Alfredo Rodríguez Jr. dice que nunca se sintió presionado a continuar el legado musical de su padre y asegura que sus progenitores siempre le dieron libertad para seguir su propia vocación, fuese la que fuese. La música fue en definitiva la primera pasión que llegó a su vida y la que aún hoy más lo gratifica.
Este joven artista que se afincó desde hace más de una década en la ciudad de Los Ángeles ha trabajado para labrarse su propio camino con la autoridad que le otorga ser uno de los pianistas jóvenes más relevantes del planeta.
Tu traslado hacia Estados Unidos supuso un punto de inflexión en tu carrera. ¿Cómo ha sido esta etapa?
El venir a Estados Unidos era algo que desde hace tiempo quería hacer porque siempre me han gustado el jazz y otros géneros originarios de la cultura de este país. Tenía inquietudes de venir a aprender de lo que acontece en el mundo de la música y del arte en general porque aquí se genera un proceso multicultural que no se encuentra en otras naciones.
Hay personas de diferentes partes del mundo y se generan oportunidades de aprender de muchas otras cosas que estando en Cuba no tuve oportunidad de confrontar.
Por supuesto que cada momento y experiencia que uno va viviendo se refleja en tu trabajo musical, venir aquí ha sido muy importante y me ha aportado mucho en el ámbito profesional.
¿Cambió tu visión de la música con influencias como la de Quincy Jones?
Ha sido una oportunidad increíble para un músico joven como yo trabajar durante 10 años con una persona del renombre de Quincy Jones, el productor más grande de este género pero también una persona que tiene mucho conocimiento de otras cosas.
Para un artista como yo estar a su lado y poder aprender de él ha sido muy importante: me he nutrido de uno de los genios musicales más relevantes del mundo. Él me ha dado la libertad para que desarrolle mi carrera por el rumbo que escogí y ha sacado lo mejor del artista que soy en la actualidad. Además de ser mi mentor, ha sido un guía que me ha alumbrado en esta difícil y exigente profesión.
Reconocido como uno de los mejores pianistas de la actualidad, ¿qué es lo que más te llena como músico?
Es tener la oportunidad de compartir lo que yo hago con mucha gente. He tenido la dicha de grabar mis composiciones de la manera que he decidido, y de regalar mi arte prácticamente por todo el planeta.
Me regocija ver que después de crear y mostrarle al público una obra, la gente me recompense con su cariño y su admiración reafirmándome que le llegó lo que les quise trasmitir.
Repasando tu carrera vemos que estuviste nominado a los premios Grammy 2015 en la categoría de “Mejor Arreglo Instrumental o a Cappella” por tu versión de la Guantanamera. ¿Qué balance haces de este momento?
Estar nominado a este importante premio es un honor. Para mí fue muy reconfortante que el jurado que preside este galardón haya tenido en consideración una obra de mi repertorio. Esta nominación fue muy estimulante y me impulsó a continuar trabajando para dejar una huella en esta manifestación artística.
¿Hasta qué punto tu realidad social ha marcado tu carácter como creador?
Yo toco lo que vivo, mi música al igual que la vida se basa en la improvisación y es un reflejo de lo que estamos viviendo en cada momento. Aunque no radico en la isla sigo respirando música cubana. Y a la vez, estar fuera de esa realidad me ha otorgado una perspectiva diferente que me ha posibilitado crear y redescubrir nuevas facetas de mi carrera.
Muchas veces no se llega a disfrutar el éxito en toda su dimensión por las propias exigencias que impone la carrera. ¿Qué has sacrificado por el camino?
Yo desde niño sabía que me quería dedicar a la música, tuve que organizar mi vida para poder cumplir todas las metas que me propuse desde esa primera etapa de mi carrera. Por eso no me privé de jugar con mis amigos, pero cuando era el momento de estudiar y prepararme sabía que tenía que hacerlo si quería llegar a ser un músico de un nivel.
La organización y el balance son palabras claves en mi carrera y en mi vida en sentido general. Es muy importante hacer un balance de tus prioridades y en función de eso encaminar tus esfuerzos para labrarte un camino.
¿Qué es lo que más recuerdas de Cuba cuando estás lejos de ella?
La isla es una de las cosas que me inspiran, en Cuba di mis primeros pasos en el arte y de ahí soy aunque me encuentre desde hace más de una década residiendo en otras latitudes.
Me vienen muchos recuerdos de aquella etapa en la que comencé mi formación como persona y como artista, que llevaré conmigo a cualquier lugar donde me encuentre. Cuba es un lugar mágico para el arte, de esta tierra salieron varios de los más grande músicos del planeta y para mí es un orgullo ser parte de una nación que es referencia en el mundo artístico.