Copa del Mundo: notas de los libristas cubanos

Los luchadores cubanos culminaron en la quinta posición de la Copa del Mundo por colectivos del estilo libre,  resultado inferior al cosechado en la pasada edición de la lid, cuando anclaron en el cuarto escaño.

En Yakutsk, Rusia, donde se reunieron los ocho mejores equipos del ranking mundial, los pupilos de Julio Mendieta vencieron 6-4 a Mongolia en el duelo de cierre por el quinto escaño, con triunfos de Yowlys Bonne (61 kg), Franklyn Marén (70), Reinier Pérez (79), Lázaro Hernández (92), Reinieri Salas (97) y Oscar Pino (125).

Los luchadores antillanos tuvieron un andar inestable en la fortísima lid rusa, en la cual todos los luchadores perdieron al menos un combate, tres terminaron con balance negativo y uno (Christian Colombat) no hizo la cruz en ninguna de sus presentaciones, descontando de esta ecuación a Alejandro Valdés, quien no pudo pelear por lesión.

Se preveía un camino complejo para los cubanos, miembros de la llave A junto a los anfitriones, Japón y Turquía. De entrada, los caribeños sucumbieron frente al potente cuadro ruso, a la postre campeón, vencedores en nueve de los diez enfrentamientos.

Hombres de gran nivel como los medallistas mundiales Gadzhimurad Rashidov y Zaurbek Sidakov, o los titulares europeos Dauren Kurugliev y Vladislav Baitcaev, superaron con relativa facilidad a los cubanos, que no marcaron puntos en la mitad de los combates del duelo.

Solo Yowlys Bonne pudo sacar un triunfo contra Zelimkhan Abakarov, mientras el camagüeyano Lázaro Hernández, aunque cayó 9-7, brindó resistencia a Magomed Kurbanov y después no perdió en el resto de sus salidas.

Tras la derrota contra Rusia, Cuba superó 7-3 a Turquía e igualaron 5-5 ante Japón, con quienes discutían el avance al tope por el bronce. A la postre, los nipones se llevaron los honores al ganar 44-43 el balance de puntos en el duelo particular contra los antillanos.

Mucho incidieron en estos desenlaces las derrotas seguras en la división del lesionado Alejandro Valdés, así como en los 74 kilogramos, donde Colombat, sustituto de última hora del medallista mundial Geandry Garzón, no ganó ni un solo desafío.

A pesar de estos detalles, los cubanos lograron vencer en el choque por el quinto puesto a los mongoles, que llegaron a dicha instancia con una igualada frente a Georgia y sendas derrotas contra Irán y Estados Unidos.

Como puntos muy positivos, destacar el rendimiento de Lázaro Hernández, una de las noticias más positivas para la Isla en el magno certamen, pues se trata de un luchador joven con muchísimo potencial, que podría ser uno de los líderes de la selección en el futuro.

El agramontino, tras caer frente al ruso Kurbanov, desbancó por su orden al turco Suleyman Karadeniz, al japonés Atsushi Matsumoto y al al mongol Baasantsogt Ulziisaikhan. Otros que siguieron una línea idéntica fueron Reinieri Salas y Oscar Pino, este último con buenos dividendos en su primer examen de máximo nivel en el estilo libre.

Pino, bronce mundial de los 130 kilogramos en lucha grecorromana, ha coincidido durante varios años en el mismo peso del extraclase Mijaín López, lo cual ha impedido su completo despunte, sobre todo en citas multideportivas.

Ahora las autoridades de la lucha cubana y los colectivos de entrenadores determinaron probarlo en el estilo libre, con el objetivo de evaluar su desempeño y la posibilidad de utilizarlo en venideras competencias en esta modalidad.

“Vamos a probarlo, ya que en ese peso (125 kg) tenemos a Yudennis Alpajón, quien no ha rendido todavía lo esperado. La Copa del Mundo es un evento fuerte y nos permitirá evaluar a Pino con todas las de la ley”, explicó Julio Mendieta al sitio digital Jit, donde se aclara que esa decisión fue consensuada con Raúl Trujillo, jefe técnico del plantel grecorromano.

Si finalmente el experimento rinde frutos, Cuba podría mantener a Mijaín como líder del estilo grecorromano para Lima 2019 y Tokio 2020, y a Pino como uno de los estandartes de la lucha libre en la cita continental y olímpica.