Las nuevas reformas del Comité Olímpico Internacional (COI), bajo la llamada Agenda 2020, están propiciando modificaciones importantes en el proceso de selección de las ciudades para garantizar el éxito de los Juegos con hincapié en su legado y sostenibilidad.
El coauspicio de los Juegos en dos ciudades de dos países distintos pero tan cercanos que han restablecido relaciones diplomáticas tras el giro sorpresivo en la política de un Presidente estadounidense, podría llamar la atención, al menos por un instante, del Comité Olímpico Internacional y de los Comités Olímpicos de Cuba y los Estados Unidos.
El Comité Olímpico Internacional ha difundido una propuesta para modificar la forma de elegir las candidaturas de los Olímpicos con el fin de abaratar los juegos y hacerlos más atractivos además de contemplar que la sede sea compartida
Entonces se ha abierto las puertas no sólo a candidaturas más amplias, otorgar la sede a todo un país, y candidaturas conjuntas de más de una ciudad pero también realizar algunas competencias en otro país.
“Queremos crear una mayor diversidad en las candidaturas”, ha dicho Thomas Bach, presidente del COI.
Estas ideas permitirán la organización de deportes y disciplinas completas fuera de la ciudad anfitriona, o fuera del país anfitrión.
Esta propuesta marcaría un hito para los Juegos Olímpicos de verano. Las normas del COI ya permiten la celebración de pruebas en un país vecino para las Olimpiadas de invierno.
No sería la primera vez que el COI otorga su visto bueno al coauspicio de sus Juegos en dos países. Sucedió la última ocasión para los Juegos de 1988 en que hizo lo imposible para que los norcoreanos organizaran varios deportes, pero el esfuerzo fue baldío.
Hoy, México y EE.UU están explorando una candidatura conjunta para organizar el Mundial de Fútbol de 2026.Las Eurocopa se han celebrado tres veces de forma compartida. Que no es lo mismo la logística de unos Juegos que de un Mundial o una Eurocopa. Se sabe. De la connotación en sí, es de lo que se trata.
Cuba tiene una infraestructura deportiva desde los Juegos Panamericanos de 1991 que con un importante remozamiento podría estar garantizada. Las instalaciones permanentes en ambas orillas propiciarán inversiones que generarían relevantes ganancias en el futuro. El turismo deportivo recibiría un espaldarazo contundente en ambos lados.
Las nuevas construcciones en la Isla se dejarán a un lado la mentalidad del derroche de hormigón y acero, y estarán regidas por las tecnologías más modernas.
La vida de ahora a 20 años será otra. No se está hablando de unos Juegos para mañana mismo; una aspiración olímpica, como se plantea, podría ser idónea para unos Juegos en 2032.
¿Cuántas cosas podrían transformarse en 16 años?
Miami tiene también importantes centros deportivos, y una entusiasta afición por los deportes. La Ciudad del Sol había sido señalada por la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) hace cinco años con condiciones para enrolarse en la candidatura de unos Juegos Panamericanos lo más pronto posible, pero al parecer no contó con el aval del Comité Olímpico estadounidense.
Celebrar unos Juegos en Miami es como celebrarlos en La Habana.
Serían también como si por primera vez unos Olímpicos tuvieran por sede el Caribe.
Desde La Habana se llega primero a Miami que a la región oriental de la Isla. Durante los Juegos Panamericanos de 1991 una parte de la delegación estadounidense prefirió alojarse en el sur floridano durante el certamen cuatrienal en lugar de la Villa atlética de la capital cubana.
La Habana ha intentado en varias ocasiones aspirar a unos Juegos Olímpicos. Era la crónica de una eliminación anunciada pero al menos dio una clarinada sobre lo que consideró el derecho de un país pequeño con resultados en el deporte a organizarlos. La alianza con la ciudad estadounidense más cubana del mundo, lo inédita de esta apuesta, y su impacto histórico, quizás gane de antemano simpatías insospechadas.
Juegos Olímpicos (o Panamericanos) en La Habana y Miami ¿una ficción?