MLB en el séptimo: Cuba y una década de estrellas

Cuba ha tenido representación en todos los Juegos de Estrellas de MLB desde el 2012, pero esta no es la mejor racha de la Isla en el clásico de mitad de temporada.

Por décima campaña consecutiva, Cuba tendrá al menos un representante en el Juego de Estrellas de MLB, luego de que, a principios de esta semana, se oficializaran los rosters de la Liga Americana y la Nacional para el tradicional clásico de mitad de temporada.

Néstor Cortés (Yankees) y Yordan Álvarez (Astros) fueron los elegidos en esta oportunidad, aunque al final solo el lanzador zurdo de los Bombarderos del Bronx estará en el duelo de las luminarias en Los Ángeles, tras confirmarse una lesión de Yordan que lo mantendrá alejado de los diamantes al menos por diez días.

Con los mejores registros de su carrera en efectividad (2.63), promedio de corredores embasados por entrada (1.003), victorias (siete) y aperturas (17), Cortés se ganó el derecho de participar en el All Star, evento al que solo habían llegado otros dos abridores de la Isla en el presente siglo: José Fernández (2016) y Liván Hernández (2005). Por si fuera poco, el tirador de los Yankees se une a Mike Cuéllar (1967, 1970, 1971 y 1974) como los únicos abridores zurdos cubanos en la historia del Juego de Estrellas.  

Cortés será el encargado de extender a diez la cadena de participaciones cubanas en el clásico de mitad de temporada, lo cual representa la segunda mejor racha histórica de la Isla, solo superada por las 19 intervenciones seguidas entre 1959 y 1977. Desde el 2012, siempre hemos tenido al menos a un jugador de la Isla en el evento, con un tope de cinco (José Abreu, Yoennis Céspedes, Aroldis Chapman, Alexei Ramírez y Yasiel Puig) en el 2014.

Historia cubana en el All Star

Cuba comenzó a escribir sus primeros episodios en el Juego de Estrellas en 1935, cuando Martin Dihigo, Luis Tiant Sr. y Alejandro Oms, miembros del New York Cubans, fueron llamados al show de las Ligas Negras organizado en el Comiskey Park de Chicago. Estos duelos iniciaron en 1933 y tan solo dos años después ya los antillanos hacían méritos para ser reconocidos entre los más brillantes del circuito.

Si tomamos en cuenta solo los All Star entre la Liga Nacional y la Americana, la primera participación cubana llegó en 1951 gracias a Orestes Miñoso, quien estuvo en estos choques en 13 oportunidades (cuatro en las Ligas Negras y nueve en las Mayores).

En total, 48 peloteros de la Isla han sido convocados a 48 ediciones diferentes del Juego de Estrellas desde 1933 hasta este 2022. El año con más cubanos en los rosters fue 1968, gracias a la selección de seis efectivos: Tony Oliva, Tany Pérez, Joe Azcue, Bert Campaneris, Leo Cárdenas y Luis Tiant.

De todos los escogidos, solo 11 han sido titulares. El primero fue Miñoso en 1954, cuando lo colocaron como hombre proa y jardinero izquierdo de la Liga Americana, equipo donde confluyeron auténticos estelares: el mexicano Bobby Ávila, el venezolano Chico Carrasquel o los inmortales Mickey Mantle, Yogi Berra y Whitey Ford.

Cuba en el Juego de Estrellas de MLB: 10 preguntas básicas

Mr. White Sox es el cubano con más titularidades (cuatro) en Juegos de Estrellas, seguido por Tony Oliva (tres), Bert Campaneris (tres) y José Canseco (dos). Ellos son los únicos peloteros de la Isla que han conformado el equipo regular en más de una ocasión, mientras Zoilo Versalles, Luis Tiant, Yasiel Puig, Tany Pérez, Rafael Palmeiro, Leo Cárdenas y José Abreu lo lograron en una oportunidad.

Como pueden percatarse, hay un lanzador en la lista, Luis Tiant, quien es el único tirador cubano con una apertura en el All Star. Al derecho, también representante de la Liga Americana, le dieron la bola en el desafío de 1968, en el cual se apuntó la derrota tras permitir una carrera en dos entradas de labor.

Cionel Pérez quedó a un paso de Los Ángeles

Probablemente, el cubano que más cerca quedó de ir al Juego de las Estrellas del 2022 en Los Ángeles fue el matancero Cionel Pérez, no tanto por las votaciones, sino por su rendimiento desde el centro del diamante. El zurdo ha sido una auténtica revelación para los Orioles, que realizaron una apuesta con el cubano en rol de relevo y les ha salido a las mil maravillas.

Hacía un mes que Cionel no permitía carreras limpias con Baltimore. Desde el 17 de junio hasta el 14 de julio, el serpentinero había trabajado en 11 partidos y 10.1 innings, a ritmo de ocho bateadores retirados por la vía de los strikes y ningún boleto concedido. En este lapso, además, los rivales le batearon para un anémico .162.

Sin embargo, este viernes concedió un jonrón de dos carreras frente a Tampa que cortó su racha. Antes de esa actuación, el zurdo lanzó en días consecutivos frente a los Chicago Cubs y despachó a los seis rivales que enfrentó sin mayores contratiempos, suficiente para llegar a 13 holds en la presente temporada.

Cionel Pérez ha sido uno de los relevistas más importantes en el resurgir de los Orioles. Foto: Julio Cortez/AP.

Antes de su salida negativa este viernes, Cionel tenía efectividad de 0.90 en 35 salidas y 30 episodios de labor como apagafuegos. Entre todos los relevistas que han trabajado al menos 30 capítulos esta campaña, el cubano era el tercero de más bajo promedio de limpias, solo superado por Ryne Stanek (Astros/0.60) y Ryan Helsley (Cardinals/0.71).

Aunque el jonrón permitido este viernes disparó su efectividad a 1.48, el zurdo yumurino se mantiene en el Top-10 de los apagafuegos con mejor efectividad de MLB, y es el puntero de su equipo en ese sentido. A pesar de ello, el relevista de Baltimore que recibió el llamado para el All Star fue el puertorriqueño Jorge López, cuyo promedio de limpias es de 1.70 luego de 39 salidas, en las que ha logrado 17 rescates y tres victorias, aunque suma cinco derrotas y cuatro salvamentos desperdiciados.   

La exclusiva línea de los .300

Tener un promedio ofensivo superior a .300 ha sido, desde tiempo inmemoriales, una clara señal de que estamos frente a un buen bateador, aunque en la última década el average ha perdido peso como estadística de puntería para evaluar a los jugadores. De cualquier manera, conectar por encima de .300 no es tan sencillo como pudiéramos pensar, y menos en el nivel estelar de Grandes Ligas.

Esta temporada, por ejemplo, solo 20 jugadores promediaban .300 o más al cierre de la jornada del viernes, cifra muy lejana a la de los años 90, cuando era usual ver alrededor de 40 o 50 bateadores por encima de esa mítica marca cada campaña.

Los tiempos, definitivamente, han cambiado, y desde el 2010 no se ha llegado nunca a 30 bateadores con promedio de .300 o más en MLB, y el punto más bajo lo encontramos en el 2021, cuando solo 13 jugadores lo consiguieron.

Pero en medio de este panorama tenemos una buena noticia: los cubanos de las Mayores conservan su toque para promediar por encima de .300. ¿No me creen? Como ya mencionábamos, entre todos los jugadores calificados para el título ofensivo en la presente temporada, solo 20 batean más de .300 y cinco de ellos son hijos de la Isla caribeña.

Yordan Álvarez (.306), José Iglesias (.302), Lourdes Gurriel Jr. (.303), José Abreu (.302) y Luis Robert (.301) han estado encendidos con el madero e integran la reducida lista de bateadores por encima de .300 en el 2022. En la misma, resalta también un cubanoamericano (J.D. Martínez), un venezolano (Luis Arráez), dos dominicanos (Rafael Devers y Manny Machado), un mexicano (Alejandro Kirk) y un arubeño (Xander Bogaerts).

En la historia antillana en MLB, nunca más de tres jugadores habían completado la primera mitad de la temporada (al menos 250 comparecencias al plato) con promedio ofensivo superior a .300. El récord en este sentido se estableció en 1970 y después se ha logrado igualar en dos oportunidades:

1970: José Cardenal (.309), Tony Oliva (.327) y Tany Pérez (.356)  

2015: Yunel Escobar (.321), José Iglesias (.314) y Yasmany Tomás (.314)

2016: Yunel Escobar (.318), Yoennis Céspedes (.302) y Aledmys Díaz (.315)

Este detalle ilustra a la perfección el momento que viven los cubanos en Grandes Ligas, donde siguen brillando con luz propia.

Abreu retoma el ritmo de MVP

Entre los dos primeros meses de la temporada, José Abreu pegó 41 indiscutibles, 16 extrabases (cinco jonrones), empujó 20 carreras y anotó 22. Su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) en ese período de 45 partidos fue de .244/.340/.399, números terrenales para el mejor bateador cubano del presente siglo y uno de los más prominentes de la historia.

Sin embargo, de junio hasta la fecha el cienfueguero ha dado un giro absoluto y ha comenzado a producir como el hombre que ganó el premio de Jugador Más Valioso en la campaña del 2020. En los últimos 43 encuentros, “Pito” batea para .359/.427/.541, con 61 jits 19 extrabases (seis cuadrangulares), 25 remolques y 29 anotadas.

Tras este despliegue de los dos últimos meses, Abreu se ha convertido en el primer cubano y el cuarto inicialista de MLB con más de 100 imparables en la actual campaña, por detrás de Freddie Freeman (Dodgers), Paul Goldschmidt (Cardinals) y Luis Arraez (Twins). Aunque ha pegado 11 jonrones y ha logrado su novena temporada seguida con dobles dígitos de vuelacercas, el sureño no ha estado tan enfocado en su producción de largo metraje.

Más bien, Abreu se ha preocupado por la calidad de los contactos, al punto de que el 52.7 % de sus batazos son considerados Hard Hits (pelotas bateadas a más de 95 millas), décimo entre todos los jugadores de Grandes Ligas. Este es, además, el segundo mejor porcentaje de su carrera en dicho apartado, solo superado por el de su temporada de MVP (53.3 %).

Pero la cuestión no termina ahí. “Pito” ha dado un salto de calidad en cuanto a la discriminación de pitcheos. En lo que llevamos de contienda, el cienfueguero es el cuarto jugador de las Mayores que más ha mejorado en lo referido a perseguir lanzamientos fuera de la zona de strike. En el 2021, el cienfueguero fue tras el 32.1 % de los envíos que le realizaron fuera de la zona, y ahora ese indicador ha bajado al 26 %, lo más notable de su trayectoria desde que debutó en el 2014.

Por otra parte, Abreu también se ubica entre los diez peloteros que más han disminuido su porciento de ponches respecto al pasado año. El inicialista de los White Sox fue retirado por la vía de los strikes en el 21.7 % de sus viajes al plato en el 2021, y en la presente temporada ese parámetro ha descendido al 15 %.

No es de extrañar entonces la alta producción de imparables del antillano, quien lleva ritmo para igualar su mejor marca histórica de jits, impuesta en el 2017 con 189 cohetes. Mucho influyó en ello la racha de 14 partidos consecutivos bateando imparables que Abreu materializó entre el 25 de junio y el pasado 9 de julio.

Tras dicha cadena, el cubano se convirtió en el cuarto jugador en la historia de los White Sox con al menos siete rachas de 14 o más partidos conectando de jit. Según las bases de datos de Elias Sports Bureau, los únicos que lo habían conseguido en la franquicia del sur de Chicago son Nellie Fox (nueve veces), Luke Appling (ocho) y Eddie Collins (ocho).

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