Estados Unidos: el año que ya se fue

Lo más notorio fue el proceso de investigación de la Cámara para el juicio político al presidente Trump. Las audiencias llevadas a cabo en dos comités de ese órgano legislativo incluyeron testimonios de funcionarios y diplomáticos designados por el propio Presidente.

El presidente Donald Trump se aleja tras una videoconferencia la víspera de Navidad con miembros del ejército desde su propiedad en Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, el martes 24 de diciembre de 2019. (AP Foto/Andrew Harnik)

El tercer año de la administración Trump transcurrió marcado por dos palabras claves: inestabilidad y juicio. Las continuas entradas y salidas de personal administrativo remiten a una presidencia “sin precedentes”, y sobre todo ejemplifican las contradicciones internas que la han caracterizado desde el principio de los tiempos.

En materia de política interna, lo más notorio fue el proceso de investigación de la Cámara para el juicio político al presidente Trump. Las audiencias llevadas a cabo en dos comités de ese órgano legislativo incluyeron testimonios de funcionarios y diplomáticos designados por el propio presidente, lo cual puso en cuestionamiento las acusaciones de partidismo, izquierdismo o cacería de brujas, tan utilizadas por los tuits del presidente y por los discursos de los republicanos que lo siguen para rechazarlo todo.

Transido por esa misma polarización que hoy caracteriza a los Estados Unidos, el visto bueno de la Cámara al impeachment no solo ubica al presidente en una página incómoda de la Historia, sino también deja listo el escenario para el segundo capítulo del proceso en el Senado, donde se prevé ocurra lo mismo que en la Cámara –pero al revés.

Por otra parte, las matanzas siguen atravesadas en el cotidiano de los estadounidenses, con los inevitables sentimientos de duelo, inseguridad y frustración. 2019 se va con un récord: más matanzas que en cualquier otro año desde al menos la década del 70.  El rayo que no cesa, incluso durante las fiestas.

En política exterior, en particular hacia Venezuela y Cuba, el año ha marcado un punto de giro. En los decisores de política parece haber prendido la línea dura de los halcones que, de nuevo, ubica a la Isla como una suerte de variante tropical de ese “imperio del mal” con que la administración Reagan etiquetaba a la Unión Soviética. El bloqueo total a los activos de Venezuela en Estados Unidos y la activación del Título III de la Ley Helms-Burton constituyen apenas la punta del iceberg de ese proceso.

Algunos analistas señalaron que la salida de John Bolton como asesor de Seguridad Nacional tal vez anunciaba un momento de cambio y pragmatismo, pero esto no ocurrió. Otros duros de dentro y fuera del aparato burocrático siguieron moviendo los hilos con un presidente sometido a escrutinios y con una agenda inmigratoria que en muchos sentidos desafía valores y supuestos históricos, pero imprescindible para sus bases. La administración Trump ha derribado en efecto buena parte de las políticas hacia Cuba de Obama, movida que sin embargo hasta hoy ha dejado áreas incólumes.

Al cierre de 2019, Michal Kozak, secretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, le dijo a El Nuevo Herald: “Estén atentos, habrá más acciones enfocadas a restringir los ingresos”…

Economía

De acuerdo con expertos, a inicios de año la economía estadounidense comenzó con fortaleza, trayendo consigo los buenos resultados de la solidez del año anterior respecto al crecimiento del PIB, un bajo índice de desempleo y un respetable récord de confianza del consumidor.

Estos sostienen sin embargo que la economía se ha sobrestimulado debido a la reforma fiscal del año previo, lo cual podría haber dado algunas señales falsas. “Está claro que los recortes de impuestos de Donald Trump no han tenido ninguna incidencia estructural para que mejore esta economía”, dijo Gabriela Santos, de J.P. Morgan.

La tasa de desempleo se mantuvo estable en 3,7%, según cifras del Departamento de Trabajo. Su nivel más bajo en medio siglo.

Derechos reproductivos

En febrero de 2019 Arkansas aprobó la Ley 180. «Una ley para crear la Ley de protección de la vida humana de Arkansas; para abolir el aborto, proteger la vida de los niños no nacidos y otros fines». Dice textualmente: «el aborto en Arkansas está abolido» en el caso de que Roe vs. Wade se haya revertido y no haya excepciones por violación o incesto. La legislación también solicita a la Corte Suprema reconsiderar Roe vs. Wade, un fallo de 1973 que permite a las mujeres abortar dentro de ciertas condiciones.

Torpedeando a Roe vs. Wade: el aborto en Estados Unidos

La legislación de Arkansas estuvo precedida por una secuencia. En 2016 Louisiana aprobó la “Ley de Protección de la Vida Humana”. Ese estado ya tiene algunas de las leyes de acceso al aborto más restrictivas del país, pero en caso de que se anule Roe vs. Wade, el procedimiento será automáticamente ilegal. La “Ley de Protección de la Vida Humana” sostiene que «entraría en vigencia de inmediato» en caso de que la Corte Suprema «revierta, en todo o en parte, Roe vs. Wade restituyendo así al estado de Louisiana la autoridad para prohibir el aborto”. No establece excepciones en caso de violación o incesto.

En 2007, fue Mississippi. En el escenario de que la Corte Suprema anule Roe vs. Wade, el Fiscal General de ese estado tendría que certificar primero la decisión y que “es razonablemente probable que [la prohibición del aborto] sea confirmada por la Corte como constitucional”. La prohibición hace excepciones en caso de que la vida de la madre esté en peligro. Pero el Senado de Mississippi aprobó una propuesta de ley que prohibiría la mayoría de los abortos una vez que se detecte un latido fetal.

Matanzas

Según una base de datos compilada por The Associated Press, USA Today y la Universidad Northeastern, en 2019 hubo más matanzas que en cualquier otro año desde al menos la década del 70.

En total, hubo 41 matanzas, categoría que se aplica cuando cuatro o más personas mueren, excluyendo al agresor. De ellas, 33 fueron tiroteos. Más de 210 personas fueron asesinadas.

La mayoría de los asesinatos masivos apenas llegaron a ser noticia nacionalmente. No resonaron en la sociedad porque no ocurrieron en lugares públicos, como las masacres de El Paso y Odessa, ambas en Texas; en Dayton, Ohio; Virginia Beach, Virginia; y Jersey City, New Jersey.

La mayoría involucraron a personas que se conocían entre ellas: disputas familiares, violencia por drogas o pandillas, o personas con resentimientos contra colegas, amistades o parientes. En muchos casos, la causa del ataque sigue siendo un misterio.

2019 fue el año con más matanzas en la historia moderna de EEUU

El año cerró con dos sucesos violentos: el primero, un ataque a una celebración de Hanukkah en la casa de un rabino, en norte de la ciudad de Nueva York. Cinco personas fueron apuñaladas. El más reciente suceso en una serie crímenes de odio contra judíos en la región, incluyendo una masacre en una tienda kosher en New Jersey.

El segundo, un tiroteo en una iglesia cristiana en Texas, cerca de Fort Worth, que dejó al menos dos personas muertas y una gravemente herida.

El Informe Mueller

El 22 de marzo de 2019, el fiscal especial Robert Mueller concluyó su investigación al entregar su informe final al fiscal general de Estados Unidos, William Barr. Dos días después, este último presentó al Congreso un resumen de los hallazgos: “La investigación del Fiscal Especial no encontró que la campaña de Trump o cualquier persona asociada con ella conspirara o coordinara con Rusia en sus esfuerzos por influir en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos […]. Aunque este informe no concluye que el presidente cometió un delito de obstrucción, tampoco lo exonera”.

Concluida y entregada al Departamento de Justicia la investigación de Robert Mueller

El 29 de mayo de 2019 Mueller habló en público por primera vez. “El informe es mi testimonio”, dijo, indicando con ello que no tendría más nada que declarar. Sobre obstrucción de la justicia, expresó lo siguiente: “bajo una política de larga data del Departamento [de Justicia], un presidente no puede ser acusado de un delito mientras se encuentre en el cargo”. Repitió su conclusión en el sentido de no acusar ni exonerar al presidente, y agregó que cualquier posible irregularidad de un presidente debe abordarse mediante un “proceso que no sea el sistema de justicia penal”.

Sin embargo, en julio Mueller compareció ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. En su declaración de apertura, destacó tres puntos: la investigación encontró una intervención «radical y sistemática» de Rusia en las elecciones de 2016, no estableció una conspiración entre el Kremlin y la campaña de Trump, y su investigación sobre la obstrucción fue «de importancia crítica».

En una sala llena de tensiones, dijo que su testimonio podría afectar varias investigaciones en curso y que las reglas judiciales limitaban divulgar información para proteger la imparcialidad de los procedimientos. “Sería inapropiado comentar algo que de cualquier manera que pudiera afectar una investigación en curso”, aseguró en una audiencia que comenzó temprano en la mañana y terminó poco antes del mediodía.

Cohen y las tormentas de Trump

Por otra parte, el exabogado personal de Donald Trump, Michael Cohen, condenado a prisión por delitos fiscales y por dar falso testimonio ante el Congreso, testificó en febrero en una audiencia en la Cámara de Representantes y calificó al presidente de “racista, estafador y tramposo”.

El juicio político al presidente

En agosto, un informante anónimo de un organismo de inteligencia presentó una serie de alegaciones, incluida una afirmación de que funcionarios de la Casa Blanca habían estado “profundamente perturbados” por una llamada telefónica entre Trump y el presidente de Ucrania. En ella, Trump habría presionado a su homólogo para abrir una investigación sobre el ex vicepresidente y rival electoral Joe Biden. Según el “soplón”, la Casa Blanca se había involucrado en un encubrimiento.

Este fue el punto de partida para que la Cámara de Representantes aprobara iniciar una investigación sobre juicio político al presidente Donald Trump.

En diciembre, un Comité de la Cámara aprobó dos artículos de juicio político contra Trump. La votación se produjo después que los legisladores pasaron más de quince horas debatiendo la acusación el día anterior.

Luego vino la votación en el pleno. Los cargos –abuso de poder y obstrucción al Congreso– fueron respaldados/rechazados por líneas partidistas, con los demócratas a favor y los republicanos en contra. Trump se convirtió así en el tercer presidente en recibir la luz verde para el juicio político, mancha que se considera imborrable para su mandato.

Fue una jornada caracterizada por altos niveles emocionales y confrontaciones álgidas. «El sonido de la furia», dijo un legislador.

La OTAN

En diciembre, durante el 70 aniversario de la OTAN, Trump calificó a un mandatario de “hipócrita” y a otro de “repugnante”.

Trump ataca a Macron por declaraciones sobre la OTAN

Los altercados de Trump con el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el presidente francés Emmanuel Macron sacaron a flote las divisiones en la alianza en torno al gasto de defensa y las relaciones con Turquía, así como las actitudes excéntricas del mandatario estadounidense en el escenario mundial.

El presidente Trump canceló una conferencia de prensa  prevista para después del cierre de la cumbre de la OTAN y del inicio de la primera audiencia de la Comisión Judicial de la Cámara sobre el juicio político. Dijo que canceló la conferencia porque ya había tenido muchos encuentros con la prensa.

Inmigración

En medio de negociaciones y amenazas arancelarias de la Casa Blanca a México, la crisis migratoria pasó a un primer plano. En mayo, Estados Unidos dio a conocer que las cifras de detenidos en la frontera sur habían alcanzado un nuevo récord. “Tenemos una crisis en nuestra frontera sur. El presidente Trump ha dejado claro que México debe hacer más”, dijo el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.

La primera mitad de 2019 resultó crítica. Ambos gobiernos intentaron frenar el paso de inmigrantes–principalmente de centroamericanos– con medidas que, de hecho, implicaron un endurecimiento. Tras los 45 días de plazo que tenía el ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador para reducir el flujo, las detenciones y deportaciones en suelo mexicano experimentaron sustantivos aumentos. “Con el canciller [Marcelo] Ebrard hablamos de los avances que hemos hecho”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo. “Ellos han dado pasos muy importantes”, insistió.

EEUU reafirma que nadie que esté en la frontera con México podrá ingresar al país

En cuanto a cubanos, según cifras del Departamento de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en 2019 unos 1.179 fueron deportados a la Isla. Esta cifra representa más del doble del año pasado, cuando las deportaciones alcanzaron 463 y en el 2017 fueron apenas 160. En los últimos dos años registraron un incremento de 600%.

“Es obvio que la administración Trump está considerando a los cubanos como inmigrantes sin condiciones especiales y está aplicando a rajatabla su política de deportaciones”, afirmó a OnCuba el abogado Adolfo González.

Venezuela

Como parte de una espiral ascendente contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la administración Trump impuso un bloqueo total a los activos de Venezuela en Estados Unidos. La medida, que además prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el gobierno venezolano, entró en vigor de inmediato. Es la primera de su tipo en el hemisferio occidental en más de tres décadas, luego de una congelación de activos contra el gobierno del general Manuel Noriega, en Panamá, y un embargo comercial al liderazgo sandinista en Nicaragua en la década de los 80.

Cuba

En abril el secretario de Estado Mike Pompeo anunció que el presidente Trump no suspendería por ningún período adicional de tiempo el Título III de la Ley de Libertad Cubana y Solidaridad Democrática, más conocida como Ley Helms-Burton. Este permite a los ciudadanos estadounidenses cuyas propiedades fueron nacionalizadas en los años 60 demandar en los tribunales a cualquier persona -al margen de su nacionalidad– que «trafique» a sabiendas e intencionalmente con esas propiedades, e incluye a aquellos ciudadanos cubanos interesados, que fueron nacionalizados estadounidenses después de los años 60.

El Título III de Helms-Burton: ¿abriendo las puertas de la inundación?

Al mes siguiente activaron el Título III. A partir de 1996, en que fue firmada por Bill Clinton, las sucesivas administraciones habían pospuesto cada seis meses su aplicación tras un acuerdo con varios socios comerciales con inversiones en la Isla, en particular de la Unión Europea y Canadá.

El Departamento del Tesoro anunció la política de no permitir viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano, más conocidos como people-to-people, y otras medidas relacionadas con los servicios de viaje y transporte, remesas, banca, negocios de comercio y telecomunicaciones. “Estas acciones ayudarán a mantener a los dólares estadounidenses fuera del alcance de los militares y los servicios de inteligencia y de seguridad  cubanos”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

El 5 de junio partió de La Habana el último crucero de Estados Unidos, terminando así con un breve boom. Llegaron a operar 17 compañías y 27 buques. Según John Kavulich, presidente del U.S.-Cuba Trade and Economic Council, los cruceros aportaron al gobierno cubano entre $63 millones y $107 millones, una ínfima parte de los $2,500 millones en ingresos que reportó el Ministerio de Turismo ese año.

El 6 de septiembre el Departamento del Tesoro modificó el Reglamento de Control de Activos de Cuba para imponer nuevas sanciones. “A través de estas enmiendas regulatorias, el Tesoro está negando el acceso de Cuba a las divisas y estamos frenando el mal comportamiento del gobierno cubano mientras continuamos apoyando al pueblo de Cuba que tanto sufre”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Las nuevas sanciones aumentaron las restricciones para el envío de remesas y para transacciones bancarias. Estados Unidos impuso un límite de mil dólares por trimestre en el envío de remesas familiares. También prohibió el envío de remesas a familiares cercanos de funcionarios cubanos y miembros del Partido Comunista.

El gobierno de Estados Unidos restringe el envio de remesas a Cuba

Asimismo, impusieron restricciones a las transacciones U-turn, que consisten en transferencias de fondos llevadas a cabo mediante un banco estadounidense, pero que no se originan ni tienen como destino a ese país, y en las que ni el emisor ni el receptor están sujetos a la jurisdicción estadounidense. Con la nueva regla, la Casa Blanca pone fin a un permiso previo autorizando estos movimientos.

En octubre, el gobierno anunció la suspensión de los vuelos de aerolíneas comerciales al interior de la isla. A partir del 10 de diciembre, solo estarían autorizadas a aterrizar en La Habana. Ello significó la suspensión de vuelos a otros diez aeropuertos a lo largo de la Isla. La prohibición de vuelos al interior no se aplica a los vuelos chárter.

EEUU suspenderá vuelos a Cuba, menos a La Habana

Coincidiendo con la celebración del 500 aniversario de La Habana, Estados Unidos añadió cinco hoteles a su lista de empresas con las que los estadounidenses tienen prohibido negociar. En un comunicado emitido un día antes de ese aniversario, el Departamento de Estado informó que estos cambios entrarían en vigor el 19 de noviembre.

Las nuevas restricciones de viaje a Cuba repercutieron negativamente sobre el sector turístico. En septiembre de 2018 viajaron a la Isla 51.776 estadounidenses, en el mismo mes del 2019 solo lo hicieron 13.094, para una disminución del 74,7%. De enero a septiembre de este año los visitantes estadounidenses disminuyeron un 5,2 %, pasando de 460.288 a 436.453.

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