El desborde electoral chileno y su motor feminista

El aguante, así como la creatividad y radicalidad de la intervención feminista chilena han sido componentes fundamentales de todos los triunfos sociales recientes obtenidos en el país. 

(Sin autor).

En las elecciones chilenas del 15 y 16 de mayo, la rebelión popular de largo aliento contra el neoliberalismo, que se abrió en el gran Octubre de 2019, tuvo una prolongación inesperada y extraordinaria. La rebelión pasó de la calle a los votos y se expresó en ellos, en una dinámica de ida y vuelta que será permanente. En la elección de convencionales constituyentes que redactarán una Nueva Constitución (NC) para el país, dejando atrás la Constitución pinochetista de 1980 instancia que se logró tras gigantescas movilizaciones con un alto costo represivo, hubo sonados triunfos, tanto de las listas de independientes surgidas al calor de las movilizaciones y la lucha, como de partidos de izquierda que conectan con ellas. La derecha neoliberal no obtuvo, como esperaba, la cantidad de convencionales para bloquear fácilmente la posibilidad transformadora a través de la NC, y esa posibilidad es más factible ahora.

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En las elecciones simultáneas de alcaldes-concejales municipales, así como de Gobernaciones regionales, también hubo fuertes derrotas de la derecha neoliberal y expresivos triunfos de distintas fuerzas populares. Todo esto relanza la rebelión y sus posibilidades en medio de la represión y las devastadoras crisis pandémica y socioeconómica. 

La rebelión y sus sucesivos triunfos tienen distintos motores que alimentan la lucha: el hartazgo popular ante la desigualdad, la precariedad existencial y los abusos que genera el modelo neoliberal; la lucha de los pueblos originarios frente el despojo de sus derechos; la radicalización de las luchas ecologistas ante la crisis socioecológica inherente al capitalismo extractivista, entre otros tantos. Pero seguro, ahí en punta, está potente y pulsante el motor feminista. 

La ola de movimientos, luchas, huelgas y gigantescas marchas feministas de los últimos años es un antecedente directo de la rebelión abierta en Octubre, por la movilización y radicalización social permanente que provocó. Y en la lucha callejera que se dio con la rebelión radical y de una intensidad inédita, el componente feminista, la “cuerpa feminista”, como dicen las compañeras, estaba ahí en primera línea. También esa “cuerpa” sufrió heridas, mutilaciones, violaciones, torturas y asesinatos. Su aguante, así como la creatividad y radicalidad de su intervención en las movilizaciones, y el aliento que insufló su masiva presencia, han sido componentes fundamentales de la resistencia a la represión, que es el origen de todos los triunfos obtenidos en Chile desde entonces. 

Ahora mismo, muchas constituyentes electas pertenecen o conectan estrechamente con el movimiento feminista, y estarán en la redacción de la NC, luchando porque esta contenga su perspectiva. Además, la potencia de la presión feminista en Chile logró algo inédito en la historia universal: que un órgano de elección popular, y nada menos que aquel que redactará la NC, tenga paridad de género total, integrado a partes iguales por hombres y mujeres. Como dicen las mismas compas, esto no garantiza, no obstante, el carácter feminista de la Convención Constitucional, pero es un gran logro. También muchas de las alcaldesas y gobernadoras electas por los partidos de izquierda, ecologistas, e independientes que fueron una buena cantidad, y algunas muy emblemáticas, pertenecen al movimiento feminista o conectan con sus exigencias y horizonte.

Así, en la agenda de esas instituciones estará presente no sin tensionessu programa. Todas estas son expresiones tanto de la potencia del movimiento, como de su sabiduría para matizar y derramar por todos lados, por abajo y por arriba, en la calle, en los territorios de vida y también en las instituciones, transversalizando y problematizando, transformándolo todo. 

Aquí y en todos lados (ola feminista mundial) las compañeras nos aclaran que el feminismo no es una moda intelectual, mucho menos una delicadeza pequeño-burguesa. En cambio, nos cuentan cómo, en el ya lejano, pero siempre en retorno, origen del capitalismo, la subordinación patriarcal de los cuerpos y las vidas de las mujeres fue clave en la acumulación originaria del capital, y sostuvo luego la dinámica de su desarrollo. Sumando el cuerpo femenino a la producción de valor en la fábrica y la hacienda, produciéndose como proletariado y por menos salario—, y sobre todo apropiándose gratuitamente de su trabajo de cuidados y reproductivo: un trabajo de reproducción de la fuerza de trabajo no pagado. El feminismo nos enseña cómo ahora la privatización, mercantilización y precarización de la vida que produce el neoliberalismo, la subordinación de toda la vida a través del saqueo extractivista y financiero, vuelve a hacer palanca en la dominación patriarcal del cuerpo y la vida de las mujeres. 

Por eso, las feministas claman que su programa no se trata sólo de la igualdad de género en todos los órdenes, de conquista de derechos, de basta de violencia, de respeto y autoafirmación; sino también de cambiar de raíz el orden de cosas, porque sólo extinguiendo el patriarcado se puede también superar el capitalismo. Por eso mismo, y porque entonces la miseria, la desigualdad, la violencia y la precariedad la sufren doblemente las mujeres, hablamos de un feminismo que es profundamente popular y plebeyo. Luchando también contra el capitalismo logran la autoafirmación y la fuerza histórica para superar el patriarcado. Y nos dejan la lección de que también la izquierda y el socialismo han sido patriarcales, que también deben deconstruirse, romper con el macho patriarcal que llevamos dentro, para reencontrarnos todos, todas y todes en una transformación social empujada por iguales.

 

Nota

Este texto fue elaborado por el autor en diálogo con integrantes del proyecto cultural feminista cubano Brujas PCF, y fue publicado originalmente por el Centro Cultural “Pablo de la Torriente Brau”. Se reproduce una versión con autorización expresa de su autor.

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