Yarelys Barrios se defiende… ¿Y?

Yarelis Barrios. Foto: Adrian Dennis / Gettyimages.

Yarelis Barrios. Foto: Adrian Dennis / Gettyimages.

Por primera vez un deportista en las circunstancias que aquejan hoy a la discóbola Yarelys Barrios desliza críticas públicas a autoridades deportivas de su país, Cuba.

Eso es lo que se desprende de sus declaraciones difundidas este fin de semana por el periódico Guerrillero de Pinar del Río de donde ella es oriunda, y reproducidas de inmediato por los medios oficiales de la Isla. La deportista ratificó que es “inocente” como ya se había reflejado en OnCuba hace varios días.

¿Cuáles fueron algunos “por qué” expuestos por la atleta y que pudieran propiciar aclaraciones de los funcionarios deportivos?

1- Que no pudo asistir a la apertura de las muestras en Lausana.

2- Que representantes de la embajada de Cuba en Ginebra se desplazaron hacia allí en su lugar y no llevaron el número de la muestra.

3- Que hubo lentitud en el trámite para su asistencia a la audiencia en Suiza para su apelación en la cual su abogado apenas tuvo tiempo para prepararse (OnCuba supo de una fuente informada que una vez enterada de su “positivo” la atleta quería pagarse de su bolsillo si era necesario su viaje a Lausana, pero a la postre la Federación cubana cubrió esos gastos incluida la presencia del jurista.)

4-Que solicitó se revisaran las muestras que se le han realizado por Cuba y no se pudo.

5- Que debió enterarse ella primero que la opinión pública de la decisión del COI de retirarle la medalla de plata y que esa notificación no le llegó por el INDER. Se ha “sentido sola”, dijo.

Quizás hasta los propios directivos de la Isla se enteraron también de la última palabra del COI por un comunicado de prensa del organismo mundial. Quizá sí, quizá no.

Cuando se hizo público, como era lógico, muchas personas reaccionaron en las redes sociales con la solicitud de escuchar la opinión de la multimedallista mundial y olímpica. Y se determinó abrir las páginas a su voz.

¿Qué piensan las autoridades deportivas de este hecho? ¿Qué opina el Instituto de Medicina del Deporte? ¿Los lectores no quisieran conocer más sobre cómo el COI  garantiza, desde el punto de vista científico y de seguridad las muestras almacenadas por ocho años?

La noticia no debió sorprender. Como ella mismo dice, en mayo le llegó la notificación oficial. Estaba incluida en el listado de los 39 atletas que representarían a Cuba en el torneo de campo y pista de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero a última hora no fue incluida… ¿Y nadie preguntó por qué?

Realmente, Cuba no es un país donde el dopaje sea un problema. El último hecho sonado ocurrió en los Juegos Panamericanos de 1999 en Winnipeg con el polémico doping del saltador de altura Javier Sotomayor que desató una inédita campaña del gobierno cubano.

Desde  el 2001 con la creación del laboratorio antidoping en La Habana ningún suceso similar fue descubierto en delegaciones cubanas en juegos multidisciplinarios. Los directivos de esta instalación arguyen que ellos no difunden los casos de dopaje en casa como “escándalos mediáticos” como en otras partes del mundo. Reconocieron que por lo general se detectan como promedio anual uno o dos casos pero que en 2015 se descubrieron siete positivos sancionados a cuatro años.

Hubo un octavo, que trascendió a los medios internacionales al ser controlado positivo en el laboratorio de Montreal como parte de los análisis del Preolímpico de fútbol celebrado en los Estados Unidos. Fue Arturo Diz Pé, que había sido uno de los contratados en el ensayo con el fútbol mexicano, pero abandonó el país cuando estaba en el proceso de confirmar el contraanálisis.

Antes de Yarelys Barrios el otro caso cubano suscitado en unos Juegos Olímpicos ocurrió en Atlanta-96, también por culpa de otro diurético, furosemida, con la judoka Estela Rodríguez, pero sólo recibió una reprimenda y mantuvo su presea de plata tras perder en la final superpesada con la china Sun Fuming, en la que las buenas relaciones con el entonces presidente del COI,Juan Antonio Samaranch, tuvieron su influencia favorable.

En diciembre último Barrios había acariciado su bronce olímpico de Londres-12, en una ceremonia solemne en La Habana, que le llegó enviada por el presidente del COI Thomas Bach después de la descalificación por doping de la rusa Darya Pishchalnikova, segunda entonces, de la cita europea.

No le pasaría por la mente que meses después pasaría de “heroína” a “villana” bajo estas mismas reglas de juego; perdería su plata de Beijing y otras que le siguieron se beneficiarán. Pero ella se defiende.

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