Extrema derecha irrumpe en el parlamento español

Vox pasó de cero a 24 bancas en cinco años.

Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox, hace una señal con el dedo tras pronunciar un discurso ante sus seguidores luego de las elecciones generales, en el centro de Madrid, el 28 de abril de 2019. Foto: Manu Fernández / AP.

Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox, hace una señal con el dedo tras pronunciar un discurso ante sus seguidores luego de las elecciones generales, en el centro de Madrid, el 28 de abril de 2019. Foto: Manu Fernández / AP.

De cero a 24 bancas en cinco años. La extrema derecha festejó este domingo con una lluvia de confeti verde su entrada en el Congreso de los Diputados de España por primera vez desde la década de 1980.

En las elecciones generales –las terceras en cuatro años, ganadas esta vez por los socialistas–, Vox alcanzó su mejor resultado hasta la fecha: 24 diputados, que lo convierten en la quinta fuerza más votada en el país.

Fundada a finales de 2013, la agrupación logró 12 escaños en el parlamento de Andalucía, una región del sur del país, durante su primera gran campaña electoral en diciembre de 2018, lo que le valió un senador designado por esa cámara. Hasta entonces, su participación en la política nacional era residual: en las generales de junio de 2016 obtuvo 47,182 votos, el equivalente al 0,2% del electorado.

La situación fue muy diferente esta vez. El partido ultranacionalista recibió el respaldo de más de 2,6 millones de españoles, el 10,2% de las boletas emitidas.

“Yo esperaba un mejor resultado, pero estoy muy contenta porque es la primera vez que mis principios y valores se van a oír en el Congreso, la primera vez en mi vida”, señaló Marta De Alfonso, una farmacéutica de 52 años de Madrid que, hasta ahora, había votado siempre por el Partido Popular, el gran perdedor de la jornada electoral.

Entre cánticos de “¡España, unida, jamás será vencida!”, su presidente y candidato, Santiago Abascal, señaló: “Os dijimos que iniciábamos una reconquista, y eso es justo lo que hemos hecho. Os dijimos que Vox estaba aquí para quedarse”.

En su discurso, Abascal, un exmilitante del PP procedente de una familia amenazada por el ahora desaparecido grupo armado ETA en su País Vasco natal, aludió a la defensa de la unidad de España, uno de los pilares de su programa.

Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox (segundo por la derecha en la pantalla de video), se dirige a sus seguidores tras las elecciones generales, en Madrid, el 28 de abril de 2019. Foto: Manu Fernández / AP.
Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox (segundo por la derecha en la pantalla de video), se dirige a sus seguidores tras las elecciones generales, en Madrid, el 28 de abril de 2019. Foto: Manu Fernández / AP.

“Venimos y estamos con España, que es nuestra patria, la herencia de nuestros padres y el futuro de nuestros hijos, y eso no va a cambiar nunca”, agregó. “Bienvenidos a la resistencia”.

Impulsado por la crisis en Cataluña, Vox saltó a la primera plana del panorama político nacional con los comicios regionales de Andalucía, donde es un apoyo clave a la coalición de gobierno formada por el Partido Popular y Ciudadanos.

“Estoy contento porque finalmente veo los intereses de dos millones de españoles representados, pero la verdad es que esperaba más representación”, apuntó Manuel de la Puerta, un estudiante andaluz de 19 años que reside en Madrid.

El resultado de los comicios generales consolida la fragmentación de la política española, que comenzó en los europeos de 2014 con el surgimiento de Ciudadanos y Podemos, acabando con décadas de bipartidismo entre el Partido Popular y el Partido Socialista.

Además de un programa electoral basado en la unidad territorial y lingüística del país y en el respeto a los símbolos nacionales, entre las propuestas de Abascal está revisar la estricta normativa para la posesión de armas en el país. La formación hizo campaña en base a la defensa de España de lo que consideran como amenazas: el separatismo, la inmigración musulmana, el feminismo y los progresistas.

En esta imagen, tomada el 6 de abril de 2019, seguidores de la formación de ultraderecha Vox ondean banderas de España durante un acto del partido en Leganés, a las afueras de Madrid, España. Foto: Bernat Armangue / AP.
En esta imagen, tomada el 6 de abril de 2019, seguidores de la formación de ultraderecha Vox ondean banderas de España durante un acto del partido en Leganés, a las afueras de Madrid, España. Foto: Bernat Armangue / AP.

La entrada de Vox en el Parlamento redefinió el reparto de fuerzas en la derecha española. El otrora dominante PP, que fue el más votado en 2016, sufrió una contundente pérdida de respaldos, pasando a 66 escaños desde los 137 de la última legislatura.

“Soy una persona que no elude la responsabilidad”, afirmó su candidato Pablo Casado. “El resultado ha sido muy malo; al PP le gusta ganar y le gusta ganar siempre, y es verdad que llevamos varias elecciones perdiendo nuestro apoyo electoral”.

“Nos vamos a poner a trabajar desde ahora con la máxima ilusión y la máxima responsabilidad de recuperar este apoyo”, agregó.

El resultado, sin embargo, estuvo en línea con lo anticipado por las encuestas más conservadoras previas a los comicios, situándose en línea con lo que podría obtener una formación de extrema derecha en Portugal o Alemania.

“Entra dentro de lo razonable. Lo que no tenía sentido era la pretensión de apartar al Partido Popular o un resultado más abultado”, apuntó Cristina Ares, experta en política de la Universidad de Santiago de Compostela.

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