Kazajistán: ¿conspiración extranjera, una lucha interna por el poder?

Todo concuerda con el argumento de una película de acción, solo que, bien puede ser una “cortina de humo”.

El presidente de Kazajistán Kassym-Jomart Tokayev (izquierda) junto al presidente ruso Vladimir Putin. Foto: tomada de DW.

Justo en los días en que Vladimir Putin tiene un pulso crucial con Joe Biden y la OTAN por Ucrania, aparecen revueltas en Kazajistán. ¡Qué oportuno!, dirá el agudo observador convencional: la CIA le ha abierto un segundo frente a Putin. ¡Son agentes organizados desde el exterior! Rusia inmediatamente envió tropas a petición del presidente Kassym Tokayev, el primero en mencionar “agentes extranjeros”. Todo concuerda con el argumento de una película de acción, solo que, bien puede ser una “cortina de humo”.

Tokayev subió a la presidencia kazaja en 2019, gracias a la renuncia en su favor de Nursultan Nazarbayev, viejo cacique político, auto titulado “Líder Nacional” por vida. Nazarbayev dejó el cargo tras 28 años como presidente y de varios más en el aparato de gobierno soviético, antes del “desmerengamiento” de la URSS. Por su parte, su sucesor Tokayev, muy entusiasta con su nombramiento en el 2019, se comprometió a grandes reformas políticas y económicas, a abrir espacios de diálogo entre sociedad y Estado, así como con sustanciales reformas sociales y fiscales. Pero hoy, a más de año y medio del presidente Tokayev, los cambios tienen lugar muy lentamente. Y es que, en 2019 Nazarbayev le cedió la presidencia, pero no el poder.

Las ricas élites económicas en Kazajistán, surgidas gracias a privilegios concedidos por Nazarbayev, seguían siendo sus aliadas políticas, seguían llamándolo “Líder Nacional”, su alto cargo en el Consejo de Seguridad, su notable influencia política ––nunca cedida al nuevo presidente–– y, además, la gran riqueza de su familia a través de sus hijas Dinara Kulibaeva, Aliya Nazarbayeva y Dariga Nazarbayeva, superior a los $ 6.000 millones de dólares lo mantuvieron vigente políticamente pero también celoso de Tokayev ––y con razón–– hasta estos días de las revueltas populares en Kazajistán.

Al momento de redactarse esta nota, se desconoce dónde está Nursultan Nazarbayev. Se ha dicho que en la capital kazaja, al habla constante con Tokayev, asesorándolo a cada paso en cómo dominar las “revueltas terroristas extranjeras”. Pero parece no ser así, si atendemos cuáles han sido las acciones concretas de Tokayev al calor de las revueltas e intervención rusa: destituir a Nazarbayev de su alta posición en el Consejo de Seguridad y ocupar su lugar, apresar a cientos de colaboradores del ex “Líder Nacional”, así como destituir de su cargo al ex jefe de inteligencia nacional, Karim Massimov, muy cercano a Nazarbayev y también a Samat Abish, segundo en el cargo y sobrino de Nazarbayev. Massimov ha sido apresado bajo cargos de traición. Casi nada….

Puede decirse que, por estos días de enero, con una revuelta popular que ha sido bien aprovechada, Kassym Tokayev inauguró su primer día de mandato como verdadero presidente y Nazarbayev, su primer día de retiro político a los 82 años de edad. 

Lo curioso en esta pugna por el poder, al mismo tiempo palaciega y callejera, es que las protestas se originaron básicamente contra Nursultan Nazarbayev, su inmensa riqueza familiar y percibido, además, como el real responsable tras bambalinas, del estancamiento social y la creciente desigualdad económica. El disparador fundamental fue la subida del 100% en el precio del petróleo en pleno invierno, además de otros serios problemas como cesantías y subidas en los alimentos que afectaban principalmente a la ciudad de Almaty y sus alrededores, al sur de Kazajistán.

Pero el detalle trágico es que quienes se rebelaron terminaron siendo reprimidos y muertos por quien pudo ser su líder, el presidente Tokayev, ya que el enemigo político natural, tanto de los rebeldes como del presidente, eran unos y los mismos: Nursultan Nazarbayev y la clase económicamente privilegiada. Esperemos que, entre los cerca de 150 muertos en las revueltas, o en los cientos de detenidos, aparezcan los nombres y los documentos que acrediten en realidad la naturaleza de una conspiración extranjera. Aunque no lo creo.

El flamante Kassym Tokayev se coronó como presidente en las revueltas. Vladimir Putin se lució, al mismo tiempo que transcurre su pulso con Occidente, con una operación militar relámpago de una semana. Nazarbayev tiene sus miles de millones a buen recaudo. Putin sí que debe saber de los intríngulis y secretos de las oportunas revueltas en Kazajistán. Veremos si Tokayev, siendo ya un presidente hecho y derecho, adelanta las reformas económicas, sociales y democráticas prometidas por él en el año 2019. Y si los pobres kazajos son menos pobres en el futuro, o si los ricos siguen resultando ser más ricos, como casi siempre.

 

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