Diario de la peste: Tócame y quedarás curado. Tócame y enfermarás

El escritor portugués Gonçalo M. Tavares, considerado uno de los más destacados en lengua portuguesa registra en su estilo y mirada los acontecimientos de esta pandemia.

Jean-Claude Van Heule (izq) conversa con su hermano Omer Van Heule, quien está montado en una grúa, en la residencia para ancianos La Cambre de Watermael-Boitsfort, Bélgica, el 9 de mayo del 2020. Una empresa de limpieza y mantenimiento ofrece sus grúas para facilitar los encuentros con gente confinada por el coronavirus. Foto: Virginia Mayo/ AP

Pintar de blanco la acelerada superficie de un día

16 de mayo de 2020

Día de sol; recobrar ánimo, humor, abrir los brazos, despegar la barbilla del tronco.

Pintar el diario como un muro; del mismo blanco.

Pintar de blanco la acelerada superficie de un día.

Ayer, demasiado down: mareos y tedio.

Mareos, tedio y cefaleas; “cefaleas”, que parece un nombre de perversas diosas griegas.

Martillean despacio en la cabeza como si no quisieran derribarla.

El puro placer de seguir golpeando.

¿Cuántas son las diosas griegas cefaleas que golpean la puerta con insistencia, la puerta de quien no las ha llamado?

Reinicia la liga de futbol en Alemania.

El primer partido desde hace meses en Europa.

  1. Dortmund – Schalke 04.

Resultado: 4-0. Uno, dos, tres, cuatro.

Los jugadores levantan los brazos, pero no se acercan unos a otros.

Espacio, se necesita espacio.

En 2013, el poeta Kenneth Goldsmith convocó a imprimir la totalidad del Internet.

Printing out Internet, el proyecto.

Transformar todo lo que es inmaterial en materia concreta que ocupa espacio.

Otra invasión del territorio, pienso.

Abro los brazos. Es el vacío lo que permite abrir los brazos, eso es evidente.

Pesadilla: el día en que el Internet exija ocupar espacio e imprimirse.

Todo el aire repleto de información, convirtiéndose en una cosa insistente, sólida y concreta.

Que no haya espacio para los humanos porque todo el Internet se imprimió.

4-0, el partido.

La alegría ahora es vertical, y no horizontal.

Cada cual festeja en su cuadrado, de abajo hacia arriba.

Ahora sólo el cielo o el simple aire que está cerca es nuestro compañero de equipo.

La fiesta se vuelve individual, casi egoísta.

Ni un roce tímido de dedos, como en la Capilla Sixtina.

Ni brutalidad ni delicadeza.

El aire existe entre dos humanos que festejan, y ese vacío es para mantenerlo.

Sé alegre, por favor a un metro de mí como mínimo.

Se acabó la alegría de grupo.

Ha empezado un corte de caja de abarrotería de las simples alegrías individuales.

En el futbol, once alegrías sumadas.

En las otras fiestas, ya veremos.

Los locos siguen en las calles y se multiplican.

Un loco en Francia, cerca de Lille, quiere vender un cruce peatonal.

No acepta que nadie pase por allí, porque él es el dueño.

Hizo un gobierno e invita a las personas que circulan por la calle a ser sus ministros.

A una amiga mía la eligió como Ministra de Economía y Cruces Peatonales.

Ella aceptó y me mandó un mensaje diciéndome que estaba contenta.

En la banca, jugadores suplentes a dos metros de separación unos de otros, recogepelotas con cubrebocas.

El balón, desinfectado. Los mismos cuidados con que se toca el oro o la granada peligrosa.

Por lo demás, casi todo igual, a no ser lo que no se ve.

Parece una farsa, una vida paralela a la anterior.

Dos rectas paralelas que tal vez se encuentren dentro de año y medio, quién sabe.

Una familia en cada casa, historias que ese escuchan; pesadilla y levitación.

Szymborska:

“Mujer, ¿cómo te llamas? —No sé.

¿Cuándo naciste? ¿de dónde eres? —No sé.

¿Por qué cavaste esta madriguera? —No sé.

¿Desde cuándo te escondes? —No sé.

¿Por qué mordiste el dedo cordial? —No sé.

¿Sabes que no te vamos a hacer nada? —No sé.

¿A favor de quién estás? —No sé.

Estamos en guerra, tienes que elegir. —No sé.

¿Existe todavía tu aldea? –No sé.

¿Esos son tus hijos? —Sí.”1

Hoy, el sol limpia lo que puede, y el sol puede mucho, claro, pero no todo.

1 Traducción al español de Gerardo Beltrán.

Jimena Aballe dirige a sus vecinos mientras desinfectan sus propias calles para evitar más contagios por coronavirus en la barriada Villa 31 en Buenos Aires, Argentina. Foto: Natacha Pisarenko/ AP

Niños acompañados por un hombre juegan en un parque público, mientras escuelas infantiles y primarias siguen cerradas por la restricciones contra el nuevo coronavirus en Beijing, el lunes 11 de mayo de 2020. Foto: Andy Wong/ AP

¿Cuánto tiempo permanece el mal en una superficie?

17 de mayo de 2020

Dura ocho minutos en el aire.

Permanece unos días en el metal, otros tantos en la ropa, el piso, la madera. Y en los alimentos.

Plazos difíciles de memorizar. Son demasiados y distintos.

Dos acciones de resistencia. Es necesario o esperar o limpiar.

¿Cuánto tiempo permanece el mal en una superficie?

Pensar en el mal que se elimina limpiando.

Pese a todo, es un mal más o menos manso.

Un mal que espera, no ataca.

Ayer, en Alemania, manifestaciones a favor del desconfinamiento total.

Múnich, Berlín y Stuttgart.

En Stuttgart, cinco mil personas. En Múnich, mil personas a sana distancia.

Resistance 2020, un grupo que cuestiona las estadísticas alemanas de la epidemia de covid-19.

Otro grupo, Compact, se asume como “una espada afilada contra la propaganda imperial”.

“Todas las personas son iguales, Madame.” Lydia Davis.

No todas las personas son iguales, Madame.

Marie Curie murió en 1934 por efectos de la radiación.

Los objetos de Marie Curie aún están contaminados.

Muebles, ropa, libros, cuadernos, pequeños objetos de uso práctico.

Un libro radiactivo, un libro peligroso.

Ella descubrió el polonio —Polonia, claro— y el radio.

La sustancia que está en sus objetos es radio 226.

Puede mantenerse activo y malévolo durante 1,600 años.

Falta mucho para que tengamos acceso a los objetos sin protección especial.

Cortázar: “soy de los que salen de noche sin propósito fijo”.

Imagino a uno de los seres humanos de cada casa saliendo sin propósito fijo.

Y dejando a los otros en la ventana.

Muchas casas cortadas a la mitad; uno que quiere salir, el otro quedarse.

Trump dice que está evaluando “reanudar la contribución a la OMS”.

“¿Cuándo usar cubrebocas? ¿Cuándo quitarse los anillos? La Dirección General de Salud presenta un manual con medidas para todos.”

Marie Curie está sepultada en un ataúd revestido de 2.5 cm. de plomo.

Junto con su marido. Los dos a una distancia mínima, más los 2.5 cm. de plomo.

Rilke: “Sólo tú me haces solo”.

Encontrar a la única persona que tiene nuestra soledad.

Proyecto para los tiempos que faltan.

Marie Curie nació en Varsovia.

La semana pasada, en Varsovia, reprendieron a un violinista por tocar en la calle.

Los músicos tocan una, dos notas y huyen.

“Hay mucha depresión en las calles de Italia. La pandemia fue una forma de violencia psicológica.”

¿Cuánto tiempo permanece el mal en un cuerpo?

¿Y en el espacio?

Los relojes asumen minutos uniformes y falsos.

Un cronómetro para contar el tiempo que el mal dura en un cuerpo, en un objeto o en un lugar. Un cronómetro negro.

En Brasil, pánico y alboroto.

Autos en la calle exigiendo la apertura de todo; cuerpos detenidos en definitiva, sin fuerza para nada.

“Aun así, decidí seguir viviendo un poco más”, dice un personaje de Lydia Davis, “por lo menos mientras dure la noche”.

En Brasil, la noche dura. La mañana aparece y la noche no pasa.

En Detroit, dicen que en dos meses se destruyó una década de recuperación.

En Las Vegas, la economía está KO.

Rilke.

“¿Qué es Roma?

Se desmorona.

¿Qué es el Mundo?

Se despedaza.”

La gete espera en el frío para recibir noticias de familiares sospechosos de haber contraído el nuevo coronavirus afuera del Hospital General de México en Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell/ AP

Empleados del Centro Federal de Operaciones de Rescate ante Riesgos Especiales de Rusia desinfectan una plantaforma del tren en la estación Leningradsky, en Moscú. Foto: Pavel Golovkin/ AP

Tócame y quedarás curado. Tócame y enfermarás

18 de mayo de 2020

Intempestiva, Roma; Jeri, melancólica.

Aquí va un adjetivo pegado a un cuerpo desde el día primero hasta el último.

Una injusticia para los vivos que quieren más que un nombre.

Como el virus. Por lo menos 198 mutaciones en la vida promedio de un ciudadano vivo.

La NASA divulgó imágenes de la superficie de Marte.

Cráteres, valles, formaciones rocosas.

La piedra puede ser bella cuando los ojos no están ansiosos.

Cámara de alta definición.

Todos los paisajes sin humanos están antes o después.

Sólo hay presente cuando hay presencia humana.

Nombre número 6 del virus: aura negra en torno de las cosas.

El número diario de muertos en Italia continúa en descenso. Menos de 100.

Mareos, mareos; dolores de cabeza y mareos.

David Bowie dice que hay un hombre de las estrellas que quiere venir a encontrarse con nosotros en la Tierra, pero teme hacer explotar nuestras ideas.

Que venga: nuestras ideas ya están medio convertidas en papilla.

No sólo el mal. ¿Cuánto tiempo permanece el bien en las superficies?

La estatua del perro en el metro de Moscú y las muchas estatuas de objetos que dan suerte y protegen al tocarlas.

Como si el bien también permaneciera en la superficie de las cosas o en los cuerpos sagrados.

Para algunos creyentes, el bien está desde hace siglos en ciertos objetos.

Y en el primero y más importante de los cuerpos.

Tócame y quedarás curado. Tócame y enfermarás.

Dos Biblias en movimiento: la antigua y la reciente, ésta originaria de la medicina.

Cómo actuar para alcanzar el bien; Biblia uno.

Cómo actuar para huir del mal; Biblia dos.

Pero en la Biblia inicial ya había de todo.

Decir Biblia dos ya es una blasfemia.

Manual de procedimientos de la Dirección General de Salud.

Manual de procedimientos morales versus manual de procedimientos exteriores.

Lo que importa no es lo que piensas, lo que importa es lo que haces.

¿Dónde están tus manos y de qué manera proteges tu rostro y el rostro de los demás?

En casa, en los restaurantes, en la playa, visitando al abuelo y a la abuela.

Biblia 2, Biblia 3, Biblia 4.

Instrucciones.

En Brasil han muerto ya más de 16 mil personas y el presidente de EU tacha la Organización Mundial de la Salud de “marioneta de China”.

Peces y tortugas en la bahía de Guanabara, en Rio de Janeiro.

Después de pasar semanas cerrada, la Acrópolis de Atenas abrió.

El pasado se abre tras permanecer cerrado algunas semanas.

Puedes cerrar el pasado y casi puedes cerrar el presente.

El resto ni sabes dónde está: ¿cómo podrías cerrarlo?

Y la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, también abrió.

En ciertas partes del mundo, la naturaleza también vuelve a encender luces.

En el pueblo hablan de la aparición de luciérnagas.

Emisoras naturales de luz.

En su origen popular portugués, conocidas como caga-lume.

Pirilampo, de origen griego. Peri: en torno y lampein: luz.

Otros nombres: candelilla, cucuyo, fuego fatuo, bicho de luz.

Animal que produce luz. Y los humanos, sintiendo envidia.

Wall Street “cierra con fuerte alza gracias a las noticias positivas sobre la prueba de la vacuna”.

En muchos países de Europa: hombres, mujeres y niños en la calle.

Alivio y tensión.

Yoko Tawada: “Me quedaré aquí, pero no sé dónde estoy”.

Afortunadamente, las calles no han cambiado de nombre. Aunque no es cierto: las calles han cambiado de nombre.

Persona que no sabe dónde está busca otra persona que no sabe dónde está.

Anuncio en el periódico, mayo de 2020.

Un hombre se toma una foto con el Paseo de la Castellana de fondo en Madrid, España. Foto: Manu Fernandez/ AP

Un trabajador de la salud abre una ventana en una carpa acondicionada como clínica. En su interior, sospechosos de haber contraído el coronavirus son tratados en el Hospital San José, en Santiago de Chile. Foto: Esteban Félix / AP

El leve virus se desplaza como en otro tiempo el mamut pesado

19 de mayo de 2020

Los autos detenidos desde hace mucho.

Alguien oyó un ruido extraño en el motor antes de arrancar.

Después de mes y medio.

El motor no suele hacer ruido cuando el auto está detenido.

Abrió el cofre y allí estaba el ruido.

No de motor, de ratones.

Muchos ratoncitos pacatos apoderados del motor como de un nido metálico y frío.

Tom Waits, Chocolate Jesus.

La primera música que el motor oye en semanas.

“Bueno, yo no voy a la iglesia los domingos,

no me pongo de rodillas para rezar,

no me memorizo los libros de la Biblia.”

Cosa ingenua y detenida, nada peligrosa: el motor, cuando abandonado.

Brasil, más de mil muertos en las últimas 24 horas.

Nuevos casos en Chile se disparan en 54.5%.

México: tres veces más muertes que las reportadas oficialmente.

“Nicaragua anuncia aumento repentino de contagios”.

El leve virus se desplaza como en otro tiempo el mamut pesado.

Ahora está posando sus malas y pesadas patas en América Central y del Sur

En México, luz verde para ciertos pueblos y luz roja para las ciudades de la “desesperanza”, como dice Paula A.

La ciudad de México está toda roja.

El rojo clásico asociado con la sangre; el azul con el aire.

Los colores primarios invertidos.

El rojo señala ahora la falta de aire, la epidemia; el azul, otros crímenes.

“Tengo mi propio modo especial

Sé que Jesús me ama

Tal vez incluso un poco más.”

Bierce, sarcasmo: “la guerra es el camino que Dios eligió para enseñarnos geografía”.

Las pandemias también.

El desplazamiento del animal invisible traza un itinerario y un nuevo mapa.

Por el número de muertos en cada país ves dónde anda el bicho que no se ve.

La voz de Tom Waits bruta y concentrada en los músculos del cuello; entre el grito y el susurro, una especie de promedio que hay por allí.

“Yo me arrodillo todos los domingos

En la dulcería Zerelda Lee’s

Pues tengo que tener mi Jesús de chocolate

Me hace sentir bien por dentro.”

Cuando el azul significa crimen nada en el suelo puede estar tranquilo.

Estudio de los monumentales embotellamientos en la ciudad de México.

Antes de la epidemia.

Dice Speranza: “el auto se ha convertido en un vehículo casi sedentario”.

La gran pesadilla de la ciudad dice: el “movimiento estático”.

Gabriel Orozco, artista mexicano: “la única manera hacer que un embotellamiento sea soportable es suponer que el auto no es un medio de transporte, sino una vivienda”.

Vivienda para hombres, vivienda para ratones.

En México pasé una vez cuatro oras en un auto para recorrer tres kilómetros.

Una vivienda que se mueve poco a poco, con cuatro ventanas.

Pero las ventanas dan a otras viviendas con tubos de escape y humo.

Imagino casas detenidas; pero para que estén detenidas necesitan un motor.

Una gasolina extraña que mantiene inmóvil lo que es móvil.

Y de la cola de la casa sale humo por tubos de escape.

Gasolina que calma.

Eduardo Kac hizo brillar a un conejo vivo en la oscuridad.

Le introdujo la siguiente sustancia: la proteína fluorescente Aequorea victoria.

Luz fluorescente inocua para el pobre animal luminoso.

Mascota de los hijos de Eduardo Kac.

Para los humanos y para las máquinas humanas, estarse quietos implica un esfuerzo.

Se vuelve flácido el cuerpo, lleno de ratones el motor del auto.

Se relatan ciertos gestos increíbles, otros terribles.

Voy a estudiar más a las luciérnagas.

Hombre escupe a mujer para infectarla; abuelo abraza a nieta al fin y llora.

Es necesario que el ser humano brille en la oscuridad.

Pero sin tecnología no está fácil, no está fácil, no está fácil.

Un empleado del crematorio de Xochimilco espera por el cádaver de una supuesta víctima de coronavirus, en la Ciudad de México Foto: Fernando Llano/ AP

En esta imagen el propietario de una cafetería toma la temperatura de uno de sus gatos en Bangkok. Foto: Sakchai Lalit/ AP

El número de luciérnagas divisadas cada noche

20 de mayo de 2020

Un niño apenas acaba de nacer y ya sabe que es urgente lavarse las manos.

Una vez más, insultan a enfermeros y los invitan a marcharse de los edificios en los que viven.

En la calle, una mujer acelera y dice que no tiene miedo, sólo prisa.

Un viejo pasa junto a dos muchachos y se pone a insultarlos cuando éstos le dicen que no debe salir de casa.

Paseo por la hermosa traducción que el brasileño Cristiano Martins hizo de Dante, y luego voy a ver el Mar.

Shulan es la nueva Wuhan. “Nadie entra ni sale de la zona en cuarentena”.

Tatuadores quieren saber cuándo podrán retomar sus actividades. Y yo me imagino al Estado controlando también los dibujos o palabras que tatúen.

Lo que llevas tatuado en la piel debe ser primero analizado por el gobierno, que está atento a lo que haces.

Y también está atento a tu hermosa y tatuada piel, claro.

Imaginar una comitiva perversa y excitada controlando cada tatuaje humano en estos meses en que el promedio de la democracia normal sufre un alboroto brusco.

No deberían de haber salido del vientre de su madre, dijo el hombre viejo a los dos pequeños adolescentes.

Se requieren instrucciones para poner a funcionar a los bebés que aún no han llegado a la primera A del ABC.

Larissa me envía de Brasil el libro “Supervivencia de las luciérnagas”, de Georges Didi-Huberman.

Pasolini decía que las luciérnagas estaban desapareciendo en Italia.

Aniquiladas por la noche fascista o por el exceso de reflectores, comenta Didi-Huberman.

Las luciérnagas desaparecieron a principios de los años 60, dice.

“Fenómeno fulminante y fulgurante”, Pasolini.

Tres fuertes palabras seguidas, como si fueran una sola: fenómeno fulminante y fulgurante.

Y desaparece la leve luz de las luciérnagas porque hay demasiados reflectores.

Los reflectores que “vienen de los estadios de futbol, de los sets de filmación”, etc., comenta Didi-Huberman.

Esos “feroces ojos mecánicos”, Pasolini, anulan la luz de las luciérnagas.

En Francia, 152 posibles casos de enfermedad de Kawasaki en niños.

En Alemania, más de 20,000 profesionales de la salud contrajeron coronavirus.

En 2020 hay luciérnagas en el interior y en los campos.

Voy recibiendo información al respecto para este diario.

Informar sobre el número de luciérnagas divisadas cada noche.

La tarea al nivel del suelo y en pleno aire, en 2020.

Una luz natural mínima emitida por un mínimo animal.

Esa luz mínima anuncia que la noche no es excesiva.

Y también anuncia que los reflectores artificiales no han ocupado todos los metros cuadrados del mundo.

La mujer que aceleraba en la calle dice ahora que no tiene prisa, sino miedo.

Se anuncia una investigación sobre procedimientos, una vacuna y un medicamento.

En pocas horas se detectaron más de cien luciérnagas en la noche que existe lejos de las noticias.

Ni demasiada oscuridad, ni demasiada claridad.

Y cien es a veces ese número que marca una fuerte resistencia y un itinerario.

“Lleva la luz y no mires atrás”, dice mi oráculo, el Jardín de Morya. Y yo obedezco.

Con máscaras protectoras, Lucas corre con su padre en un parque en Buenos Aires, Argentina. Los niños en la capital argentina ahora cuentan con un tiempo limitado de recreación al aire libre los fines de semana por primera vez desde que se decretó la cuarentena hace casi dos meses para frenar la propagación del COVID-19. Foto: Natacha Pisarenko/ AP

Conos colocados para mantener la distancia sana al reabrir al oficialmente al público la playa Clearwater, en Florida. Foto: Chris O’Meara/ AP

Un nuevo color en el mundo: nube negra transparente

21 de mayo de 2020

En cada latitud-longitud: templanza tibia, alivio o tensión en círculo.

El alboroto del virus se mueve en una nube negra que nadie ve.

Un nuevo color en el mundo: nube negra transparente.

Se desplaza. Más al norte, al sur, al este, al oeste.

En Lisboa parte del miedo pierde espacio. Pero, en Brasil, más de mil muertos de nuevo.

Recibo mensajes de amigos aterrados.

Palabra que hunde ya en el suelo todo su peso.

Aterrados con un terror que se debe a que la tierra ya no parece sólida.

Hay insultos e insultos y, en medio, hay noticias de renuncias e infecciones.

Una amiga de Río me cuenta esta historia. Un hijo no fue a la morgue del hospital a reconocer a su padre: miedo al contagio.

Alguien fotografía el rostro del hombre y el hijo lo confirma pantalla en mano.

Ese rostro es el rostro de mi padre.

Diario de ayer.

Sigo con el libro de Didi-Huberman.

“Daría toda la Montedison por una luciérnaga”, dice Pasolini.

Montedison, una de las grandes empresas de Italia.

Podemos continuar y decir.

Cambio una fábrica por una luciérnaga.

Una máquina por dos piedras capaces de producir chispas.

Ayer todavía: Wuhan prohibió el consumo de animales salvajes durante cinco años.

Durante cinco años, los animales salvajes pueden estar tranquilos.

Tal vez al cabo de esos cinco años, los animales salvajes se vuelvan mansos y ya puedan ser comidos legalmente.

Manso es aquello que es comido sin decir ay ni uy.

El hambre humana, ésa, nunca se amansa.

A diferencia de los caballos salvajes, de algunos lobos y de varios chacales.

El caballo se domestica con la fuerza del puño fuerte y con la cuerda. Con la repetición y a veces con la patada.

Pero uno no puede amansar a su estómago, que es una cosa salvaje.

No hay cuerda, puño, puntapié o ayuno repetido que lo domestique.

Se levanta el estómago cada nuevo día en la mañana y dice: Quiero.

Una noticia. Los trabajadores sexuales trans en Brasil tienen hambre y corren cada vez más peligro.

Sin trabajo, sin clientes y sin apoyo del Estado, claro.

Están desesperados. Huyen de nosotros más de lo que huían, dicen. Nadie viene a nuestra casa.

Quiero, dice el estómago. El lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado y el domingo.

Hay que proteger a las luciérnagas.

Y contarlas es otra forma de estadística nocturna que hay que recuperar, como se recuperan los más hermosos edificios en ruinas.

Hacer una estadística a oscuras, una estadística con los ojos cerrados.

“Si no tengo sexo, moriré de hambre”, dijo un trabajador sexual trans en Brasil.

El día en Lisboa sin nubes, ni claras ni oscuras.

Jeri, la golden, tiene tiempo para perfeccionar la melancolía y lo aprovecha.

Y Roma está bien, la intempestiva y agitada Roma aún tiene su herida, pero está firme.

Humanos, ok. Limonero, ok; naranjo, ok y buganvilia, ok. Muro blanco, ok también.

El presidente chino, Xi Jinping (izquierda), saluda mientras llega a la inauguración de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en Beijing, el jueves 21 de mayo de 2020. Foto: Andy Wong/ Pool

Manifestantes, algunos de ellos con mascarillas para protegerse del coronavirus, se enfrentan con la policía durante una protesta para exigir ayuda alimentaria del gobierno, en un vecindario pobre de Santiago, Chile. Foto: Esteban Félix/ AP

Estadísticas y un árbol, oposición evidente

22 de mayo de 2020

Estadísticas y un árbol, oposición evidente.

A la sombra de éste, los números parecen un invento de las noticias del mundo paralelo.

Fue jueves de espiga en Portugal, me recuerdan hoy.

Demasiado tarde.

La tradición dicta: paseo matinal para cosechar espigas de varios cereales y flores para formar un ramo.

Desde el pueblo me dicen que la mañana sí, existió, pero el paseo matinal, no.

Cubrebocas en la cara y pienso en la artista Orlan.

Cirugías plásticas consecutivas que alteran el rostro.

Su referencia eran los cuadros clásicos.

Pidió un mentón igual al de la Venus de Botticelli.

Y una frente idéntica a la de la Mona Lisa.

Cirugías plásticas rodeadas de cuadros.

Su rostro, un museo portátil de la pintura clásica y no sólo.

Pero todos los rostros son museos biográficos portátiles.

Sin Venus ni Mona Lisa, pero con padres, acontecimientos y una cicatriz.

Basta observar un rostro en silencio durante cinco minutos para tener una historia.

Cuarenta años del Pac-Man.

Alguien tiene hambre en un laberinto. Y sólo si come lo suficiente podrá salir del laberinto.

Con hambre no hay salida.

Una metáfora, Pac-Man.

Mitología densa salida de la electrónica simple.

Cubrebocas sí, cubrebocas no.

En algunos puntos de Estados Unidos, en algunas tiendas: prohibido entrar con cubrebocas.

La primera ministra de Nueva Zelanda sugirió ayer una semana laboral de cuatro jornadas y en Estados Unidos van a poner las banderas a media asta durante tres días.

Todo está a la mitad.

Marzo, abril y mayo parecen tener sólo los días de en medio.

Nada está empezando, nada está acabando.

Sea cual sea la edad. Todos en medio del camino de su vida en mayo de 2020.

“Muchos alumnos se están rezagando”, advirtió Andreas Schleicher, Director de Educación de una institución europea.

Un alumno que se rezaga es como alguien que llega tarde a la parada del colectivo y tiene que hacer el resto del camino a pie.

Espérenme, grita, pero el colectivo avanza.

Recuerdo una película rusa. Alguien sale de un colectivo en pleno hielo a defecar. La vi en la cinemateca.

El colectivo empieza a moverse y al hombre le da vergüenza avanzar con los pantalones bajados.

Le da vergüenza y titubea unos segundos.

Y el colectivo avanza y él se queda ahí en el frío, sin seres humanos a su alrededor.

No está avergonzado, sino helado.

Y más helado estará, hasta el último hueso que resista.

No va a resistir mucho tiempo.

¿Qué película era esa? No me acuerdo.

No se avergüence, madame. No se avergüence, monsieur.

Mercedes Sosa canta Gracias a la vida, música escrita por Violeta Parra.

Violeta Parra, hermana de Nicanor Parra, se suicidó en 1967. Un revólver. Se pegó un tiro en el pecho.

Poco más de un año después de Gracias a la Vida.

Nicanor Parra tiene este humor rudo: “preguntarle la hora al moribundo / escupir en el hueco de la mano.”

En el campo el día está claro hoy, como ayer. Salir en la mañana no es de buena suerte en días de miedo a los otros y a las cosas.

El día de la espiga, o el “día de la hora”: “el día más santo del año”.

Un día en el que no se debía trabajar ni maldecir.

Conocido como el “el día de la hora” porque “había una hora, el mediodía, en la que todo se detenía”.

En síntesis: “las aguas de los arroyos no corren, la leche no cuaja, el pan no leva”.

Insomnios. A veces, un trabajo de puntería.

El sueño está allá al fondo y la mano que tiembla y los ojos empañados tratan de atinarle a ese mínimo punto decisivo.

Tú eres el blanco y quien apunta al mismo tiempo. Quieres atinarle al sueño y fallas.

Insomnios ayer y hoy. Ojos empañados, mano que tiembla.

Bellas y terribles son todas las suspensiones, y aun más la del tiempo.

Mayo de 2020: “las aguas de los arroyos no corren, la leche no cuaja, el pan no leva.”

Sildomar Castelo Branco, de 89 años y enfermo de COVID-19, es atendido a bordo de una avioneta el martes 19 de mayo de 2020 mientras lo transfieren de Santo Antônio do Iça a un hospital en Manaos, en el estado de Amazonas, Brasil. Foto: Felipe Dana/ AP

Músicos de mariachi con mascarillas sanitarias tocan y cantan en la plaza Garibaldi de la Ciudad de México, casi sin visitantes. Foto: Eduardo Verdugo/ AP

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Traducción: Paula Abramo. 

*Estos textos se han publicado originalmente en el diario Expresso, de Portugal. Se reproducen con la autorización expresa de su autor. 

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