Maduro acusa a ex jefe policial de articular alzamiento

Se trata de Manuel Figuera, ex jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), acusado de participar en el alzamiento del 30 de abril que encabezó Juan Guaidó.

Foto: AP.

El presidente Nicolás Maduro acusó el viernes al exjefe de la policía política de ser el articulador del fallido alzamiento militar de la semana pasada en Venezuela y expresó su apoyo al ministro de la Defensa, al presidente del Tribunal Supremo y al jefe de inteligencia militar, quienes han sido señalado en algunos medios de haber participado en la sublevación.

“Quien articuló el golpe de Estado es un cobarde, es un traidor”, dijo Maduro al mencionar al general Manuel Figuera, exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), de participar en el alzamiento del 30 de abril que encabezó el líder opositor Juan Guaidó.

El gobernante reveló, durante un acto con universitarios en la capital, que Figuera, a quien señaló de haber sido captado hace más de un año por la CIA, iba a ser detenido el 30 de abril y que por esa razón “abortó” la sublevación y huyó del país. “Este traidor más temprano que tarde le llegará la justicia venezolana para que pague su traición”, agregó.

Luego de días de permanecer desaparecido, Figuera salió la noche del jueves en un video que se difundió en Twitter en el que pidió que se deje de exigir sacrificios a los venezolanos mientras existen dirigentes que continúan beneficiándose y creando fortunas.

Agregó que envió una petición a Donald Trump para que elimine las sanciones contra Venezuela y que él le habría respondido que lo hará cuando exista otra administración en el país suramericano.
“Estoy seguro que nos merecemos un mejor país”, afirmó el general, vestido con una camiseta naranja, que fue una de las figuras de inteligencia militar más relevantes del gobierno.
Hasta el momento se desconoce el paradero del oficial.

Maduro también acusó a Figuera de armar “el cuento” para implicar al ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López; al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, y el jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar y de la guardia presidencial, Iván Hernández Dala, en las conversaciones para derrocarlo.

Al desestimar las dudas que han surgido en torno a los tres altos funcionarios, el mandatario dijo: “ratifico ante el país y ante el mundo, con conocimiento de causa, con lealtad de sangre, toda mi confianza”.

Para la periodista especializada en temas militares, Sebastiana Barraez, la decisión de Maduro de salir el viernes en defensa de los tres altos funcionarios, que están en puestos claves del gobierno, responde a que el mandatario quiere demostrarle al país que no está “solo en el poder”.
Barraez dijo a The Associated Press que en medio de la crisis que enfrenta Maduro, que se agudizó tras el alzamiento militar, se le hace “muy cuesta arriba” al gobernante buscar en este momento sustitutos para esos tres altos funcionarios, y aseguró que por eso salió en defensa.

El mandatario expulsó está semana a Figuera de la fuerza armada junto con otros 55 militares un día después que Estados Unidos levantó las sanciones contra el exjefe policial por retirar su apoyo a Maduro.

La salida de Figuera del SEBIN fue anunciada el 30 de abril. Maduro anunció que el general en jefe Gustavo González López regresaba a la dirección de ese cuerpo policial.

Figuera, quien fue parte del equipo de seguridad del fallecido presidente Hugo Chávez, asumió la jefatura del SEBIN en octubre pasado luego de la remoción de González López tras el escándalo por la muerte de un concejal opositor que según las autoridades se suicidó en una sede capitalina de la policía política poco después de su detención.

El exjefe policial es el más alto funcionario que hasta el momento ha resultado implicado en un complot contra Maduro, situación que es vista como una fisura dentro de las filas del gobierno que se habían mantenido cohesionados en torno al mandatario durante las diferentes crisis que se han dado en los últimos seis años.

Un tribunal de Caracas ordenó el viernes que el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, sea recluido en una dependencia militar.

Zambrano fue detenido por los supuestos delitos de “traición a la patria, conspiración, rebelión civil, usurpación de funciones, instigación pública a la desobediencia de las leyes y odio continuado” y se estableció como sitio de su reclusión la sede de la policía militar en el fuerte capitalino Tiuna, indicó el Tribunal Supremo de Justicia en un comunicado.

La detención de Zambrano y los procesos judiciales contra otros nueve miembros de la Asamblea Nacional asestaron un duro golpe a la oposición venezolana, que ha llamado el sábado a concentraciones en todo el país en un nuevo desafío a Maduro.

Las acciones contra los opositores son percibidas por los analistas como un “contraataque” del gobierno tras el fallido alzamiento militar.

La detención de Zambrano fue rechazada el jueves por la Unión Europea, 11 países de la región que integran el Grupo de Lima y la Oficina del Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que instó a las autoridades venezolanas a que lo liberen y detengan los ataques contra la Asamblea Nacional y sus miembros.

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo dijo que el arresto de Zambrano “es un acto inaceptable e ilegal”. Estados Unidos advirtió que habría “consecuencias” si no lo liberan de inmediato.

Zambrano, de 63 años, fue detenido el miércoles en la noche por la policía política cuando se encontraba en su camioneta frente a las oficinas de su partido, Acción Democrática, en el norte de Caracas.

El arresto del congresista, que acompañó a Guaidó en el fracasado alzamiento militar, se dio un día después que la oficialista Asamblea Nacional Constituyente le retirara la inmunidad parlamentaria para permitir su enjuiciamiento.

Igual suerte corrieron sus colegas diputados Henry Ramos Allup, Luis Florido, José Simón Calzadilla, Américo De Grazia, Richard Blanco y Mariela Magallanes, a quienes también les retiraron la inmunidad.

Blanco se refugió en la embajada de Argentina en Caracas, donde está en calidad de huésped, mientras que Magallanes y De Grazia están bajo resguardo de la embajada de Italia en la capital venezolana.

Por otra parte, Guaidó anunció el viernes que conversó con el presidente colombiano, Iván Duque, sobre la presencia en Venezuela de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos irregulares. El dirigente instó, en su cuenta de Twitter, a la fuerza armada que a que “luche contra esta ocupación irregular en nuestro territorio”.

El pronunciamiento del jefe del Congreso se dio horas después que Duque, estrecho aliado del opositor, dijera a la prensa desde Colombia que invitaría a Guaidó y a la Asamblea Nacional a que “permita y facilite la captura de esos delincuentes”.

Salir de la versión móvil