Llegó el momento temido por los mentores de los equipos involucrados en la segunda fase de la Serie 57. Esta semana fue dada a conocer la selección cubana que participará en el Panamericano sub-23 de Panamá y los directores vieron partir a importantes figuras de sus nóminas. La ausencia de hombres como Norel González, Ulfrido García, Yolbert Sánchez y Yoelkis Céspedes tendrá su precio en esta etapa del campeonato.
Como consuelo, se organizó una nueva selección de refuerzos en sustitución de los refuerzos que hicieron el grado para el equipo Cuba. Pero increíblemente no todos los managers hicieron uso de esta posibilidad, tal vez pensando en recuperarlos una vez finalizado el torneo o quizá porque lo que quedaba en la bolsa no los convencía.
¿Cómo pidieron los directores? ¿Podrán los diferentes conjuntos suplir sus carencias con los peloteros incorporados? ¿Fue acertada o no la decisión de quienes “se pasaron con ficha” en esta nueva selección de refuerzos? OnCuba intenta responder estas interrogantes para alimentar la polémica.
Duanys Hernández Torres
Lo más polémico de la elección de los nuevos refuerzos radica en que pasará con estos una vez que regresen los seleccionados al Panamericano sub-23. Quizás por eso Artemisa y Pinar del Río declinaron la opción de sustituir a sus refuerzos escogidos en primera ronda.
El manager granmense Carlos Martí, a diferencia de su anterior pedido, se decantó esta vez por hombres bien curtidos a este nivel. Su apuesta por un jardinero era muy necesaria, debido a que los Alazanes perdieron a dos hombres vitales en esta área como Raico Santos y Yoelkys Céspedes por los cuales no podían reforzarse.
Muy interesante y justa la elección de un jugador tapado como Geidy Soler. El capitán de los Cachorros holguineros no es un pelotero mediático pero tuvo números excelentes en la primera fase. Su línea ofensiva fue de 302/371/472 con 7 jonrones y 34 carreras impulsadas. A la defensa juega con solvencia los tres jardines. Soler fue uno de los grandes olvidados en la noche del Teatro Milanés.
Yohandry Ruiz es una gran incertidumbre. El villaclareño después de una buena temporada como relevista de Matanzas en la SN56 (6-0 y 3 salvados) apenas pudo lanzar 14 entradas con el equipo Villa Clara que dirigió Vladimir Hernández.
Las Tunas fue el otro equipo que solicitó par de refuerzos. Mantuvo la opción de dos lanzadores. El anaranjado Yasmany Hernández Rojas tuvo excelentes números (2-2, 2 salvados y le batearon para un anémico 132 con PCL de 3,09) pero una lesión lo sacó bien rápido del ruedo en la primera fase. Otra gran incertidumbre.
Arbelio Quiroz lo tiene todo para triunfar en esta pelota pero no acaba de dar el salto definitivo. El mentor tunero apostó únicamente por la cercanía porque los números del agramontino son desastrosos (3-6 con bateo oponente de 327, whip de 2,07 y un pcl de 7,45). Quiroz regaló 30 boletos en 38,2 entradas por lo que su control fue otra asignatura pendiente. Pablo Civil tendrá su explicación.
Matanzas se decantó esta vez por un lanzador zurdo. El camagüeyano Dariel Góngora tuvo buen rendimiento en la primera fase. Promedió casi seis entradas por cada salida (45,2 innings con 8 juegos iniciados) así que Víctor Figueroa pudiera utilizarlo como abridor o relevista largo. Ya Góngora tuvo una gran salida ante Industriales como relevo y en 5,2 entradas no le anotaron carreras y solo permitió par de indiscutibles.Una buena elección.
Lo de Artemisa y Pinar del Río es bien temerario atendiendo a que ocupan los últimos lugares en la tabla de posiciones. Los Cazadores dejaron pasar a Edilse Silva, Juan Miguel Soriano, Robert Luis Delgado, Orlando Lavandera y Alexander Pozo, que eran muy buenas opciones para reforzar el bateo.
Pinar del Río cuenta supuestamente con un buen cuerpo de serpentineros, pero los relevistas han desperdiciado varias ventajas ganadoras. Un buen lanzador de relevo no le hubiese sobrado a los pativerdes.
Si una primera vez critiqué la elección de Víctor Figueroa (por cierto, sus refuerzos han sido de los mejores en esta segunda fase) ahora considero que fue el más atinado en este segundo draft. Chúa, como se le conoce al timonel matancero, no llena titulares pero silenciosamente hace un excelente trabajo.
Eric Caraballoso Díaz
La serie 57 es ya sui generis por la cantidad de elecciones de refuerzos. Con la de esta semana, por la salida de los jugadores para el Panamericano sub-23, suman ya dos hasta el momento y aún faltaría la selección previa a los play off.
Curioso también es que no todos los conjuntos envueltos en esta segunda fase tenían ahora el derecho a incorporar nuevas figuras, pues Industriales no contaba ya con un jugador menor de 23 años entre sus refuerzos. Lo tuvo, el jardinero de la Isla Leonardo Urgellés, pero este apenas visitó el uniforme azul y fue cambiado prematuramente por el espirituano Orlando Acebey.
Muchos criticaron a Víctor Mesa por este trueque adelantado, más con la carencia de receptores que acusan los leones de la capital. Pero el polémico mentor apostó por un jugador todoterreno con muy buenos números este año, que puede jugar varias posiciones en el cuadro y hasta en los jardines y debe sustituir al torpedero Yolbert Sánchez ante la convocatoria de este para el Cuba sub-23.
Sin los Azules en la ruleta, Matanzas se decantó por el lanzador camagüeyano Dariel Góngora, un zurdo de buen rendimiento en la fase clasificatoria encargado ahora de cubrir la vacante del villaclareño Javier Mirabal. Góngora no es sin dudas un pitcher mediático, pero puede ser efectivo lo mismo como abridor que como relevista situacional. Los Cocodrilos podrían sacarle mucho partido en su camino hacia la discusión del título.
Las Tunas, con dos refuerzos sub-23 en su nómina, optó por llenar el vacío que la salida de ambos dejó en su bullpen. De esta forma, se vistieron de Leñadores el villaclareño Yasmany Hernández Rojas y el agramontino Arbelio Quiróz, los que en verdad dejan más de una interrogante sobre su posible rendimiento.
Otras posibilidades había, como el espirituano Yoen Socarrás, el santiaguero Alberto Bicet y el holguinero Yunier Suárez, pero a Pablo Civil hay que otorgarle el beneficio de la duda. No por gusto los tuneros marchan en el tope de la tabla, en buena medida gracias a la capacidad de su mentor para extraer el máximo a los jugadores.
Granma también sumó dos nuevos Alazanes, pero –a diferencia de Las Tunas– no cambió siempre jugadores de la misma posición. Carlos Martí vio como partían para el Cuba sub-23 los brazos jóvenes de Ulfrido García y Yosver Zulueta, pero por ellos trajo un solo lanzador: el villaclareño Yohandry Ruiz. Ruiz es un hombre de experiencia, ideal como relevista, pero tiene como hándicap su poca actividad en la presente campaña.
Su segundo refuerzo fue un outfielder: el sabueso Geidy Soler. Y es que Granma también perdió a dos figuras importantes en sus jardines: los talentosos Yoelkis Céspedes y Raico Santos, y necesitaba un hombre que pueda asumir parte de su responsabilidad. Soler, ciertamente, no es un pelotero pimentoso y veloz como Yoelkis y Raico, pero tiene a su favor la madurez y su efectividad al bate. En la fase clasificatoria aportó mucho a Holguín con el madero, con sus 7 jonrones y 34 impulsadas, y su entrada suma más dinamita a un equipo de por sí explosivo.
Lo inconcebible de esta nueva elección de refuerzos es que ni Artemisa ni Pinar del Río le dieron el sí a nuevos jugadores. Inconcebible porque son los coleros de la justa y cualquier ayuda debería ser bien recibida. Y también porque privaron a hombres de historia y/o buena actuación en la clasificatoria, de poder demostrar su valía en la segunda fase.
Los Cazadores, que despidieron al zurdo anaranjado Norel González, perdieron la posibilidad de sumar un bateador de calidad que reforzara su line up. Nombres había en la bolsa para cubrir este vacío, incluso en el mismo perfil de Norel. El santiaguero Edilse Silva y el camagüeyano Leonel Segura, por ejemplo, ambos zurdos y probados con el madero, hubiesen venido como anillo al dedo a unos Cazadores necesitados de no desprenderse definitivamente de la lucha por entrar en el cuarteto de cabecera.
Por su parte, Pinar dejó vacante el puesto del jovencito lanzador Yosimar Cousín, que bien hubiese podido llenar con otro pitcher. A fin de cuentas, los números del pitcheo pinareño no son los que podrían imaginarse atendiendo a la calidad de su nómina. Pero aun si Lazo creyera necesario cerrar con candado su bullpen, igual hubiese podido incorporar un jugador de posición para redondear su alineación. Aventuro un nombre: el torpedero mayabequense Michael González, quien ya vistió el uniforme verde en una ocasión y siempre rinde en las instancias decisivas.
Tabla de posiciones. Tomado del sitio beisbolencuba. com.
Eduardo González Martínez
Me parece demasiado pedir tantos refuerzos en una campaña tan corta, aunque sea por la circunstancia del Panamericano sub-23. Pero en este caso Pinar y Artemisa, de forma temeraria, se quedaron sin pedir algún refuerzo que les resultara provechoso para salir del fondo de la tabla. Ambos conjuntos aparecen lejos de la pelea, a cinco victorias del cuarto lugar Industriales.
Granma perdió piezas importantes en Ulfrido García y Yosver Zulueta, pero solo añadió solo al villaclareño Yohandry Ruiz. El lanzador anaranjado tiene experiencia y quizás, pese a ver poca acción, pudiera tapar en algo el hueco que dejó la partida de dos hombres.
Matanzas eligió un buen lanzador, el camagüeyano Dariel Góngora, que sustituye al villaclareño Javier Mirabal. Góngora puede funcionar como abridor y relevista, y esto da a Figueroa posibilidades para su staff.
En el caso de los imparables tuneros, que dejaron ir a dos refuerzos al sub-23, se inclinaron por dos pichers: el villaclareño Yasmany Hernández Rojas y el agramontino Arbelio Quiróz. Con mejores posibilidades, como Yoen Socarrás o el santiaguero Alberto Bicet, veremos como les va a Los Leñadores.
Notas curiosas por Duanys Hernández
En la subserie entre Las Tunas y Granma el jugador Carlos Benítez conectó su sexto jonrón con bases llenas de la temporada y está a uno de igualar el record del santiaguero Alexei Bell. Granma es el equipo con más grand slam conectados en esta campaña con 10.
En el último partido entre Artemisa e Industriales se dio un hecho bien curioso cuando fueron expulsados en la misma entrada los dos coachs de los Cazadores, justo en el momento en que los artemiseños se fueron delante en el marcador tras borrar una desventaja de cinco carreras.
El tunero Yuniesky Larduet conectó su primer jonrón en doce series nacionales en el primer duelo de su equipo ante Artemisa. Lo curioso es que fue un jonrón dentro del terreno. Por cierto en esta temporada solo se han conectado dos jonrones dentro del terreno, ambos de jugadores tuneros (el otro fue de Yudiel Rondón), y los dos en el estadio “26 de julio” de Artemisa.
No veo mucha objetividad en suponer que el equipo Cuba TIENE QUE GANAR en el sub-23 o salir de favorito. Nuestra pelota ha bajado de calidad, pero además, estos equipos profesionales del área son mucho mejores que los que enfrentábamos hace 20 años.
Un atleta a los casi 23 años ya está maduro fisicamente y si pertenece hace tres o cuatro años a una sucursal de la MLB, su técnica y hasta su bagaje de experiencia es superior al de los cubanos.
Si en ese campeonato se eliminara a varios de los mas flojos, quedándose solos Cuba y los otros grandes (Venezuela, Puerto Rico, Méjico y Dominicana etc) tendría categoría AA o triple A y ahí se gana y se pierde.