El pelotero pelotero cubano Henry Urrutia ha dejado clara su postura sobre un probable regreso a la selección nacional de béisbol, luego de que trascendiera esta semana la posibilidad de que varios jugadores cubanos emigrados sean convocados para torneos de máxima envergadura.
“Han hablado mucho últimamente acerca de la posibilidad de defender a nuestro país en eventos internacionales y de antemano diré que yo estoy en total disposición de representar mi bandera y mi patria, mi tierra, de donde vengo”, afirmó el estelar bateador de Las Tunas, con experiencia en las Grandes Ligas de Estados Unidos y en varios circuitos profesionales del Caribe.
Urrutia expresó en su perfil de Facebook que participaría en cualquier evento “siempre y cuando no me quieran obligar o persuadir para que haga comentarios políticos, siempre y cuando me traten como un cubano más y como a cualquiera de los demás jugadores”.
Además, dijo que siempre necesitaría la pertinente aprobación de las organizaciones a las que pertenece para asistir a las convocatorias de la selección, y que espera que no se le trate mal por haber decidido irse de Cuba hace ya nueve años.
Las condiciones de Henry son bastante sencillas y razonables. El tunero, hijo del mítico Ermidelio Urrutia, precisó que solo necesitaría “condiciones aceptables para entrenar”, no lujos, y apuntó que nada debe ser diferenciado.
Añadió que son muchos los peloteros cubanos emigrados que, por su tremendo talento, también podrían defender la camiseta de las cuatro letras. Entre ellos, mencionó al veterano Yunieski Maya, uno de los héroes del Primer Clásico Mundial, y otros de enorme experiencia como Félix Pérez, Yadir Drake, Elián Leyva, Ronnier Mustelier y Rudy Silva.
Más allá de nombres y condiciones, Urrutia consideró que lo más importante es mirar hacia un futuro mejor para la pelota cubana. “Hay que ver todo lo positivo de esta iniciativa y que todo sea por el bien de los atletas y del béisbol”, sentenció.
Al final de su declaración, el toletero antillano agradeció a todos los fanáticos que han preguntado y se han preocupado por la situación, lo cual “quiere decir que aún tenemos el apoyo de ustedes”.
¿Qué lecturas nos deja la posible reinserción de peloteros emigrados en el equipo nacional?
Henry Urrutia ha mantenido vínculos estrechos con Cuba desde que salió del país, sobre todo por su familia, con la cual tiene excelentes relaciones. Además, en 2018 tuvo la oportunidad de regresar a jugar en los diamantes de la Isla en un tope amistoso del equipo cubano con los Diablos Rojos, club en el que militaba en México.
En aquella ocasión, Urrutia dijo que renunció al sueño de jugar en Cuba cuando se fue en el 2011, por lo que no tenía palabras para describir cómo se sentía por volver y enfrentarse a sus antiguos compañeros y amigos con los que jugó desde niño.
“Yo estoy feliz, es algo que no tiene comparación (…) El público cubano no tiene comparación, ellos conocen a sus peloteros, quieren a sus peloteros y no importa que lleguemos aquí con otro equipo, siempre nos van a apoyar porque son fanáticos reales”, sentenció Urrutia en aquella memorable visita, que también significó el retorno a los diamantes antillanos del estelar jugador pinareño Alexei Ramírez.
Henry Urrutia es uno de los 213 cubanos que ha logrado jugar en Grandes Ligas, en su caso con los Orioles de Baltimore, donde militó del 2013 al 2017. En las Mayores apareció en 34 partidos (24 en 2013 y 10 en 2015) sin números relevantes, y en las Menores dejó línea ofensiva de .292/.346/.401, con 28 jonrones y 204 impulsadas en 1.697 turnos oficiales.
El tunero igualmente tiene experiencia en los circuitos profesionales de Venezuela y México. En el primero de estos países vistió la camiseta de los Leones del Caracas y los Cardenales de Lara, mientras en tierras aztecas ha sido parte de los Diablos Rojos, los Guerreros de Oaxaca, los Charros de Jalisco, los Toros de Tijuana y los Saraperos de Saltillo.
Su rendimiento en estas ligas ha sido excepcional en términos ofensivos, con más de 100 y 500 remolques. Ya con 33 años, Urrutia está en gran forma, como lo demuestran sus números globales del 2019 con Tijuana, Saltillo y Jalisco.
En total, entre su participación en la Liga Mexicana y la del Pacífico, el cubano sumó 42 vuelacercas, 143 impulsadas, 133 anotadas, 237 jits, 42 dobles y línea de .352/.419/.608.