Serie del Caribe: Honor

Semi Final CUB vs MEX. Foto: Ricardo López Hevia.

Semi Final CUB vs MEX. Foto: Ricardo López Hevia.

Cuando los Alazanes ganaron el campeonato nacional, pensé: “Jugaron bien”. Primero le habían remontado a Matanzas en Matanzas, pasando por encima de fatalismos geográficos, inexperiencias y caché del adversario, que venía de un récord fabuloso. Después… después dejaron sin una sola raya al tigre, en la barrida más inesperada que recuerda el que suscribe.

Cuando Granma salió para la Serie del Caribe, pensé: “No está mal el equipo”. Les habían añadido varios refuerzos clave, y a su favor siempre obraría el hecho de que los favoritos eran los demás.

El gran aburrimiento (con perdón de Bogomil Rainov)

Cuando Carlos Martí y sus jugadores se impusieron sobre República Dominicana, repitieron la dosis a costa de Puerto Rico y finalmente derrotaron al candidato presidencial y dueño de la casa, México, pensé: “Han hecho un buen trabajo”. El pitcheo había sentado cátedra, los bateadores habían pegado hits a la hora buena, las miradas –insisto- se veían tranquilas. Daba gusto verlos galopar sobre el diamante.

Pero cuando perdieron, cuando los monarcas de Cuba resultaron eliminados en el partido más (paradójicamente) bonito del torneo, pensé: “Yo los admiro”.

Me vinieron a la cabeza los sucesivos papelazos del team Cuba en este siglo, y los rostros lastimeros de antaño en el dugout, y los versos de Emilio García Montiel (“yo recuerdo a los hombres en el momento mejor de su caída”).

Semifinal Cuba-México en la Serie del Caribe. Foto: Ricardo Lópex Hevia.
Semifinal Cuba-México en la Serie del Caribe. Foto: Ricardo López Hevia.

Me entraron unas ganas infantiles de saltar al terreno –yo, que no estaba en Culiacán–, felicitar a Blanco, por inmenso; a Moinelo, por dispuesto; a Baños, a Vladimir García, a ese Carlos Benítez que muchos criticaban (“es un gordo”) y ahora todos aplauden con tres manos.

Quisiera haber estado en el estadio –ya sé que es solo un sueño– para romper el latoso protocolo de las conferencias de prensa y abrazar a Saavedra, que por fin se hizo justicia; y darle unas palmadas en el hombro a los prospectos (Céspedes, Avilés, Víctor Víctor Mesa); y decirle a Roel Santos que le tuve muchísima confianza.

No es momento de perseguir culpables. Hubo inexactitudes en la dirección, hubo algunos que se quedaron cortos con el madero en ristre… De eso hablamos en columnas anteriores. Ahora siento que es tiempo de olvidar cada mancha y ver la luz. De recibir a Granma como se les recibe a los guerreros que regresan del combate. A este Granma, el equipo que más simpatías le ha despertado a Cuba en muchos años.

Strikes en el primer envío/Bateadores enfrentados: Blanco 6-27; Moinelo 1-4.

Strikes cantados/Strikes tirándole/Fouls/Bolas en juego: Blanco 11-12-14-19; Moinelo 4-0-2-3.

Rodados/Líneas/Elevados: Blanco 6-0-9; Moinelo 1-0-1.

Velocidad máxima: Blanco 91; Moinelo 91.

Puntuación del abridor: 70.

DEFENSA

Double plays: Benítez-Ayala-Saavedra (5º). Error: Paumier (5ª).

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