¿Debe Cuba promover la introducción de organismos genéticamente modificados en la agricultura?

"Los rendimientos de las variedades más importantes de cultivos modificados genéticamente son inferiores o, en el mejor de los casos, iguales a los rendimientos de las variedades tradicionales"

Hace unos días la prensa nacional publicaba la noticia de la aprobación en Cuba de las normas para desarrollar los trabajos asociados a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y su utilización en la producción de agroalimentos. Sin dudas, tener normas que permitan regular la investigación y el uso de estos organismos es saludable para el presente y el futuro de nuestro país.

Según la Organización Mundial de la Salud “los organismos genéticamente modificados se pueden definir como organismos (plantas, animales o microorganismos) en los que el material genético (ADN) se ha alterado de una manera que no ocurre naturalmente por el apareamiento y/o la recombinación natural. La tecnología puede denominarse: «biotecnología moderna» o «tecnología genética», a veces también «tecnología de ADN recombinante» o «ingeniería genética». Permite la transferencia de genes individuales seleccionados de un organismo a otro, también entre especies no relacionadas. Los alimentos producidos a partir de organismos GM o que se usan a menudo se denominan alimentos GM.

Los científicos cubanos Fernando R. Funes-Monzote y Eduardo Freyre Roach en su libro “Transgénicos, ¿qué se pierde? ¿qué se gana?” lo definen así:

Un OMG es un organismo al que le ha sido manipulada su información genética en laboratorios, de forma deliberada, con el fin de conferirle una o más características específicas que lo hacen comportarse de manera diferente a organismos de su misma familia, género o especie. Pueden ser considerados como «nuevos organismos» que entran a ser parte de los seres vivos que cohabitamos sobre el planeta. Este hecho ha generado no pocas preocupaciones éticas en cuanto a su comportamiento y regulación biótica.

Sobre la aplicación de estos OGM en la agricultura, sus ventajas y, sobre todo, sus peligros, se ha escrito muchísimo.1 En Cuba las opiniones están divididas, como en buena parte del mundo, entre quienes están a favor o en contra.

Resumo a continuación una parte de la historia de los transgénicos en Cuba publicada en el libro anteriormente citado:

* En la fecha de publicación del texto citado mas arriba no se disponía de ningún informe público sobre sus resultados.

Del 2009 a la actualidad es casi seguro que mucho más se ha hecho en esta materia, pero no tengo esa otra parte de la historia.

Cuba abre la puerta a cultivos transgénicos en medio de la crisis alimentaria

¿Una revolución en los rendimientos?

Sucesivos reportes confirman que los rendimientos de las variedades más importantes de cultivos modificados genéticamente son inferiores o, en el mejor de los casos, iguales a los rendimientos de las variedades tradicionales. Varios estudios realizados entre 1999 y 2007 revelan sin lugar a duda, que los rendimientos de soya decrecieron entre un 4 y un 12% en comparación con la soya no modificada genéticamente, mientras los rendimientos de maíz Bt fueron hasta un 12% inferiores a los de las isolíneas convencionales.

En la India se han registrado hasta un 100% de fracasos en cultivos de algodón Bt.21. Recientes investigaciones de la Universidad de Kansas muestran apenas un 10% de rendimiento promedio para la soya Roundup Ready,22 que además demanda fertilización del suelo con manganesio. Científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) descubrieron

en la Universidad de Georgia que cultivar maíz modificado genéticamente en ese país puede derivar en una caída de los ingresos de hasta un 40%.23.2

Sin embargo, es cierto que en el mundo actual, una parte decisiva de las materias primas que se utilizan para la producción de los piensos para cerdos, aves y ganado bovino es producida a partir de materias primas (maíz y soya genéticamente modificadas) y, por lo tanto, también es cierto que, de alguna manera, los cubanos y casi toda la población mundial hoy, se han convertido en un gran laboratorio de prueba para esos dos grandes monstruos productores de ¿alimentos? Monsanto y Bayer3, mismos que han desplazado sus sistemas de producción hacia muchos países del tercer mundo ante las restricciones en los países desarrollados para utilizar OGM y su paquete tecnológico acompañante con su producto estrella: el glifosato4, de triste recuerdo para los vietnamitas5.

El glifosato es una mezcla al 50 por ciento de dos herbicidas con grupos fenoxi: el 2.4-D (ácido 2,4-diclorodifenoxiacético) y el 2,4,5-T (ácido 2,4,5-triclorofenoxiacético). Estos productos químicos eran muy utilizados en el sector agrícola de EEUU. Aunque los dos herbicidas se degradan con bastante rapidez, la dioxina es un compuesto altamente persistente que puede permanecer en el ambiente durante décadas y causar cáncer y otros problemas de salud.

Para Monsanto6 y Bayer el objetivo principal no es producir alimentos, al final el maíz y la soya GM solo son un medio para incrementar sus ganancias, propósito esencial de la compañía cuya preocupación con la nutrición mundial es muy dudosa.

Es también cierto que los cubanos llevamos ya al menos una década comiendo pollo alimentado con OGM y todavía estamos aquí, caminando sobre esta tierra, sin que aparentemente algo terrible nos haya pasado, más allá de la propia desaparición del pollo GM o no. No conozco exista ninguna investigación documentada que examine la relación entre el crecimiento de algunas enfermedades y el incremento del consumo de alimentos GM en Cuba.

Al presentar el decreto ley el viceministro Armando Rodríguez Batista dijo: “Lo esencial es incorporar el uso ordenado y controlado de los organismos genéticamente modificados (OGM) en los programas de desarrollo agrícola como una alternativa para desarrollar la productividad, coherente con una agricultura sostenible y la soberanía alimentaria, sobre la base de la investigación autóctona”.

El nuevo decreto ley dispone:

Según el viceministro de CITMA: “Cuba busca emplear esa tecnología con fines de desarrollo sostenible y no con las prácticas que en otros contextos han tenido un impacto ambiental. Cuba puede aprovechar la capacidad de producción y tecnológica que tiene, pero hacerlo con un enfoque ambientalmente sostenible”.

Lograr una sinergia positiva entre el uso de transgénicos en la agricultura y la sostenibilidad agrícola y ambiental es de hecho una meta muy alta que de lograrla será una innovación relevante a escala mundial. ¿Acaso será posible en Cuba cambiar el paradigma tecnológico que acompaña el cultivo transgénico a escala mundial? ¿Es que lograremos semillas que no requieran el uso masivo de glifosato o de glufosinato de aminio? Entonces ¿cómo es posible pensar que el uso de transgénicos en la agricultura cubana pueda ser compatible con la soberanía alimentaria, la sostenibilidad ambiental, la calidad nutricional, y los sistema locales de producción de alimentos?

Del surco a la mesa: quitar trabas y trabadores de la producción de alimentos en Cuba

La agricultura cubana, esa que debe proveernos de productos frescos y sanos del agro para nuestro consumo y producir materias primas para que la industria alimentaria nacional nos provea de otros productos, buenos y sanos tiene varias “características”:

Análisis sobre la estrategia económico-social aprobada por el Gobierno cubano (II)

Las reformas que el gobierno cubano ha anunciado recientemente deben, en un plazo de tiempo razonable, impulsar el cambio de estas características con los consecuentes beneficios en términos de rendimiento, productividad y producción, ¿hace falta entonces emplear los OGM en la agricultura cubana?

Los rendimientos de las variedades cubanas de maíz y los híbridos (no GM) obtenidos por las instituciones científicas durante los últimos cuarenta años, han mostrado que se pueden lograr en condiciones de producción entre 4 y 6 t/ha.10

Recientemente en una reunión sostenida con científicos expertos en temas asociados a la soberanía alimentaria se resaltaba la importancia de los bioproductos, algo bien alejado de los OGM.

Que la ciencia cubana debe investigar sobre este tema, seguir las tendencias y documentar todo lo posible a los decisores, es incuestionable, sin embargo, creo que existe una distancia que debe ser conservada entre lo anterior y promover la utilización de tecnologías de OGM como un camino para elevar los rendimientos y la producción agropecuaria en Cuba, cuando existen otras vías que generan mucha menos incertidumbre sobre la salud humana y la biodiversidad en nuestro país y que están muy lejos de haber agotado sus fronteras tecnológicas. 

***

Notas:

1 Cultivos transgénicos: ¿a qué riesgos nos exponemos? Fryre E. Y Chang M.

Transgénicos. ¿qué se gana? ¿qué se pierde? Textos para un debate en Cuba, Fernando R. Funes- Monzote y Eduardo Freyre Roach, Publicaciones Acuario, 2009.

2 Mae-Wan Ho. Confirmado: la modificación genética es peligrosa e inútil / 228- 229. En “Transgénicos. ¿qué se gana? ¿qué se pierde? Textos para un debate en Cuba, Fernando R. Funes- Monzote y Eduardo Freyre Roach, Publicaciones Acuario, 2009.

3El gobierno de Alemania por ejemplo prohibió a Bayer la producción de OGM en territorio alemán.

4 El marzo de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al glifosato como “Probable carcinógeno para humanos” basándose en numerosos estudios científicos relacionando al glifosato con una variedad de cánceres, incluyendo linfoma no hodgkiniano, cánceres renales, cánceres de piel y de páncreas. El CIIC inicialmente publicó su conclusión en el Periódico Lancet Oncology Journal, el periódico científico líder en estudios de cáncer de todo el mundo. https://consumidoresorganicos.org/wp-content/uploads/2017/07/FICHA-TE%CC%81CNICA-DEL-GLIFOSATO.pdf

5 Componente principal del agente naranja utilizado por Estados Unidos para desfoliar los bosques vietnamitas y causante del nacimiento de miles de niños con deformaciones de diferente tipo.

6 Monsanto fue uno de los principales suministradores de los 76 millones de litros de herbicida con que se roció Vietnam desde 1961 a 1972. Bajo el proyecto militar cuyo código secreto era Operación Ranch Hand, las Fuerzas Aéreas estadounidenses fumigaron alrededor de 2,5 millones de hectáreas de los bosques del sur de Vietnam y de los campos de cultivo para acabar con las cosechas. Cuando no se aplicaba a los cultivos, el herbicida se utilizaba para abrir grandes pasillos en la jungla, impidiendo cualquier escondite a las fuerzas del Vietcong, especialmente a lo largo de las vías de comunicación, y a dificultar las emboscadas.

7 Esto quiere decir que usando la dotación de recursos que tiene, pudiera obtener mayores resultados si lo hiciera bien.

8 Esa misma papa por métodos agroecológicos logra producir hasta 22 toneladas por hectárea, con cero químicos.

9 Algo que comenzará a resolverse cuando se cree el ya anunciado Banco de Fomento Agropecuario

10 “Divergencia de enfoques entre agroecología y transgénicos”, Fernando R. Funes-Monzote .

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