Jhoen Lefont, de las Alturas de Simpson a los Récords Guinness

Cuando se hable del dominio del balón en Cuba, él es de obligada referencia. Tras más de una década, el matancero sigue impresionando por su capacidad para controlar la esférica dentro del agua.

Jhoen Lefont se ha consolidado como el mejor especialista cubano de dominio del balón en el agua. Foto: Ricardo López Hevia.

La escuela cubana de dominio del balón tiene una amplia historia y reconocimiento mundial. Durante las últimas décadas, sus exponentes han establecido decenas de récords en distintas categorías que ya son de carácter internacional y hoy marcan pauta dentro de esta competición de tantas habilidades.

Entre las principales estrellas tenemos a Jhoen Lefont, un artista que ha llevado a otro nivel los sueños y retos de esta disciplina de grandes esfuerzos y equilibrio. Lo que distingue al matancero, además de su capacidad para controlar la esférica, es que sus marcas y logros han llegado desde el agua.

Durante años, Lefont ha conquistado las piscinas con sus finos y precisos toques al balón, con los cuales se ha ganado el calificativo de “Delfín”. Esta es su historia de vida…

Jhoen Lefont es un artista en el dominio del balón en el agua. Foto: Ricardo López Hevia.

¿Cómo llegas al mundo acuático?

El niño que fui llega de una forma un poco abrupta, por un gran susto en mi infancia. Yo tengo un hermano mayor y siempre jugaba con sus amigos, muchachos más grandes. Salíamos de las Alturas de Simpson, mi barrio, y nos íbamos a jugar al Valle de Yurumí, donde había un rio con una laguna algo profunda. Allí, un día me empujaron de forma repentina y la pasé muy mal, tremendo susto. Cuando regresamos a casa le cuento a mis padres y decidimos que era importante comenzar el aprendizaje de la natación.

Entonces no empezaste en el polo acuático…

No, comencé en la natación, pero sobre los 7 años nos quedamos sin profesor y pasé casi dos años desvinculado del deporte, hasta que a los 9 regresé a la práctica. En la secundaria es que empiezo a interesarme por el polo acuático, me era más atractivo ya que se trataba de un juego y, niño intranquilo al fin, me ganó por completo. Hablé con los profesores y me cambié de deporte. Fue una gran decisión.       

¿Cómo transcurrió tu paso por el deporte desde la temprana edad hasta el equipo nacional?

En el polo comencé a tener buenos resultados en unos torneos que se realizaban en la provincia. Había muy buenos jugadores y me seleccionaron como el mejor novato. Estaba obligado a subir mi nivel. También fui capitán del equipo Matanzas, llegamos a ser subcampeones nacionales y en varias ocasiones terminé de líder goleador. Eso me llevó directo al equipo nacional juvenil, donde también fui capitán. Después de esa categoría, me promovieron a la preselección nacional de mayores y ahí estuve por un período de cinco años.

Jhoen Lefont ha impuesto un sinfín de marcas en el dominio del balón dentro del agua, una modalidad muy complicada. Foto: Ricardo López Hevia.
De la natación al polo, y del polo al dominio del balón, Lefont ha desarrollado toda su carrera en el agua. Foto: Ricardo López Hevia.

¿Cómo y cuándo descubres la habilidad con balón en el agua?

Desde pequeño tenía inclinaciones con el tema del dominio del balón, lo practicaba como un ejercicio dentro del agua porque me ayudaba a mi preparación personal y, además, me gustaba un mundo. Nunca fue una idea dedicarme a ello, ni tampoco pensaba en implantar marcas. Pero más adelante la gente que tenía cerca comenzó a apreciar mis dotes. Mi entrenador del polo acuático, Jorge del Valle, me dijo que lo que yo hacía debía verlo la persona encargada de la escuela de dominio del balón, y así fue como conocí a los hermanos Douglas y Erick Hernández.

¿Qué despierta la curiosidad por perseguir y romper marcas en dominio del balón?

Sin dudas, fue muy importante y motivador la influencia de la escuela y la historia del dominio del balón en Cuba. Sin todos los precedentes que existían creo que no hubiera sido posible crear una nueva modalidad. Conocer a Douglas en particular fue como abrir una gran puerta para todos mis anhelos. Él enseguida me puso a prueba y le gustó la propuesta de una nueva modalidad. Al principio, él pensaba que era dentro de la piscina donde daba pie, pero cuando descubrió que era en lo hondo, sin dar pie, se multiplicó su interés. De inmediato me puso un plan de entrenamiento, que combinaba con las dos sesiones diarias de trabajo que tenía con el equipo nacional de polo. Los días eran muy duros, solo la ilusión y los sueños te hacen vencer todos esos retos de la vida.

Jhoen Lefont || récord del dominio del balón

Eres el único en esta difícil especialidad de equilibrio y dominio del balón en el agua, ¿cómo funciona la homologación de marcas y Récord Guinness?

Yo empecé a familiarizarme con el proceso a finales de 2009, cuando hice mi primera preparación especial para buscar un récord. Finalmente, el 27 de febrero de 2010 es que logro mi primera marca en la piscina del Hotel Habana Libre, en la modalidad de más toques (534) con la cabeza. Ahí comenzó todo de verdad. Y sí, soy el único en el mundo hasta ahora en esta difícil categoría de dominio del balón, en la que homologar marcas es algo complejo.

Lo primero es que tienes que hacerte un perfil en la plataforma de Guinness Record, para entonces hacer una solicitud para un nuevo record y categoría cada vez que vayas a hacer algo. Ellos se toman su tiempo, evalúan la propuesta y te dan el visto bueno cuando creen válido abrir esa nueva categoría. Es un proceso exigente, a la altura de esa prestigiosa fundación, y tienes que cumplir con todo al detalle, lo cual es complicado y estresante.

Al principio recuerdo que tenía que recopilar todas las evidencias de la realización de la marca ajustadas a sus exigencias y enviarlas por DHL. Ahora, afortunadamente, ya con las oportunidades de la tecnología, lo subes a su plataforma para que ellos lo analicen todo. Entonces solo queda esperar por su confirmación y homologación.

Conteo de los jueces en una de las últimas marcas de Jhoen Lefont. Foto: Ricardo López Hevia.
Cada intento de Jhoen Lefont lleva un importante apoyo y aseguramientos para realizar las filmaciones. Foto: Ricardo López Hevia.

¿Puedes hacer un repaso de todas tus marcas? ¿Cuáles están registradas y homologadas, y cuántas aún se encuentran en proceso?

Tengo 3 categorías que han sido registradas en los Guinness World Records, con un total de 9 marcas certificadas y una en proceso de revisión.

1. Más toques consecutivos a un balón de fútbol con la cabeza, mientras realiza movimientos de brazos y piernas dentro del agua para mantenerse a flote (1203, 1503, 1513, 1664 y 1958 toques).

2. Más toques consecutivos a un balón de fútbol con la cabeza, mientras realiza movimientos de brazos y piernas dentro del agua para mantenerse a flote en tiempo de un minuto (162 y 167 toques).

3. Mayor tiempo manteniendo en equilibrio un balón de fútbol sobre la cabeza, mientras realiza movimientos de brazos y piernas dentro del agua para mantenerse a flote (15:12 y 19:02 minutos). En esta categoría tengo una marca de 23:02 minutos en proceso de homologación.

Además de eso, tengo otras 3 categorías que aún no está reconocidas por Guinness:

1. Mayor distancia nadando, manteniendo en equilibrio un balón de fútbol sobre la cabeza (200, 325, 500 y 600 metros).

2. 50 metros nadando de espalda, manteniendo en equilibrio un balón de fútbol sobre la cabeza (1:16, 1:14 y 1:01 minutos).

3. Más toques consecutivos a un balón de fútbol con la cabeza, con un lastre de 15 Kg en la cintura, mientras realiza movimientos de brazos y piernas dentro del agua para mantenerse a flote (99 y 122 toques).

Esos son todos los intentos de mi carrera deportiva. Solo faltarían las 3 primeras marcas, que no fueron reconocidas porque no se recopilaron todas las evidencias, lo cual me dolió un mundo. Dos de ellas fueron en la categoría de más toques consecutivos a un balón de fútbol (534 y 1010), y el otro en más toques consecutivos en un minuto (183 toques).

De todas estas marcas, hay tres que lograste el pasado octubre. Además del buen estado físico y psicológico, ¿hubo alguna motivación especial?

Lo único que cambió es que estuve insertado en la preparación del equipo nacional de polo acuático femenino rumbo a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile. Mi entrenador, Jorge del Valle, es también el preparador de esa selección y me pidió que ayudara en los entrenamientos. He aprovechado la oportunidad y la motivación para llegar a un gran estado físico, y cuando te sientes así, desde el punto de vista psicológico, crece la seguridad aumentan las posibilidades de vencer todos los retos. Además, el nacimiento de mi niña la da un plus adicional a mi vida. Nada mejor que ser padre para fijar nuevas metas en lo deportivo y lo personal.      

Jhoen Lefont tiene un círculo muy cercano que es fundamental para lograr todas sus marcas. Foto: Ricardo López Hevia.
Jhoen Lefont tiene un círculo muy cercano que es fundamental para lograr todas sus marcas. Foto: Ricardo López Hevia.
Jhoen Lefont tiene un círculo muy cercano que es fundamental para lograr todas sus marcas. Foto: Ricardo López Hevia.

¿Nuevas propuestas antes de terminar este año?

Siempre me propongo nuevas metas. Cuando venzo un obstáculo, me tomo los días necesarios de descanso y de disfrute por el logro, y luego comienzo a enfocarme en nuevos retos. Ahora creo que debo aprovechar mi estado físico actual y las condiciones creadas, ya que mis marcas llevan un aseguramiento algo complejo, sobre todo la filmación bajo agua, en superficie y arriba, trabajo que realizan los buzos especialistas del Acuario Nacional. Ellos son como mi familia y siempre les agradezco en lo infinito por ser parte imprescindible de toda esta historia.  

La trayectoria de la escuela cubana de dominio del balón es muy reconocida, con los hermanos Hernández en rol de fundadores. ¿De alguna manera esto representa reto y un estímulo en tu trabajo?

Siempre lo digo, ellos tuvieron mucho que ver en mis motivaciones, demostraron que sí se podía y que todo estaba en el empeño, el trabajar duro y estar enfocado en las metas y los sueños. Hoy esa escuela está algo olvidada. Sabemos que corren tiempos complejos, pero sería muy bueno retomar el camino y seguir brindando la posibilidad a los jóvenes que tengan las habilidades o la inquietud de practicar la disciplina. Todos estamos dispuestos a colaborar y retomar ese necesario proyecto.    

Son exponentes de diferentes categorías, pero ¿te resulta oportuno buscar las fórmulas para hacer un festival nacional en esta modalidad que sirva para buscar nuevos exponentes y en un futuro organizar en Cuba un evento internacional de dominio del balón?

Por supuesto, sería una gran oportunidad. Un festival nacional bien preparado y publicitado daría muy buenos resultados y un gran espectáculo para el público, se podrían dar a conocer mucho más las modalidades ya establecidas y hasta podrían surgir algunas nuevas. Y en lo internacional tendríamos una muy buena oportunidad en el próximo Mundial de fútbol que será acá en América, en 3 países que también tiene exponentes de esta modalidad. Ojalá pudiera llegar la propuesta a los decisores y sumarlo a este magno evento y pudiera comenzar como exhibición y espectáculo promocional. Sería justo y necesario para seguir internacionalizando estos retos y habilidades.

Jhoen Lefont es un artista en el dominio del balón en el agua. Foto: Ricardo López Hevia.
Jhoen Lefont es un artista en el dominio del balón en el agua. Foto: Ricardo López Hevia.

¿Cómo calificas la atención de las instituciones a esta modalidad que de la mejor manera pone continuamente a Cuba en el mapa deportivo y nos suma un reconocimiento necesario? ¿Se sienten atendidos y apoyados?

De alguna manera las autoridades le dan seguimiento a lo que hacemos, y por lo general nos incluyen en las categorías más destacadas del año, pero la atención no está a la altura de los resultados que hemos alcanzado y de lo que hemos aportado al deporte cubano en términos de prestigio. En mi caso, por ejemplo, casi todo corre a cargo de mis contactos, los amigos y compañeros que se han sumado a este proyecto durante años. También la familia, sin ellos nada de esto sería posible. Con algo más de apoyo institucional serían mayores los resultados. Se tiene que ver este movimiento como una gran posibilidad para los jóvenes y como proyecto social.

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