Exalcalde de Nueva York dona cien millones de dólares para la campaña demócrata en Florida

Dentro de los demócratas muchos creen que Joe Biden necesita mover el tablero porque no ha llegado al fondo del electorado hispano.

El exalcalde de Nueva York, Mike Blomberg (al centro) durante una reunión con el estado mayor de su campaña en Miami. Foto: Helena Poleo.

Una semana después de que el millonario de origen húngaro George Soros destinara 50 millones de dólares para la campaña presidencial demócrata, otro millonario, excandidato demócrata y antiguo alcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, metió mano en sus bolsillos, subió la parada y está entregando cien millones para derrotar al presidente Donald Trump en Florida, a solo siete semanas de los comicios.

“La votación comienza el 27 de septiembre en Florida, por lo tanto necesitamos inyectar un capital real en ese estado, es una necesidad apremiante”, dijo Kevin Sheekey, un asesor de Bloomberg, al diario The Washington Post. “Mike piensa que invertir en Florida permitirá usar otros recursos de la campaña en otras áreas como Pensilvania, por ejemplo”.

Este gesto audaz no tiene precedentes en un solo estado, pero nadie puede asegurar que tenga influencia, al menos en el sur de la península. Una encuesta reciente arroja una victoria republicana en esa zona en los distritos de cubanos, aunque en el resto del sur de Florida la victoria demócrata es una fuerte posibilidad con el voto de los hispanos/latinos, que mayoritariamente se inclinan hacia ellos, indican otros sondeos.

Durante las últimas semanas han aparecido voces descontentas dentro del Partido Demócrata diciendo que el exvicepresidente Joe Biden no logra cautivar sólidamente al electorado hispano. El viernes, la senadora y candidata a vicepresidenta Kamala Harris estuvo en Miami, y este martes Biden se ha presentado en el estratégico corredor de la carretera interestatal I-4, la zona dura del voto hispano, para intentar elevar la moral y solidificar su voto entre estos.

Dos de sus exrivales presidenciales, Bernie Sanders y Julián Castro, han manifestado públicamente sus temores en el sentido de que Biden esté dejando que la carrera se le escape de las manos, en gran medida debido al insuficiente cortejo de los votantes latinos/hispanos. Como decir uno de cada cinco de los votantes del estado.

Ese miedo, por otro lado, no se limita al llamado estado del Sol, sino se extiende a Arizona, Colorado y Texas, todos con importantes poblaciones hispanas/latinas que Biden necesita para ganar.

El exlcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, durante un mitin de su campaña en Miami. Foto: Helena Poleo.

Según un sondeo del Centro Pew, que suele tomarle el pulso a los hispanos, se estima que 32 millones podrían ser elegibles para votar este año. El noviazgo de Biden con este bloque crucial parece estarse quedando corto, en parte porque algunos líderes hispanos temen que Biden lo dé por sentado, y que a ellos no les esté prestando mucha atención. O, al menos, la atención debida en una contienda como la actual, en la que los republicanos han presentado una agenda sumamente criticada, pero vendible debido a algunos aciertos.

Los cien millones se manejarían mediante el súper PAC de Bloomberg, Independence USA, así como de otros grupos de tendencia demócrata que ya trabajan en temas/problemas como la participación de los votantes, el derecho al voto y la divulgación en los medios en español.

Bloomberg y los hispanos

Los cien millones de Bloomberg son una oferta extraordinaria, pero con un percance particular. El exalcalde de Nueva York no es muy popular entre los hispanos.

En ambientes latinos de la Gran Manzana le dicen “El Bloombito” por la forma como intenta hablar español. Tampoco lo aprecian mucho porque consideran que durante su década en la alcaldía no favoreció significativamente a la población latina.

En Florida, los asesores de Bloomberg dijeron que su iniciativa puede tener un impacto más difícil de alcanzar que el pobre Spanglish de Bloomberg, ya que la política de ese estado es muy propia, una complicada mezcla de culturas que no puede abordarse como un monolito.

El estado alberga a cubanos de mentalidad conservadora, miembros más liberales de la comunidad latina y una brecha generacional que divide los hogares. Además, la dinámica dentro de la comunidad está cambiando: la afluencia de puertorriqueños después del huracán María giró el voto del estado de maneras inesperadas, como lo demuestra la victoria del senador republicano Rick Scott en 2018, atípica en los círculos puertorriqueños, inclinados siempre hacia los demócratas.

Algunos electores hispanos/latinos están escuchando los esfuerzos de los republicanos para calificar a los demócratas de socialistas, como se evidencia en un reportaje de la cadena Telemundo sobre la visita de Kamala Harris a Miami la semana pasada. Una manifestante proTrump afirmó que la candidata demócrata “representa el comunismo y el socialismo”.

Florida resulta crucial para una victoria de Trump, pero para regresar a la Casa Blanca Biden, de momento, no necesita del estado, especialmente en un momento cuando la economía es una preocupación menor para los votantes comparada con la pandemia, el estilo de liderazgo, la capacidad de compasión y las heridas raciales, en opinión de la revista Time.

Como se vio en el sondeo de Pew, en Florida Biden está más fuerte de lo que lo estuvieron Hillary Clinton o Barack Obama en sus tiempos entre las personas mayores y los electores blancos, pero está rezagado entre hispanos/latinos.

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