen de Las Mayores, podemos cambiar de opinión.

Framber tuvo una noche de gala, su mezcla de sinker y curva maniataron a la poderosa ofensiva de los Phillies, pero en el sexto inning necesitó salir del atolladero: por primera vez en el partido los dirigidos por Rob Thomson pusieron dos corredores en base, y para colmo lo hicieron sin outs en la pizarra. 

El dominicano tuvo que enseñar su mejor versión. Primero consiguió un ponche contra J.T. Realmuto, y seguidamente Bryce Harper le hizo swing a una sinker y la conexión salió de rolling hacia la segunda base para iniciar un doble play.

La escena estaba lista para sacar a los mejores relevistas del negocio en el séptimo inning, además, con descanso el domingo para trasladarse a Philadelphia. Sin embargo, eso no sucedió. Valdez volvió a la lomita para realizar diez pitcheos adicionales y dejar en tercera base a Nick Castellanos. Con un out, Rafael Montero vino a su rescate y retiró a los dos bateadores que enfrentó, aunque permitió un fly de sacrificio que rompió la blanqueada.

Rafael Montero no se vio con la misma consistencia de salidas anteriores y pasó más de un susto. Foto: Houston Astros.

Pero la polémica no termina ahí. Montero lanzó 28 envíos en el octavo capítulo, cuando tuvo que trabajar de más por un error de Jeremy Peña, y de cierta manera terminó la entrada explotado. La más clara muestra es el silencio del Minute Maid Park por un foul que primero fue jonrón.

Kyle Schwarber estaba bateando .243 con un slugging de .542 contra envíos rápidos entre la temporada regular y la postemporada. No obstante, Rafael Montero utiliza ese tipo de pitcheos el 68.5% del tiempo y le ofreció a Schwarber siete rectas de cuatro costuras.

Con el conteo de 2-2, Kyle sacó la Rawlings por el derecho y, cuando le dio la vuelta al cuadro, el árbitro de primera, Tripp Gibson, pidió revisión de la jugada. El batazo sería decretado foul y el líder jonronero del viejo circuito tuvo que regresar a la carga.  Al siguiente lanzamiento, la conexión fue hacia lo profundo del jardín derecho, donde una vez más Kyle Tucker atraparía la bola en la zona de seguridad.

A pesar de la cantidad de lances que tenía Montero, el timonel Dusty Baker no se inmutó en sacarlo, al contrario, dejó que enfrentara a Harper, el bateador más caliente de las postemporadas, con corredores en las esquinas. Para su fortuna, el MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional se fue con un pitcheo pegado y terminó dominado por fly out.

Si bien el manejo del pitcheo de Baker no influyó en el resultado como en el día anterior,  no lo dejó ajeno a la polémica. Creo que Dusty es uno de los mejores timoneles del negocio y quizás su intención es que el pitcheo esté fresco en los juegos restantes, pero también debe recordar que estamos en la Serie Mundial y que en las dos veces anteriores que ha estado en ella ha salido derrotado.

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