Bolivia rompe con Maduro, abandona el ALBA y se aleja de UNASUR

"Ya no somos parte del tratado del Alba. Estamos analizando la desvinculación del tratado de Unasur", dijo la canciller interina Karen Longaric, en una rueda de prensa en La Paz.

Imagen de archivo de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñezdel 15 de noviembre de 2019. Foto: Natacha Pisarenko/AP

Imagen de archivo de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñezdel 15 de noviembre de 2019. Foto: Natacha Pisarenko/AP

La nueva canciller de Bolivia anunció este viernes la ruptura de las relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, el alejamiento de la UNASUR y ALBA y la salida de la brigada médica cubana del país, en un giro de 180 grados respecto de la política exterior que imprimió por casi 14 años el expresidente Evo Morales.

«Ya no somos parte del tratado del Alba. Estamos analizando la desvinculación del tratado de Unasur», dijo la canciller interina Karen Longaric, en una rueda de prensa en La Paz.

Cuba retirará sus médicos de Bolivia

Respecto a UNASUR, Longaric señaló que “el bloque ya no opera, ya no existe y no sirve”, y anticipó que la embajadora venezolana en Bolivia será declarada persona no grata.

La presidenta de facto Jeanine Áñez había adelantado que su gobierno transitorio reconoce al líder opositor venezolano Juan Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela, y le pidió que enviara un embajador a Bolivia.

Ante las declaraciones del «excanciller (Diego) Pary y de otros miembros del Movimiento al Socialismo (MAS) durante una reunión del Alba en Nicaragua», el Gobierno interino «ha desvinculado a Bolivia» del tratado Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, afirmó la canciller interina.

Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), encabezados por Venezuela y Cuba, expresaron este jueves en Managua su confianza en revertir el «golpe de Estado» que, a su juicio, fue dado a Evo Morales, quien el domingo renunció a la Presidencia de Bolivia.

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En ese encuentro, Pary, que llegó este miércoles a Nicaragua desde donde tiene previsto viajar a otros países y exponer su punto de vista de la situación en Bolivia, instó a la comunidad internacional a desconocer al Gobierno encabezado por Jeanine Áñez.

En Bolivia se encuentra una de las sedes de las casas de la Cultura de la Alba, que también están en Venezuela y Cuba, países aliados de Evo Morales.

La ministra interina de Relaciones Exteriores también explicó que «existe ya la decisión política y jurídica del retiro» de Unasur, «un organismo que no nos beneficia para nada».

Apuntó que la asamblea legislativa es la instancia que tiene que procesar la salida de Bolivia de la Unasur, “porque cuando se adhirió lo hizo a través de la Asamblea», subrayó.

«Además en los hechos Unasur ya no existe, prácticamente todos los países miembros del Grupo de Lima han abandonado Unasur y quedan cuatro Estados que serían los que están sustentando económicamente a un organismo que no existe».

El Legislativo boliviano está controlado actualmente por el partido de Morales, el MAS.

A principios de año, el Gobierno de Ecuador decidió retirarse de Unasur y con ello cerrar la sede del organismo, por lo que el Gobierno de Morales ofreció acoger a la Secretaría General y otras oficinas y comités de ese bloque regional en el edificio que construyó en el centro del país para el Parlamento de la Unasur.

Algunos países ya han tomado la decisión de alejarse de la Unasur o de suspender su participación argumentando que es preciso encontrar nuevas formas de integración regiona,l y critican su ideologización y estructura burocrática.

En el organismo han quedado activos únicamente Uruguay, Guayana, Surinam y Venezuela.

Bolivia está sumida en una crisis tras los comicios del 20 de octubre, con protestas que inicialmente fueron en contra de Evo Morales por denuncias de fraude para lograr su reelección para un cuarto mandato consecutivo.

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Morales renunció a la Presidencia el pasado domingo y se fue al día siguiente en condición de asilado a México, desatando desde entonces las protestas de sus seguidores.

Las protestas ya han dejado al menos trece muertos, 508 heridos y 460 detenidos en distintos incidentes, según datos oficiales.

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