Futbolistas cubanos de aquí y allá: un puente necesario

En el Fortuna SC confluyen varios cubanos con deseos de defender la camiseta de su país. Foto: Tomada del Blog del Fútbol Cubano

En el Fortuna SC confluyen varios cubanos con deseos de defender la camiseta de su país. Foto: Tomada del Blog del Fútbol Cubano

La osadía del Fortuna SC bien podría representar un soplo de fe para el fútbol cubano. El club amateur radicado en Miami ha ofrecido a la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) disputar un amistoso ante la selección nacional sub 20, con motivo de la visita del elenco que comanda Raúl González Triana a la Florida, antes de incursionar en el certamen clasificatorio al Mundial de la categoría.

Mirándolo desde una posición optimista, la realización de este encuentro marcaría un antes y un después en el calendario. La realidad anuncia, sin embargo, que la actitud retraída y tozuda de algunos de los que llevan los hilos del más universal en la Isla representa un impedimento ante cualquier iniciativa de este tipo.

Más allá de ello, la oferta extendida por el entrenador del club, Mario Lara, llama a una reflexión, cuanto menos, necesaria. Desde el 2014, año de su fundación, el Fortuna SC constituye un asidero para los jugadores cubanos que buscan entrar en el fútbol profesional estadounidense, convirtiéndose en una entidad de respeto y marcada cubanía.

Un detalle lo dice todo: el elenco fue nombrado Fortuna SC en homenaje al paradigmático equipo antillano de la primera mitad del siglo XX.

Por las filas del conjunto miamense han pasado estrellas de la talla de Ariel Martínez y Jorge Luis Corrales, quienes han convertido su estancia allí en un trampolín de salida hacia clubes profesionales. Corrales, de hecho, hoy brilla en los campos de la MLS con el Chicago Fire.

Hoy el once miamense es hogar de un número importante de talentosos jugadores nacidos en la mayor de las Antillas, en su mayoría promesas de este deporte que, motivados por la necesidad de competir cada fin de semana, visten la casaca del Fortuna a la espera de dar el paso definitivo en sus carreras.

Surge entonces la propuesta como una opción para que los técnicos cubanos, encabezados por el avezado avileño González Triana, constaten con sus propios ojos el nivel técnico táctico de esta amalgama de jóvenes futbolistas que, de acuerdo con la política de convocatorias de la que tanto se habla últimamente, poseen los derechos legales para vestir el uniforme de la tricolor.

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Una propuesta “indecente”

En el anuncio publicado en el Blog del Fútbol Cubano, la propuesta del Fortuna SC define el exactamente como una ventana en la que, más allá del resultado, los entrenadores cubanos observen de primera mano el talento de los jóvenes futbolistas que juegan en Estados Unidos y “palpitan con defender la tierra que los vio nacer”.

Quizás aparezca, en este punto, la esperanza de una dosis de humanismo por parte de los decisores al descubrir que el sueño de unos cuantos muchachos de menos de 20 años es vestir la camiseta de las cuatro letras.

Continúa la nota pidiendo unos 90 minutos “que arranquen con los dos equipos en sus orillas y con sus uniformes y que termine con todos unidos, jugadores del Fortuna y la selección mezclados en lo que sea dos Cubas unidas en una sola, como debe ser, porque CUBANOS somos todos”.

Puede ser, en efecto, que el fútbol sea un mero pretexto convertido una vez más en puente, en el único argumento capaz de rebasar 90 millas tan escabrosas. A fin de cuentas, tantas vueltas se le han dado al concepto de nacionalidad, que la diferenciación entre cubanos ha desbaratado cualquier posibilidad de progreso. El fútbol, algo tan sencillo en apariencia, ha sido una de las grandes víctimas.

Como bien argumenta Mario Lara en su invitación, “cuando se busca avanzar, las acciones valen más que las palabras”. Por estos motivos su equipo, el Fortuna SC, “radicado en Miami y con una plétora de jugadores cubanos elegibles según las políticas del Inder, ofrece la posibilidad a la Federación Cubana de demostrar sus deseos reales de abrirse al mundo y de un acercamiento a jugadores cubanos en el exterior, y aprovechando la visita de la selección sub 20 a la Florida, jugar un amistoso con el equipo blanquinegro”.

Dicho queda, y resta esperar por un movimiento preciso emanado de las oficinas del Marrero. Todavía muchos se preguntan asombrados hasta qué punto puede llegar la indiferencia ante un tema de tanta importancia para la afición. No es palabrería barata. En el Fortuna SC militan jugadores con la calidad suficiente para iniciar un proyecto muy ambicioso rumbo al Mundial 2026.

Refuerzos desechados

https://www.youtube.com/watch?v=q2yU0JYjVpQ&feature=youtu.be&fbclid=IwAR0po9kwKfL9lOU1-x9eqdCrGyUMrLcu5XUb4oi4sTh2E6403yPidgyyBNY

Allí luce sus habilidades con el balón Caleb Roldán, de apellido ilustre en el balompié, hijo de Andrés, ex integrante de selecciones nacionales. Aseguran quienes lo han visto sobre la cancha, que pocos emulan su calidad pese a tener menos de 20 años. Igualmente está Manuel Gognar, medio mixto que bien le vendría a Triana para reforzar la medular.

En el Fortuna también juegan Ian Núñez, jovencito de 14 años de edad que pudiera sumarse a la escuadra nacional Sub 17 en labores de creación, así como el mediocentro de contención Steven Concepción, solo un año mayor, y Enmanuel Lafuente, delantero contemporáneo con Steven.

Siguiendo con la lista, el supuesto partido permitiría comprobar las condiciones de Robin Capote, mediocentro ofensivo que además puede desempeñarse por ambas bandas, el respetable despliegue ofensivo de Eusebio Ruiz por los carriles defensivos, así como la contundencia en el centro de la zaga de Sebastián Seara y Modesto Méndez (quien participó, incluso, en el pasado Torneo de Ascenso cubano).

Por último, una de las grandes perlas a decir de los técnicos, Hubernesto Mutis, jugador que hace poco estuvo un mes entrenando con el filial de Las Palmas, en España, sería igualmente un refuerzo de lujo.

Lo triste de esta historia es que son nueve los jugadores mencionados, todos con calidad suficiente para venir al Marrero y llevarse una ovación por su fútbol. Nueve cubanos, nacidos cualquier hospital de la Isla. Son muchachos que tocaron por primera vez el balón en una calle cualquiera de este país, que es tan suyo como de aquellos que les impiden cumplir su sueño.

Aun así, cuando los radares no consiguen llegar más allá de la punta de la nariz, dar un paso hacia adelante es el preludio de una docena de pasos hacia atrás. O lo que es lo mismo: no parece posible que la idea del encuentro llegue a buen puerto. Cualquier noticia contraria sería una sorpresa mayúscula. Hechos sobran en aras de confirmar que para la directiva del fútbol cubano, con total seguridad, esto no significa más que una propuesta indecente. Así lo verán, con esa percepción puritana de la realidad que los caracteriza. Seguirán con su misma gestión, suceda lo que suceda, mientras el deporte que dirigen mantiene su paso firme rumbo al abismo.

Pase lo que pase, hay cuestiones innegociables. Cubanos somos todos, los de aquí y los de allá. Los que añoran el insoportable calor caribeño y los que lo maldicen hasta la saciedad; los que sueñan con anotar el gol que le de la clasificación al Mundial a Cuba, lo mismo vivan en Miami que en Guantánamo. Al final, no existe sentimiento tan nuestro como el amor por una tierra, la tierra cubana.

https://www.youtube.com/watch?v=HUXMXjPdHYY&feature=youtu.be&fbclid=IwAR0UF41R7KCziMo-QafiXYYxOlm-OR_juLQJOJ378C6HfNUe-LsIcZCC-CA

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