El fracaso del neoliberalismo y la muerte cruzada en Ecuador

La larga lucha por la democracia ecuatoriana se encuentra pisoteada por grandes episodios autoritarios. Lasso representa la decadencia de varios grupos oligárquicos.

Policías vigilan los exteriores de la sede de la Asamblea Nacional en Quito. El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, decretó el pasdo miércoles en medio del juicio político en su contra la denominada "muerte cruzada", que disuelve la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, y convoca elecciones generales anticipadas, de modo que gobernará mediante decretos hasta que asuma su sucesor. Foto: EFE/ Jose Jacome.

El neoliberalismo nunca se ha llevado bien con la democracia. En el año 2000 el pueblo y el Congreso Nacional tumbaron al ex presidente Jamil Mahuad, y a más tardar, dentro de seis meses, se espera que Guillermo Lasso se vaya de Carondelet.

Las élites políticas, la oligarquía financiera, terrateniente y comercial que han dirigido estos dos años el Gobierno de Lasso, han demostrado profusa ineptitud y corrupción en todas las áreas.

Después de las vacunas contra el COVID 19, se consagraron las “vacunas” de la extorsión en los pequeños comercios, barrios, escuelas. Las cifras notablemente superadas fueron las de la violencia: 4 603 personas fallecidas por homicidio en 2022, la cifra más alta de la historia.

El dejar hacer del neoliberalismo gubernamental, ha llegado a la administración de varios servicios públicos, que se han visto teñidos de sangre por los sicariatos de directivos de los hospitales, fiscalías, cárceles, alcaldías y candidatos de elección popular.

La deuda ecuatoriana con el FMI supera a la mayoría de países de América Latina (8 100 millones de dólares), para ubicarse solo por detrás de Argentina. Las reformas legales realizadas por Lenin Moreno y ahora Lasso,

han garantizado que el dinero de la deuda únicamente sirva como resguardo de los grupos financieros, depositados en las reservas internacionales por sobre los 9000 millones de dólares. Con lo que el dinero de la deuda no ha podido ir ni siquiera al presupuesto público. Asimismo, las reformas legales impiden que las operaciones del capital estatal en entidades financieras privadas sean controladas. Algunos grupos de la burguesía industrial han criticado este favoritismo del gobierno, en política esto marcó una disputa entre las fuerzas de Lasso y el socialcristianismo.

Aunque con la dolarización, los Chicago Boys Ecuatorianos, como Jamil Mahuad, habían dicho que no habría inflación, el país tiene una inflación acumulada, del año 2000 a enero de 2023, del 428%, según el INEC. Si el salario está en 450 dólares, la canasta básica casi lo duplica, está en 767,31 dólares. La capacidad industrial de Ecuador ha disminuido ostensiblemente, por no poder competir con los productos chinos y estadounidenses. Desde finales del gobierno de Moreno, hasta la mitad del período de Lasso, la migración ha crecido: miles de ecuatorianos solo han logrado encontrar empleo en el ostracismo de la migración, principalmente en EEUU.

El presidente de Ecuador en la Asamblea Nacional, en Quito el pasado 16 de mayo. Foto: EFE/ José Jácome.

El Juicio Político

El gobierno de Lasso desde hace meses camina desequilibradamente por la cuerda floja. Además de los enfrentamientos con la Asamblea con su débil bancada, ha disputado por tener a su mando el Consejo de Participación Ciudadana, el Consejo de la Judicatura, la Contraloría, la Superintendencia de Bancos, entre otros. Entre tanto, la Asamblea aprobó el sábado 4 de marzo de 2023, la moción de investigar a Lasso por redes de corrupción, para iniciar el juicio político. El miércoles 29 de marzo, la Corte Constitucional admitió la solicitud del juicio político de la Asamblea, de acuerdo al Art. 129 de la Constitución, segunda causal, singularizada por peculado en los contratos de la Flota Petrolera Ecuatoriana (FLOPEC) con Amazonas Tanker, por 6 millones de dólares. Caso en el que está involucrado un hombre de confianza de Lasso, actualmente prófugo, Hernán Luque Lecaro, ex presidente del directorio de la Empresa Coordinadora de las Empresas Públicas (EMCO).

El 9 de mayo se aprobó con 88 votos en la Asamblea Nacional continuar el juicio político contra Lasso. Las dilaciones de la Asamblea, mientras cambiaba sus autoridades el domingo 14 de mayo, mostraron que la oposición se consolidaba: Virgilio Saquicela, era reelegido como presidente del legislativo con 96 votos a su favor. El partido de Lasso, CREO, no gana ningún puesto. El martes 16 de mayo, los interpelantes, Viviana Veloz de Unión por la Esperanza (UNES) y Esteban Torres del Partido Social Cristiano (PSC), se distribuyeron la intervención: la primera relató los hechos y expuso una decena de pruebas de 75 documentos y 30 testimonios; el segundo, se concretó al encausamiento legal. El ingreso de Lasso a la Asamblea, para su intervención, fue acompañado de las fuerzas armadas y seguidores, la mitad de su discurso se defendió mencionando la carencia de pruebas y la otra mitad con una adelantada rendición de cuentas. Después del debate venía la votación, se inscribieron 46 legisladores, hablaron 36 hasta las 22h05. A las 7h00 del siguiente día, 17 de mayo, ninguno era legislador. La muerte cruzada se había firmado.

Policías vigilan los alrededores del Palacio de Carondelet en Quito. Foto: EFE/ José Jácome.

La Muerte Cruzada

A la media noche del 16 de mayo, los lobistas de Lasso se dieron cuenta que no tenían la cantidad de votos suficientes para evitar la destitución presidencial (46), por lo que decidieron la disolución de la Asamblea. Henry Cucalón, ministro de gobierno, a pesar de sus esfuerzos y negociados vaticinó que Lasso caía. En la noche y la madrugada el equipo de Lasso preparó la cadena nacional, la logística militar, la comunicación de redes y el resto de la agenda mediática. 

La Constitución, en su artículo 148, señala tres causales para la disolución de la Asamblea: arrogación de funciones del legislativo (previo dictamen de la Corte Constitucional); obstaculización del plan nacional de desarrollo; o crisis política y conmoción interna. A pesar de no existir ninguna de estas causales, el objetivo era impedir la votación por destitución presidencial de la Asamblea. Además, la Constitución exige también que dentro de 7 días el Consejo Nacional Electoral llame a elecciones de Presidente y de la Asamblea. Aproximadamente en 6 meses Lasso dejaría de ser presidente.

Desde las 6H00 de la mañana, Carondelet entró bajo vigilancia atenta de las fuerzas armadas, se publicó el Decreto 741 de la disolución de la Asamblea Nacional a las 7 am. El Decreto consta de 12 páginas. El gobierno ha organizado un discurso como un dispositivo autoritario sobre la sociedad ecuatoriana. A la Asamblea se le atribuyó la obstrucción política, sin embargo, si somos fieles a los hechos, la crisis política y la conmoción interna es causada por el mismo Lasso. En estos días, ni siquiera ha habido movilizaciones nacionales. El decreto termina con los cargos de los asambleístas, así como de los contratos ocasionales del personal legislativo.

Las bancadas de UNES, Pachakutik (PK) y el Partido Social Cristiano (PSC) han dicho que el decreto de disolución legislativa es inconstitucional, por no adaptarse a ninguna causal, y que lo demandarán ante la Corte Constitucional. Algunas voces de Pachakutik y otras fuerzas, han llegado a hablar de una nueva Asamblea Constituyente. 

Policías vigilan los exteriores de la sede de la Asamblea Nacional Foto: EFE/ José Jácome.

Nuevas elecciones

El Decreto como la Constitución también solicitan al Consejo Nacional Electoral la convocatoria inmediata a elecciones. El Código de la Democracia en su Art. 87, indica que las elecciones se deberían realizar máximo en 90 días. Es decir que en 45 días sea la elección presidencial y legislativa en conjunto, y antes de ajustar los 90 días, la segunda vuelta. La constitución en su Art. 143 manifiesta que la segunda vuelta se realizará en 45 días: si en la primera vuelta nadie ha obtenido más del 45% de la votación y una diferencia del 10% respecto del segundo. 

El panorama electoral nacional está atravesado por algunas tendencias centrales.

Primera, la correlación de fuerzas políticas del último proceso eleccionario, ha marcado el avance del correísmo, lo que permitiría posiblemente que este capitalice nuevamente la mayor parte de la Asamblea Nacional, y sea uno de los principales contendientes en las elecciones presidenciales.

Segunda, las otras fuerzas de la centroizquierda como Pachakutik han tenido un significativo avance electoral; sin embargo, Pachakutik y la Izquierda Democrática sufrieron graves divisiones internas por sus negociados con Lasso.

Tercera, las diferencias de la centroizquierda han producido en las últimas elecciones otras candidaturas visibles, las que podrían presentarse como una alternativa en medio de las disputas del correísmo y Pachakutik.

Cuarta, la división de la derecha del PSC y las fuerzas de Lasso (CREO), así como de otras fuerzas más pequeñas, ha impulsado el juicio político y la muerte cruzada; su unidad para las próximas elecciones será difícil, aunque no imposible. Hasta el momento las fuerzas de derecha alrededor de Lasso impulsan su reelección.

Manifestantes gritan consignas y muestran carteles en contra del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, a la salida de la sede de la Asamblea Nacional, en Quito Foto: EFE/Santiago Fernandez.

La Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), el Frente Popular (FP), las organizaciones de mujeres, trabajadores, estudiantes, jóvenes, se han pronunciado contra la muerte cruzada de Guillermo Lasso; por los procedimientos autoritarios y los anuncios de represión de las Fuerzas Armadas y policiales; además, de pedir a que la Corte se pronuncie sobre la constitucionalidad del decreto. La CONAIE está organizando una Asamblea del Poder Popular y Plurinacional para una agenda de consenso. 

La larga lucha por la democracia ecuatoriana se encuentra pisoteada por grandes episodios autoritarios. Lasso representa la decadencia de varios grupos oligárquicos que viven de la explotación intensiva de millones de ecuatorianos y del sometimiento estatal a sus intereses particulares.

Manifestantes gritan consignas y muestran carteles en contra del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, a la salida de la sede de la Asamblea Nacional, en Quito Foto: EFE/Santiago Fernandez.
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