Daniel Noboa o la recomposición política de una oligarquía

La ascendencia de Noboa, en distintas generaciones, ha formado parte del Estado en numerosos contextos históricos.

El presidente electo Daniel Noboa saluda a simpatizantes a su llegada al Palacio de Gobierno, el 17 de octubre de 2023 en Quito. Foto: EFE/Julio Estrella.

El presidente electo Daniel Noboa saluda a simpatizantes a su llegada al Palacio de Gobierno, el 17 de octubre de 2023 en Quito. Foto: EFE/Julio Estrella.

La bases económica de la oligarquía Noboa es sumamente fuerte; sin embargo, su ejecución política, en los últimos años, había sido indirecta: por contratación pública, aportes financieros a otros candidatos, pactos y negocios para condonación de deudas del Estado, testaferros y funcionarios relacionados. En las cinco postulaciones presidenciales de Álvaro Noboa, su movimiento consiguió bancadas fuertes de diputados y después asambleístas; alcaldes y concejales.

Ahora, Daniel Noboa (ex asambleísta) se convierte en el segundo presidente más joven de Ecuador, con 35 años, después de Juan José Flores (29 años). Daniel Noboa Azin (Miami, 1987), al igual que otros presidentes ecuatorianos, como Galo Lincoln Plaza Lasso (Nueva York) y Sixto Durán Ballén (Boston), nació y se educó en EE. UU.

Redes parentales y políticas de la oligarquía

Como he dicho en un artículo anterior, el patriarca Diego Noboa y Arteta participó en las luchas de la independencia y después fue miembro del gobierno de Juan José Flores como Ministro Plenipotenciario y otros cargos. En este Gobierno, se distribuyeron territorialmente el Ecuador numerosas familias y oligarquías, lo que serviría de base para el capital agroexportador, enraizado en rezagos coloniales. Noboa y Arteta participó del triunviro que derrocó a Flores, junto a José Joaquín de Olmedo y Vicente Ramón Roca, en el cuarto gobierno de Ecuador. Más tarde, el patriarca de los Noboa se convirtió en el séptimo presidente.

La numerosa descendencia de Noboa, en distintas generaciones, ha formado parte del Estado en distintos contextos históricos. Me referiré a hechos contemporáneos.

Los Noboa tuvieron gran influencia en el Gobierno de Abdalá Bucaram, y una de las líneas sanguíneas del patriarca llegó a la vicepresidencia y presidencia con Gustavo Noboa Bejarano. El hijo de este último, Pablo Noboa Baquerizo, fue subsecretario del Ministerio de Agricultura en el Gobierno de Correa. Aunque sin ser familia, pero sí con vínculo económico, Bernardo Manzano (ex gerente de la Corporación de Álvaro Noboa) fue Ministro de Agricultura del Gobierno saliente de Lasso.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso (d), recibe al presidente electo Daniel Noboa en el Palacio de Gobierno, 17 de octubre de 2023, en Quito (Ecuador). Foto: EFE/ José Jácome.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso (d), recibe al presidente electo Daniel Noboa en el Palacio de Gobierno, 17 de octubre de 2023, en Quito (Ecuador). Foto: EFE/ José Jácome.

Con Correa, el sector bananero se vio beneficiado con la flexibilización laboral. Ivan Wong Chang, directivo de la empresa bananera Dole, fue viceministro de agricultura del presidente. Es famosa la buena relación entre Isabel Noboa (hermana de Alvarito, como se le conoce) y Rafael Correa, expresada en varios contratos económicos, como el multimillonario puerto de Posorja. Correa, finalmente, a pesar de esto, tuvo un impase con Alvarito, por deudas acumuladas de 90 millones de dólares que llevaron a la expropiación de la hacienda La Clementina.

La influencia de Álvaro Noboa creció en el Gobierno de Moreno; tanto, que este llegó a perdonarle la suma de casi 100 millones de dólares de deuda. Así también, a cambio, Noboa aportó a los partidos Mover 35 (ex Alianza País) de Lenin Moreno y Patricio Barriga; y Pueblo, Igualdad, Democracia (PID, 4), de Arturo Moreno (primo de Lenin); que después patrocinarían a Daniel Noboa. Pero el cuento no acaba allí. El afamado Leonardo Cortázar (el de la foto del piscinazo en Miami revelada por Villavicencio), que años antes fue del PRE, pasó a formar Acción Democrática Nacional (ADN), sin obtener registro electoral, partido que en 2021 apoyó a Arauz-Rabascall. Con el tiempo, María Beatriz Moreno Heredia, del ex PRIAN de Alvarito, pasó a ser representante de ADN, Alianza que auspicia a Daniel Noboa.

Elecciones presidenciales

El asesinato de Fernando Villavicencio el 9 de agosto alteró el escenario electoral. El siniestro se usó como elemento simbólico de varias tiendas políticas y contracampaña hacia el correísmo. Además de la polémica levantada por las acusaciones, Marcela Aguiñaga, presidenta del movimiento Revolución Ciudadana y prefecta de Guayaquil, impugnó la candidatura de Christian Zurita, quien reemplazaría a Villavicencio. Fue un gran error que sumó adversarios al correísmo.

En el debate de primera vuelta sobresalió la figura de Daniel Noboa, que hasta el momento había mantenido un bajo perfil. El 20 de agosto pasarían a segunda vuelta Luisa González (33,61 %) y Daniel Noboa (23,47 %), quedando en tercer lugar Fernando Villavicencio, que continuó en la boleta antes de ser reemplazado por Christian Zurita, quien sumó el voto rechazo (16,37 %).

Para la segunda vuelta se reactivó la polarización correísmo/anticorreísmo, más por las fuerzas que no pasaron al balotaje que por Daniel Noboa, quien en realidad intentó mantenerse alejado de la disputa. Luisa González también intentaría no tener mayores contradicciones directas en este sentido. Noboa recibió el respaldo de las candidaturas de la derecha (Jan Topic, Zurita, Sonnenholzner), proyectándose como probable ganador. Del otro lado ninguna figura de la centroizquierda apoyo al correísmo, menos aún organizaciones sociales como el Frente Unitario de Trabajadores o la CONAIE. Muchas, más bien, llamaron al voto nulo.

El presidente electo Daniel Noboa llega al Palacio de Gobierno, en Quito, 17 de octubre de 2023. Foto: EFE/José Jácome.
El presidente electo Daniel Noboa llega al Palacio de Gobierno, en Quito, 17 de octubre de 2023. Foto: EFE/José Jácome.

El 1ro de octubre, en el debate de segunda vuelta, González y Noboa se mantuvieron cautos en sus palabras; las discrepancias no fueron grandes y, por el contrario, llegaron a muchas coincidencias. Uno de los puntos de enfrentamiento más replicados en las redes fue cómo González vinculó a Noboa con el ex ministro de Lasso, Bernardo Manzano, implicado en el caso Gran Padrino. Noboa, por su parte, vinculó sutilmente al correísmo con el caso Villavicencio y relacionó a José Serrano con el narcotráfico. Sin mayores contradicciones; no quisieron perder votos, y dieron a entender posibles alianzas institucionales en un futuro.

A pocos días, la embajada de EE. UU. hizo público que entregaría 5 millones de dólares por información respecto al caso Villavicencio. A una semana de la segunda vuelta asesinaron a ocho sicarios sospechosos del asesinato de Villavicencio en las cárceles de Guayaquil y Quito. Aunque había alertas de la inteligencia policial y militar, la cúpula en reunión resolvió dejar a los sospechosos en los mismos centros. Este suceso de nuevo fue usado en contra del correísmo.

A los pocos días, la Fiscalía, violando el procedimiento penal, hizo pública la recepción de un testimonio anticipado que supuestamente vinculaba al “Gobierno de Correa” con el asesinato. Estas y otras artimañas institucionales, como la destitución por parte de la Corte Constitucional de Alambert Vera (correísta), de la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana, tenían un trasfondo electoral. El apoyo del Gobierno de Lasso a la candidatura de Noboa, así como de los medios corporativos, jugó un papel muy importante.

Después de un empate técnico, en las encuestas tras el debate, el 15 de octubre, los resultados arrojaron una victoria para el más joven representante de la oligarquía modernizada: Daniel Noboa Azin (51,83 %); el correísmo logró conservar y ampliar su votación con Luisa González (48,17 %). En 2021, en la segunda vuelta, Lasso llegó con 52,36 % y Arauz con 47,64 %. El voto nulo, en 2021, fue de 16,26 %; en 2023, 7,55 %.

Simpatizantes del presidente electo Daniel Noboa se congregan para celebrar frente al Palacio de Gobierno mientras este se reúne con el mandatario saliente Guillermo Lasso, en Quito, 17 de octubre de 2023. Foto: EFE/Julio Estrella.
Simpatizantes del presidente electo Daniel Noboa se congregan para celebrar frente al Palacio de Gobierno mientras este se reúne con el mandatario saliente Guillermo Lasso, en Quito, 17 de octubre de 2023. Foto: EFE/Julio Estrella.

El correísmo conserva sus fuerzas

A pesar de los vítores en contra, el correísmo continúa siendo la principal fuerza política. En febrero de 2023 la RC 5 alcanzó más de 50 alcaldías, 9 prefecturas y alrededor de 500 juntas parroquiales. Con sus 52 asambleístas, es la principal bancada del legislativo; y tiene mayoría en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

Estos datos no sustentan la tesis de que el correísmo esté muerto. A pesar de las disputas, el correísmo tiene gran capacidad de reconstrucción; generalmente, los peores golpes han provenido de sus propias escisiones. Al ser un movimiento de origen caudillar, después de Correa, los siguientes candidatos y candidata no han superado las expectativas: Moreno-Glas, Arauz-Rabascall, González-Arauz.

¿Un similar escenario político?

Con el nuevo ejecutivo y Asamblea, se podría presentar un similar escenario político al del Gobierno saliente de Lasso. Las reyertas permanentes entre el Gobierno Lasso y la Asamblea llevaron a los procesos de juicio político del presidente y la muerte cruzada. La poco numerosa bancada de Daniel Noboa y Acción Democrática Nacional (ADN) en la Asamblea, 14 asambleístas de 137, harán necesarias las alianzas con los otras, en especial la mayoritaria del correísmo, con 52 asambleístas,14 del Partido Social Cristiano (PSC), 29 de Construye (el movimiento que auspició a Villavicencio), 8 de Actuemos (organización que apoyó al exvicepresidente Otto Sonnenholzner), 5 de Pachakutik, 3 de Sociedad Patriótica, 3 de Claro que Se Puede, y 9 de movimientos locales. Los primeros acuerdos, rendirán sus frutos en la elección de las autoridades internas de la Asamblea Nacional.

Después de esto, se constituirán las posibles mayorías móviles en arreglo a los intereses partidarios. Si no se logra efectivizar los acuerdos entre las diferentes bancadas para la aprobación de leyes, se impulsaría el escenario de constante disputa previa.

Si Noboa quisiera superar la herencia política de Lasso, debería apelar a la conciliación. No obstante, Noboa ha presentado a parte de su gabinete y consejeros empresariales y neoliberales, como Alberto Dahik, uno de los Chicago Boys ecuatorianos (ex diputado, ministro, vicepresidente y asesor de Moreno), lo que le cerraría varias puertas.

El correísmo, por su parte, a pocos días de las elecciones hace públicas peleas internas: Pierina Correa (hermana del ex presidente) ha cuestionado en los medios a Marcela Aguiñaga (prefecta del Guayas y presidenta de la RC 5) y a Andrés Arauz. En la noche del 18 de octubre, Aguiñaga renunció a la dirección del movimiento a través de un video en X. Como antes se dijo, el correísmo siempre ha perdido más por divisiones internas que por contradictores externos.

 

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